jueves, 18 de marzo de 2021

La apatía de los muertos cuando vuelven a la vida (consideraciones sobre El Mató y Día de los Muertos)-Parte 1

Hay pocas voces dentro del campo del rock local que expresen tanta apatía como la de Santiago Motorizado, su interpretación vocal encarna como pocos el grado cero de la pasión, es cierto, lo que salva a su particular manera de cantar del total desgano es la soterrada nostalgia que imprime en su registro sonoro. Con él se capitaliza el ethos de una tendencia estética nebulosa y nunca del todo clara, que es el fenómeno Indie del cual ya existe todo un precedente de bandas desde la década del 80, que comparten un mismo espíritu de autogestión e independencia de la tradición punk, pero sin apostar a la intensidad, ni al reclamo, ni al nihilismo rabioso, ni menos aún a la épica de los losers que supo caracterizar al movimiento punk.
A contramano de la visceralidad del rock más insurgente, El Mató a un policía motorizado es la banda sonora de la apatía, la acedía y el aburrimiento generacional, no digo que sea la más importante pero si la que más a trascendido el gueto del under local. “La síntesis O´konor” editado en el año 2017 es el gran salto de la banda y para los que ya los venían escuchando fue la confirmación de que El Mató a un policía motorizado, es una banda que puede disputarle el podio de canciones redondas, sencillas y efectivas a un Andrés Calamaro por decir un nombre fuerte dentro de la cancionística local. Si uno repasa la discografía de la banda es evidente que el espíritu grupal no se quiere perder ninguno de los caminos que hacen a una agrupación de rock, en el sentido de que no solo han sacado albumes, sino que también EP y sencillos, un gesto que denota si se quiere cierta nostalgia por un período de la industria (en mayor o en menor escala) antes de la subversión de Internet que modifico radicalmente los modos, las maneras de hacer, reproducir y compartir música.
Debo este descubrimiento gracias a la indiferencia persistente de Ariel (mi hijo), que sin recargar las tintas me hablo de ellos y me mostró el único video del disco “Día de los Muertos”. El video en cuestión es de la canción homónima y en el pude observar los relatos apocalípticos de la década del 80 volviendo al ruedo en este nuevo siglo, pero ya no como amenaza, ni celebración amarga por el fin de todo, sino como folclore, como pura retórica de un código estético que perdió el valor de urgencia para transformase en valor de uso, porque todo en el video comporta guiños hacía la ilustrada generación de neards y freaks que hacen del cine bizarro, de clase b, post-apocalíptico y etcéteras de etcéteras un lugar de encuentro y camaradería.
En un país anti-estado y policía como es el nuestro que una banda se llame El Mató a un policía motorizado es una cuestión natural de nuestra idiosincrasia cultural, como en el Reino Unido que un grupo de rock ostente nombres como “The Police” o “Queen” habla más del imaginario patrio en las juventudes de lo que se pueda imaginar. La diferencia son los contextos claramente porque si grupo de rock se hubiese llamado así en la década del 80 o los combativos 90 es un abierto acto de guerra, pero en este siglo XXI este gesto comporta una actitud más estética que política.
El mismo relato fundacional no le da tanta injerencia al nombre es más una humorada de amigos borrachos espantando el aburrimiento de una noche cualquiera. “Elegimos un nombre que no sea típico para salir del molde. Es un chiste, para reírnos de esos típicos nombres de artistas o bandas”. Según los detractores la banda viene haciendo exactamente lo mismo desde su primer disco cuestión con la que creo los mismos integrantes estarán de acuerdo, el crítico Simon Reynols observa “Una máxima de la industria de la música asegura que si una banda repite una y otra vez el mismo disco, alrededor de la tercera o la cuarta versión habrá de alcanzar el éxito”. No estaría en condiciones de aseverar esto ya que tan solo escuché dos trabajos alejados en el tiempo pero sí pude escuchar canciones sueltas de otros discos donde es claro que la cantera creativa siempre responde a un mismo patrón estético: despojar a las canciones de sus pretensiones para quedarse con lo específico es decir; el sustrato melódico y la narración pre-clara, sencilla efectiva de la lírica. Virtudes como se puede observar que tiene mucho más que ver con el punk cuando quiso desintoxicar al rock de la megalomanía de la música progresiva mediando los 70. Como se sabe La Plata es una ciudad muy rica culturalmente y de alguna manera siempre funcionó como la contratara necesaria y vital de la capital argentina. Sin miedo a exagerar la movida rockera platense siempre ha oxigenado a la capital de su propia endogamia creativa, llámese: Virus, Los Redondos, Peligrosos Gorriones, o en este caso El mató a un policía motorizado.
Lo primero que salta a la vista es que la banda no esconde sus limitaciones en artilugios técnicos, o arreglos fastuosos gracias a la mano de un productor oportuno, todo está a la vista para el que sabe buscar, como también la fuente donde beben para re-crear, re-versionar y re-hacer en sus canciones a toda la información cultural que la banda comporta en su parecer estético. El día de los muertos (como ya lo mencione) fue la primer canción que escuche, pero de la cual también pude contemplar el imaginario visual gracias al video que según tengo entendido fue primero del grupo. Cuando la aprecié junto a mi hijo lo primero que reverberó en mí fueron los ecos de Lou Reed y su gran canción wharholiana: Walking of the wild side, sobre todo por el comportamiento melódico del bajo, esa manera de hacerse notar marcando el tempo y el espacio para que la guitarra acompañe porque son las seis cuerdas la que acompañan, y no al revés (como si sucede con el resto) generando un ambiente de texturas pesadas subrayando los momentos de mayor intensidad de la canción, y la voz que en ese contexto busca la claridad tratando de no dejarse ganar por la emoción de un mundo perdido.
“El día de los muertos” culmina una trilogía de EP –Navidad en reserva (2005), Un millón de Euros (2006), Día de los Muertos (2008) que según se sabe busca representar –el nacimiento, la vida y la muerte- tan solo puedo decir que escuché este último que presenta una cohesión temática muy sólida. Si los 70 fueron caros a la idea de los LP conceptuales en este nuevo siglo este grupo platense discurre en la práctica de EP conceptuales, ya no se trata de la totalidad de un discurso expresivo que abrevaba en la música culta, de vanguardia y experimental como pasaba en el rock cuando quería patentar su conocimiento, midiénsose con saberes académicos, sino que se trata de la verdad del fragmento, de la fisura de la contra- tradición que vino después queriendo destruir y en el mejor de los casos de-construir lo hecho por la ortodoxia desde el escupitajo punk. El día de los Muertos contiene seis canciones que en su derrotero hablan sobre fin del mundo, claramente las referencias cinéfilas son inevitables, inmediatamente viene a la retina del recuerdo “Nigth of the living dead” (1968) de George Romero, lejos de la connotación sobrenatural las películas de temática zombi siempre hablan más del contexto cultural y político que del más allá de la vida, que el mismo Romero se encargó de remarcar su visión crítica social en sus siguientes films, hay toda una tradición cinéfila de clase B que creció y educó sus afectos como el placer estético a partir de este tipo de películas.
Este EP de El Mató de alguna manera se adelanta al fenómeno sobre los zombis y el fin del mundo que encontraría en la serie “The Walking Dead” (2010) basada a su vez en el comic homónimo (2003) la mejor expresión popular de la industria sobre un tema francamente perturbador y poco maistrean La canción que abre el EP es “Noche de los muertos” la canción más larga dentro del conjunto (casi nueve minutos) con la letra más breve no más de cinco párrafos descriptivos que la voz comunica con monótona y desesperada pesadez, lo único que connota emoción es la guitarra, que fiel a su impronta de noise-rock crea texturas, cabalga sobre la batería y es empujado por el bajo a remarcar un estado de situación que el narrador no puede contar más que desde su pobreza expresiva: “Noche de los muertos/ en la ciudad el infierno/ el caos para mi mente/ y no puedo pensar/ la noche de los muertos.” No sé si la banda leyó el comic de Robert Kirkman pero es notorio que la segunda canción del EP “Mi próximo movimiento” hable de los mismo que sucede en el segundo capitulo de la serie, donde el protagonista se enfrenta a una nueva cotidianeidad donde lo familiar se vuelve extraño, donde los muertos vuelven y hay que matar esos cadáveres que ya dejaron de ser esos rostros amados y vecinos que hacían del vecindario el lugar en el mundo. La canción tiene un pulso punk, quizás sea la más punki en su actitud melódica, en la manera en que la voz se expone al frente de todo, advirtiendo que hay que jugarse el pellejo aunque lo que se vea conspire contra la misma normalidad que la voz narradora buscá mantener a riesgo de perder la cordura. “Voy a subir al techo, a ver, a mirar el desastre/ bajo la luz de la luna gigante/ ellos lloran debajo del árbol/ arriba del árbol/ detrás del árbol/ tuve miedo pero ya fue…/ ahora estoy arriba de mi casa con un rifle.”
El nudo central del Día de los muertos es la canción homónima que cuenta con su video que es un pequeño relato cinematográfico que en su confección está puesta toda la carne en el asador de films pos-apocalipticos, esta Mad Max ese héroe solitario, desolado y un poco loco, están las hordas de sobrevivientes que responden a un líder, y este tiene a otro ser conviviendo como un tubérculo dentro de su panza que tiene poderes mentales, y también aparecen los restos del pasado que un abierto guiño al banderín de River Plate en El anillo del capitan Beto de Spinetta, mezclan el folclore del futbol en un contexto de ciencia ficción vernácula, en el video el héroe se encuentra con un holograma de Maradona donde se contiene toda la emoción de este relato.
Todas las letras del Ep son tan mínimas como las canciones, existe una economía de recursos que hace de esta buscada pobreza una trinchera de posibilidades donde los músicos excavan una y otra vez esa canción que contenga a todas las otras. Día de los muertos termina con un tema casi de fogón llamada “La celebración del fuego” pareciera hecho con la urgencia de lo que se apaga pero que en su poética se permite el disenso y el ajuste de cuentas con el máximo responsable de la retórica apocalíptica. “Cuéntame esta historia mi señor Jesús/ anarquía y descontrol en la celebración/ muertos nuevos en tu mente mi señor Jesús/ muertos nuevos en tu reino mi señor Jesús/ Ey otra vez todo lo bueno se te fue (…) En el juicio final quiero verte mi señor/ en el juicio final/ en el diciembre final/ será un nuevo amanecer para la galaxia”
A fin de cuentas El mató un policía motorizado es un grupo de rock que propone otra manera de rockear alejada de todas las épicas pasadas, de todos los combates perdidos y de todo el resentimiento acumulado porque el mundo no cambio en la medida que el rock si lo hizo. Día de los muertos es un EP que condensa los relatos del fin del mundo mediado por la industria del entretenimiento, la cultura pop, la biblia junto al calefón y la simpleza de un trazo que tan solo busca decir lo que enuncia, con esa desganada lucidez de que sabe que el gesto estético siempre es un huella en la arena que el viento prontamente borrara para perderlo definitivamente, porque el fin siempre acecha. En “La síntesis de O´konor” la banda continuara su búsqueda de un mundo menos peor en la felicidad de la canción de que sea la canción, pero esto comporta otra historia alejada del fin de todo para adentrarse en los meandros cotidianos de una vida cualquiera que tan solo busca ese punto de fuga que lo destruya para siempre o lo ilumine en una nueva revelación de grises y explosiones monocromáticas.