Parte dos
"Pero son tentadores los medios: la tentación es creer que uno puede mandar sus ideas
y que va a impactar.
Eso lo podés pensar hasta los 25 años. Ni el más tonto de los personajes de Daniel
Hammet podía creer algo así. Hemos sidos muy ingenuos...
Sin embargo, aparecés en los mismos espacios caretas donde aparecen los personajes
mas estrafalarios de la farándula.
Si, uno cae en la trampa...Además, los medios necesitan tipos como uno:
"vamos a dejarlo hablar", parece que dijeran, y hasta te lo pueden hacer creer...
por supuesto que después no te dejan hablar de nada (...) los periodistas son
tremendamente moralistas. Horacio Gonzáles me decía que son evangelizadores
le bajan a la gente la idea de Dios, del ídolo, y ellos mismos se encargan de
bajar al ídolo, de cuestionarlo, de matar a Dios."*
Fito tuvo su momento de gloria, llego lo mas alto que podía llegar. Después el mundo cambió, la sensibilidad mutó (como todas las cosas) y se trasformó en un artista plenamente adulto.
Ahora esta lejos de esa exposición mediática, salvo pateando el tablero, como la nota en Página 12, pero no deja de ser una figura pública y sus opiniones tienen un efecto mediático. De hecho si algo cambio en este mundo, es que todo tiene efecto mediático, por supuesto que no es lo mismo la opinión de Fito que la de Graciela Alfano, hay calidades. Como también hay manipulación y montaje.
El affaire de Fito con los medios, es esa línea de tensión, entre el ser, el parecer y el espejismo de la identidad. Nunca es una relación simétrica. Son las reglas de un juego bastante perverso.
Por eso llama la atención el escándalo que desató esa nota, es cierto, no salió en cualquier diario pero tampoco se enarbolaba una bandera. Diariamente uno ve en los medios cosas más escandalosas, más terribles, y patéticas. Pero se trastocó el sentido, hoy (para los medios) es un escándalo tener ideas y salir al frente por ellas. No estoy diciendo de que los medios no tienen ideas, al contrario buscan monopolizar ciertas ideas y darles a la gente la sensación del pensamiento y la información.
"...creo que lo bestial es que los argentinos hayamos permitido que esas leyes se sancionaran: la obediencia debida, la del punto final; me hace pensar que vivo en un país que no tiene memoria, que no quiere tenerla, que se desentiende, con una clase media preocupada por salirse de esos temas rápidamente para irse a lo suyo. ¿Y qué es lo suyo? Lo económico, no importa a costa de qué. Me hace pensar que a lo mejor eso es el argentino: el que compra las revistas más nefastas que tiene este país y que ve los programas mas nefastos...Un país que vota por un presidente que hace dos semanas decía que los militares que se daban vuelta eran delincuentes y hoy aplaude a Balza... Estoy alarmado por el lugar en que vivo. Quizás el mundo fue siempre igual en todos los sitios, pero me parece esto tan abominable como Auschwitz."*
Fito viene insistiendo con lo mismo desde hace tiempo, mas allá de sus opiniones están sus canciones, hablan por sí solas. En ellas la sociedad argentina no sale bien parada, pero siempre a pesar de la dureza (de lo que se cuenta), hay espacio para la ternura, para el amor, para los sobrevivientes "en esta puta ciudad".
Fito Paéz, un hombre de provincia, un vecino, un cascarrabias, un escritor de canciones.
Ya hablaré de Mempo Giardinelli, de su prosa cristalina, de perfil bajo, pero contundente.
*las entrevistas citadas son del libro en conjunto de Fito Paéz con Enrique Symns, llamado sencillamente Páez y editado en 1995, con prólogo de Jorge Lanata. Como cambio el mundo!
El texto completo se lo puede leer en: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-172084-2011-07-12.html
jueves, 29 de septiembre de 2011
unos hombres de provincia
Parte uno
Hace unos meses, hubo un revuelo en la ciudad por una nota de Fito Paéz, en el diario página 12, la nota fue inmediatamente después, de que se supieran los resultados para Jefe de Gobierno, en la primera vuelta electoral.
Ese texto fue lo suficientemente punzante como para suscitar posiciones encontradas, contradictorias, acusaciones (de todo tipo), y un revuelo mediático bastante sospechoso.
Un tiempo después en el mismo diario, unos días antes del ballotage, (no recuerdo con exactitud la fecha) Mempo Giardinelli publicó una nota que compartía en parte el mismo tema, pero con objetivo bien distinto. No hubo revuelo, ni siquiera ruido de fondo, Mempo Giardinelli no tiene peso mediático ni es una figura pública, ni es estrella de rock, ni tampoco es Beatriz Sarlo. Es escritor (cuentista y novelista), su nota contrasta notablemente con el tono del texto de Fito y a su manera completa una lectura sobre los hechos en esta ciudad.
Uno de los temas es Mauricio Macri, reelecto Jefe de Gobierno el otro; la sociedad, Capital federal y sus decisiones electorales.
El propósito de esta nota no es inocente, no soy Macrista, soy lector de Página 12 y es de público conocimiento que este diario apoya al Kirschnerismo. Macri forma parte de una nueva camada de políticos, que no tienen carrera, pero si mucho poder económico. Se habla de frivolización y de políticos que cada vez tienen menos formación, pero si tienen un aparato que los sostiene, los viste, cuida su imagen, les dicen que decir y cuando evitar las polémicas. No voy a entrar en estos detalles, pero lo que me interesa tanto del texto de Fito como el de Mempo es analizar la mirada de estos dos artistas en un campo que no es el suyo, pero como ciudadanos se ven compelidos a hacerlo.
El texto de Fito apunta a la gente, a esa mitad, (como titula su nota) que apoyó y dio la victoria al Macrismo, su mirada es un diagnostico severo, un "yo acuso" que ataca donde más duele, al narcisismo de los porteños.
Pero esto no es nuevo, ya Fito en entrevistas y en su misma poética viene hablando de lo mismo: la sociedad argentina; de hecho "la casa desaparecida", una de las canciones centrales de "Abre", es uno de sus diagnósticos más pesados.
Pero empecemos por el párrafo que me interesa destacar, por un lado en su argumentación describe a una ciudad que ya no es lo que solía ser "hoy hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias. A la mitad de los porteños les gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A mitad de los porteños le encanta aparentar mas que ser. No por que no puedan. Es que no quieren ser."
En este párrafo esta concentrado todo el poder del texto, sobre todo la idea sobre la apariencia y el ser, que esta esbozada de manera general, porque la mirada es general, casi como si el autor estuviera en las alturas o en el púlpito bajando sentencias. Esto en parte le quita lucidez a la idea principal, porque le da mas importancia a la reacción que le provoca el malestar que al malestar mismo.
Si el texto hubiera desarrollado esta idea, tendríamos otra cosa, porque lo que viene después, no agrega nada mas que el enojo, que esta claro desde el principio.
En su forma, es mas un sermón que un análisis, una cruda descarga que se regodea con su enojo, bordeando su propia caricatura. Es más, uno se podría imaginar a Fito despotricando desde la montañas cual Zarathustra enojado con la humanidad. De hecho, este enojo fue lo mas utilizado por los medios para desacreditar esta nota, los Macristas agradecidos, porque encontraron mucha tela para cortar y acusar al partido opositor de intolerante. Lo cual es patético, Fito firmo la nota como vecino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no como militante.
Lo que mas prensa tuvo; es la utilización de palabra asco, la reacción física del rechazo, que Fito pone de manifiesto en esa mitad, podríamos estar o no de acuerdo con esto, pero de ahí a acusarlo por discriminar, estamos a un paso gigante. Podemos rechazar esta afirmación con argumentos, pero no queriendo trasformarlo en otra cosa.
Uno puede emitir su opinión, hay que hacerlo, es saludable, uno puede indignarse, manifestar su enojo, putear, es natural, necesario. Pero no quedarnos con esto, como manifestación de la verdad sobre las cosas.
El texto de Fito conmueve por la urgencia, por el impulso que tiene a exponerse, reaccionó "en caliente", eso tiene su costo y este es el hecho que mas moviliza, porque casi nadie lo hace. No hablo de expresar la opinión solamente, sino de poner el cuerpo, de sostener el discurso, aunque uno se equivoque.
De hecho hay que equivocarse, para comprender el efecto de las ideas sobre el cuerpo.
Una de las cosas que recalcaron para desacreditar la nota, es que Fito es de Rosario, -ni siquiera es porteño como para opinar de la ciudad, un hombre de provincias al que le fue bien en la capital, pero que no es generoso con sus opiniones, son hirientes y nos ponen en guardia- parecen decir los puristas, jactándose de sentido común.
Fito apunta bien, su blanco es el narcisismo porteño, un narcisismo que tiene historia.
Hace unos meses, hubo un revuelo en la ciudad por una nota de Fito Paéz, en el diario página 12, la nota fue inmediatamente después, de que se supieran los resultados para Jefe de Gobierno, en la primera vuelta electoral.
Ese texto fue lo suficientemente punzante como para suscitar posiciones encontradas, contradictorias, acusaciones (de todo tipo), y un revuelo mediático bastante sospechoso.
Un tiempo después en el mismo diario, unos días antes del ballotage, (no recuerdo con exactitud la fecha) Mempo Giardinelli publicó una nota que compartía en parte el mismo tema, pero con objetivo bien distinto. No hubo revuelo, ni siquiera ruido de fondo, Mempo Giardinelli no tiene peso mediático ni es una figura pública, ni es estrella de rock, ni tampoco es Beatriz Sarlo. Es escritor (cuentista y novelista), su nota contrasta notablemente con el tono del texto de Fito y a su manera completa una lectura sobre los hechos en esta ciudad.
Uno de los temas es Mauricio Macri, reelecto Jefe de Gobierno el otro; la sociedad, Capital federal y sus decisiones electorales.
El propósito de esta nota no es inocente, no soy Macrista, soy lector de Página 12 y es de público conocimiento que este diario apoya al Kirschnerismo. Macri forma parte de una nueva camada de políticos, que no tienen carrera, pero si mucho poder económico. Se habla de frivolización y de políticos que cada vez tienen menos formación, pero si tienen un aparato que los sostiene, los viste, cuida su imagen, les dicen que decir y cuando evitar las polémicas. No voy a entrar en estos detalles, pero lo que me interesa tanto del texto de Fito como el de Mempo es analizar la mirada de estos dos artistas en un campo que no es el suyo, pero como ciudadanos se ven compelidos a hacerlo.
El texto de Fito apunta a la gente, a esa mitad, (como titula su nota) que apoyó y dio la victoria al Macrismo, su mirada es un diagnostico severo, un "yo acuso" que ataca donde más duele, al narcisismo de los porteños.
Pero esto no es nuevo, ya Fito en entrevistas y en su misma poética viene hablando de lo mismo: la sociedad argentina; de hecho "la casa desaparecida", una de las canciones centrales de "Abre", es uno de sus diagnósticos más pesados.
Pero empecemos por el párrafo que me interesa destacar, por un lado en su argumentación describe a una ciudad que ya no es lo que solía ser "hoy hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias. A la mitad de los porteños les gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A mitad de los porteños le encanta aparentar mas que ser. No por que no puedan. Es que no quieren ser."
En este párrafo esta concentrado todo el poder del texto, sobre todo la idea sobre la apariencia y el ser, que esta esbozada de manera general, porque la mirada es general, casi como si el autor estuviera en las alturas o en el púlpito bajando sentencias. Esto en parte le quita lucidez a la idea principal, porque le da mas importancia a la reacción que le provoca el malestar que al malestar mismo.
Si el texto hubiera desarrollado esta idea, tendríamos otra cosa, porque lo que viene después, no agrega nada mas que el enojo, que esta claro desde el principio.
En su forma, es mas un sermón que un análisis, una cruda descarga que se regodea con su enojo, bordeando su propia caricatura. Es más, uno se podría imaginar a Fito despotricando desde la montañas cual Zarathustra enojado con la humanidad. De hecho, este enojo fue lo mas utilizado por los medios para desacreditar esta nota, los Macristas agradecidos, porque encontraron mucha tela para cortar y acusar al partido opositor de intolerante. Lo cual es patético, Fito firmo la nota como vecino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no como militante.
Lo que mas prensa tuvo; es la utilización de palabra asco, la reacción física del rechazo, que Fito pone de manifiesto en esa mitad, podríamos estar o no de acuerdo con esto, pero de ahí a acusarlo por discriminar, estamos a un paso gigante. Podemos rechazar esta afirmación con argumentos, pero no queriendo trasformarlo en otra cosa.
Uno puede emitir su opinión, hay que hacerlo, es saludable, uno puede indignarse, manifestar su enojo, putear, es natural, necesario. Pero no quedarnos con esto, como manifestación de la verdad sobre las cosas.
El texto de Fito conmueve por la urgencia, por el impulso que tiene a exponerse, reaccionó "en caliente", eso tiene su costo y este es el hecho que mas moviliza, porque casi nadie lo hace. No hablo de expresar la opinión solamente, sino de poner el cuerpo, de sostener el discurso, aunque uno se equivoque.
De hecho hay que equivocarse, para comprender el efecto de las ideas sobre el cuerpo.
Una de las cosas que recalcaron para desacreditar la nota, es que Fito es de Rosario, -ni siquiera es porteño como para opinar de la ciudad, un hombre de provincias al que le fue bien en la capital, pero que no es generoso con sus opiniones, son hirientes y nos ponen en guardia- parecen decir los puristas, jactándose de sentido común.
Fito apunta bien, su blanco es el narcisismo porteño, un narcisismo que tiene historia.
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