viernes, 9 de septiembre de 2011

...a propósito de "todo lo verde que se extiende, mi amor"

    Eran dos animales persiguiéndose, dos extraños seres atrapados por algo más que el tiempo y por algo más que ellos. Juntos potencian el hastío que los convierte de a ratos, en presa y predador; pero no es tan claro.
Nunca es tan claro y el silencio nunca es tan insoportable, como en los momentos en que casi todo se detiene, salvo lo mínimo que cobra un valor inmenso. Desde los ojos que buscan un "no se qué" afuera y la mano que imperceptible se mueve entre el resto, el espasmo y la simple mecánica de palpar el tiempo.
                                                                                                                                                             
Abrazos, rechazos, caricias, más que caricias; fricciones. Besos más que besos, llagas.
                                                                                                                                                                   
Se les va la vida en cada contacto, la esencia sus esencias se van perdiendo, es la caída; caída horizontal.
Caída sin estridencias, casi anónima, casi sin caída, casi nada. La nada.
La nada los envuelve, desnuda al tiempo y los expone.


"- cuando te digo que ya no lo quería, estoy tratando de decir que no imaginas hasta dónde puede llegar uno cuando el amor se ausenta.
- dame una idea
-no puedo."
                                                                   
                                                         Marguerite Duras
                                                      The Ravishing of Lol Stein


        En ese "no puedo"  del texto de la Duras se encuentra la apuesta y tal vez la cifra de "todo lo verde..."
Es un gesto difícil, arduo, porque en esa negativa a hablar de algo que sobrepasa el mero discurso, en la ríspidez de ese límite, termina dando forma a esa imposibilidad.
Allí radica la potencia de un discurso, que ha renunciado a lo decible, para quedarse con lo esencial.
En este aspecto no hay mediaciones ni artilugios, ni trampa de lo sublime. Todo en el relato es directo pero extraño, ajeno pero cercano, vibrante pero frío.
Llegado este punto no importa si el espectáculo es de danza o de teatro, si es una historia de amor o lo que fuere, realmente no importa; porque estamos frente a un hecho vivo que exige determinado tipo de atención y entrega.


Pueden chequear en youtube, hay una muy buena sintesis este trabajo. Solo busquenlo como "todo lo verde que se extiende mi amor".

Ficha técnica:

Interpretes: Javier Radrizzani, Viviana Iasparra.
vestuario: Martín Sichetti.
Escenografía: Nacho Riveros.
Iluminación: Nacho Riveros.
Objetos: Juan Vellavsky.
Música: Gabriel Paiuk.
Fotografía: Nacho Iasparra.
Asistente de producción: Marcela Botti.
Asistente de dirección: Lucía Lacabana.
Coreografía: Viviana Iasparra.
Dirección: Viviana Iasparra.

Las funciones fueron en el Kafka Espacio Teatral (2005)

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