sábado, 6 de octubre de 2012
Lanata y la conciencia de sus cacerolas sin uso
"Gobernar a nuestro país es infinitamente más dificil que predicar desde la
oposición. Es una tarea en la que han fracasado todos los gobiernos no
peronista desde 1930."
Tomás Abraham
El presente Absoluto
En la misma semana donde algunos (me imagino ciento de miles) esperábamos con ansia nuestra panzada deportiva con el doblete de emociones: La copa Davis frente a la república checa jugando de local y el duelo de gigantes boxistícos, entre Maravilla Martinez y Julio César Chavez Jr, la sociedad argentina volvió a ponerse en guardia contra sus propios fantasmas.
Es de público conocimiento que el día jueves 13 de septiembre hubo una protesta masiva en diferentes partes del país, manifestación política de la gente al ritmo de las cacerolas y de consignas con una violencia simbólica (por lo menos acá en capital) que hace tiempo que no se oía, hacía un gobierno (no hace falta decirlo) elegido democráticamente.
Se supone que esta manifestación de la gente fue espontánea, convocada por las redes sociales y bajo ninguna agrupación política, expresando una serie de reclamos, disgustos, inconformidades y una alarmante incorrección política, que encontraba su tono en el más desaforado resentimiento no hacia el gobierno (solamente), sino hacia la democracia como la principal responsable de todos nuestros males.
"Ni dictadura ni democracia/quiero el fin de esta desgracia" rezaba alguno de los carteles de este
jueves pasado, algunos bastantes hirientes e ingeniosos como "vamos a Narnia prefiero que me gobierne un león a que me gobierne una yegua", otros con cierto grado de cinismo que juzgo sencillamente exquisito "en barrio norte también tenemos hambre" sostenidas por unas señoras que se encontraban famélicas, por alguna foto que las dignifique en su justo reclamo. Hubieron también carteles que asociaron al gobierno de la presidenta, con el nacionalsocialismo representados con el símbolo nazi y la leyenda abajo de Cristina 2015, hubieron cánticos que eran claramente un signo de clase "el que no salta/es negro y K", de jóvenes preocupados por las nuevas responsabilidades que puedan tener, como es el ejemplo de "tengo 16, no quiero votar, quiero chupar" , hubieron algunos que parecían querer despertar los fantasmas dormidos de la lucha anticomunista "Andate a Cuba la Puta que te pario, pero dejanos los dólares" o "Puta, chorra y montonera" y otros sencillamente pidiendo la cabeza de la presidenta "morite yegua".
Esto es solo una selección de las consignas a mi parecer, de las más significativas de la manifestación, es claro que no hay nada que interpretar en ellas salvo los signos de un rancio resentimiento, que excede a la misma naturaleza de la marcha que tiene una historia y se llama Argentina.
Lo interesante en sí, no fue la marcha sino su efecto en el imaginario popular y político, desde las diversas respuestas al hecho en las redes sociales, en los diarios, en la televisión, hasta un programa (aparentemente de puro entretenimiento) como Show Macht se manifestó fijando una posición sobre lo sucedido, ni hablar de los políticos alineados o no con el gobierno, que también dieron su lectura algunos minimizando, otros maximizando y comparando con lo sucedido en el 2001, y hasta la presidenta se pronunció de manera directa sobre lo ocurrido.
Cae de maduro que vivimos tiempos distintos en nuestro país, tiempos en donde la palabra "política" y "militante" parecen resignificarse y salir del largo bastardeo en el cual habían caído, desde que se restituyo la democracia. Tiempos que para algunos constituye una verdadera caza de brujas ( ideológica), donde las posiciones neutrales parecen inimaginables, donde por primera vez se pone en entredicho la labor periodística y la función de los medios en relación con la información , la construcción de los diversos relatos sobre como se debe mirar los acontecimientos políticos. La historia de sus complicidades, el monopolio, el affaire sobre el papel prensa y la ley de medios, son solos puntas de iceberg de algo mucho mas grande que también involucra a los gobiernos, como a este que a desarrollado un eficiente aparato de propaganda política, detalle estratégico que no se veía desde el primer gobierno de Perón.
Según algunos medios, parece que vivimos bajo una velada dictadura donde se coarta la libertad de expresión, donde se quiere imponer un solo relato no solo de la actualidad sino también del pasado, reescribiendo la historia de "los jóvenes maravillosos" que pelearon por el país que disfrutamos ahora.
Algunos hablan de chantaje ideológico por usar y abusar la política de los derechos humanos, para autentificar y legitimar el gobierno de los Kirchner. Pero la verdad de los hechos es que no existe una oposición sólida que pueda hacer sombra a lo que se esta viviendo en nuestro país desde la debacle del 2001. Hay mayor estabilidad financiera, se logró pagar la deuda con el F.M.I., hay una mejor redistribución de la riqueza y todo ese sector de la población que antes no tenía ni la mas remota posibilidad en el mercado laboral ahora tiene mas que eso. Se vive un momento de curiosa euforia por la reactivación de la industria, sobre todo con la nacionalización de IPF y el hecho aún más inédito es que comienza a aparecer de una manera cada vez mas consolidada la figura del estado.
También hubo un cambio de reparto, Clarín un diario que históricamente acompañó al oficialismo ahora parece ser de la oposición junto con el emblemático diario la Nación y el diario Página 12 que desde su creación parecía a estar a la izquierda de los gobiernos simpatizo desde el comienzo con el de Nestor y ahora sigue apoyando al de Cristina pero en sus páginas se permite el disenso hacía determinadas políticas o decisiones sobre determinados asuntos. Hay una libertad de opinión que se manifiesta por lo general bajo la atenta mirada de Mario Wainfeld o Eduardo Aliverti.
Se a escrito mucho sobre este hecho acontecido hace tres semanas, pero me gustaría detenerme en uno escrito a los poco días por Jorge Lanata, en la editorial del diario Clarín, donde despliega una serie de argumentos, que tiene la clara intención de articular en un discurso coherente, las verdades del reclamo que es una tarea atendible, (por cierto) pero Lanata deja ver la costura de su texto, se le nota demasiado el pretendido tono agridulce con el que busca empatizar con sus lectores, y sobre todo la estrategia de victimizarlos como si se hubiera levantado un nuevo muro de Berlín que coartara sus libertades civiles.
Si hay algo que los medios opositores han buscado instalar, es la idea de que vivimos en un país de miedo, miedo de salir a la calle, de no poder salir del país, de no poder comprar mas dólares, de la inseguridad, de la falta de perspectivas, de la inconsistencia del presente, de quedar aislados como Cuba, de subir a un tren para ir al conurbano, de quizás tener que pagar 5 pesos el boleto del subte, de que los pibes voten a los 16 y tengan mas argumentos políticos para seguir tomando colegios, para horror de Eduardo Feimman que le falta poco para una crisis nerviosa o para un largo berrinche, que lo haga pucherear frente a las cámaras como todo hombre sensible comprometido con su realidad. Hay miedos y miedos, como hay fantasías y manipulación, pero da la sensación de que lo que estamos viviendo como sociedad (acá hablo de la sociedad específicamente porteña) es la encarnación del horror de los horrores, una reacción casi atávica frente a claros avances sociales que gestionó este gobierno desde la práctica y el imaginario .
Por eso llama mucho la atención este cacerolazo, (su ironía implícita) ya Carlitos Marx lo había dicho allá por el mil ochocientos "la historia se repite: primero como tragedia y después como comedia". Estas cacerolas del jueves 13 de septiembre solo pone en entredicho la calidad de la protesta y deja en flagrante contradicción a los partidos opositores, porque hay un vacío en el reclamo de esta gente que no esta representada, por eso más allá de la violencia de la manifestación verbal, el reclamó era para la oposición, de manera indirecta aún a pesar de la gente convocada (¿espontáneamente?). Eso lo entendió muy bien el texto de Lanata publicado en la editorial del diario Clarín el sábado 15 de septiembre.
Cito: "(...) ante una oposición inexistente, los que protestaron no tienen una línea unívoca en el reclamo, no los unifica un programa o un lobby son los que quedaron del otro lado de la grieta." Es notable la imagen de la grieta, para expresar lo que para el periodista es una clara situación de exclusión, este es uno de los nudos mas importantes del texto, porque lo que busca en su estrategia, es construir ese muro invisible para la ciudadanía, pero sigo mejor con Jorge que la tiene mas clara " (...) les cuesta entender gente distinta que están unidas por un estado de ánimo común: siente que tienen derecho a ser ciudadanos completos, a ser tomados en cuenta.
Se puede encadenar a un esclavo, pero no se le puede pedir que ame las cadenas. El miedo es una construcción subjetiva, el objeto que lo despierta tiene la entidad del que le teme, por eso se desvanece cuando se rompe. Contra los consejos de Maquiavelo no es una buena herramienta para gobernar y, cuando lo es, solo dura un breve tiempo". Este párrafo es magistral, porque el ex compañero de ruta Jorge demuestra mucho talento para la ficción, porque inventa una sociedad del miedo, tiene la suficiente habilidad estilística como para mostrarnos nuestras cadenas, tenemos miedo nos dice pero también enojo, esto se acaba, esto se acaba y salimos a la calle para espantar al cuco, "esa construcción subjetiva" en ese acto hay una advertencia que Jorge de manera sutil nos dice: los gobiernos que se mantienen gracias al miedo duran poco, dice con suficiente aplomo como para tranquilizar nuestras conciencias, olvidando o metiendo debajo de la alfombra, lo que duraron las dictaduras latinoaméricanas, ni hablar del gobierno de nuestro vecino Stroessner, que duro treinta años gracias al ejercicio de la política del miedo.
Pero el momento realmente encantador de este texto de es cuando asevera con tono preocupado " Los que protestaban el jueves tienen hijos a los que no saben como explicarles lo que pasa, necesitan decirles que existe una justicia sin Oyarbides y que la ley es la misma para todos. La del otro día fue una marcha contra los propietarios de la razón, contra los dueños de la verdad. (...) Es dificil dialogar con quien cree que esta llevando a cabo una revolución. Es todavía peor cuando esa revolución ni siquiera existe sino en el relato oficial." Este momento tiene un efecto cómico, porque Jorge en su afán de victimizar a las personas que integraron este cacerolazo imposta el tono, sobreactua la situación e insiste con esta cavernícola idea, de que los hijos no saben lo que sucede en el país, acaso se olvida de los colegios tomados, de que los pibes están tanto o más informados que sus padres que se quedaron con el viejo discurso de que los gobiernos nos cagan, son corruptos y no saben o no quieren ver las conquistas civiles, hace falta decirlo: el juicio a las juntas, el matrimonio igualitario, la ley por la identidad de género, por citar las mas controvertidas... pero claro me olvidaba mi papá siempre me decía- con los militares estabamos mejor...
Los problemas que tiene nuestros país son estructurales, un gobierno no trae la solución para todos los males, aunque la euforia de la gente por momentos para decir que sí, pero lo que hizo estos gobiernos (sucesivos) de Nestor y Cristina es comenzar a inventar un país prácticamente desde la nada, (o acaso se olvidaron de la pesadilla del 2001) por supuesto hay cosas objetables en el gobierno de los Kirchner, pero de ahí a afirmar "quieren dinamitar el sistema legal, domesticar el parlamento, unificar y controlar a los medios, condicionar a los jueces al nuevo ordenamiento y obtener la reeleción indefinida." me parece una lectura de los hechos demasiado tendenciosa, si en cambio hay cosas atendibles cuando agrega líneas más adelante "(...) es una "revolución" protagonizada por ex funcionarios menemistas, otros de la Alianza, gremialistas de la dictadura, funcionarios grises y escandalosamente corruptos del sur, un vicepresidente que quiso quedarse con la máquina de hacer dinero, una reivindicación absolutamente acrítica de la violencia política de los 70 y gobernadores de las provincias en las que la democracia no parece haber llegado nunca desde 1983."
El problema de un texto como el de Lanata y muchos otros, es que están más preocupados en bajar una sentencia sobre lo que sucede, que realmente confrontar los hechos con los discursos, las gestiones sobre la realidad y la política sobre las personas. Entonces desde esta perspectiva no hay diálogo posible desde una oposición que es más un deseo que una realidad y a la que solo le interesa poner más palos en la rueda para que todo se derrumbe, como ha sido siempre en nuestra tradición de gobiernos golpistas, como esta sucediendo con el paro de prefectura y gendarmeria que como todos saben es justo en su reclamo, el gobierno no tuvo inconveniente en reconocer su error, pero este hecho rápidamente es leído por nuestros queridos dinosaurios (con ansias de sangre) como una oportunidad para clamar por la revancha, porque estos fósiles de nuestra historia sienten que su dignidad fue mancillada, la insignia de las fuerzas armadas manchadas y el honor desehecho y tienen eco, claro que sí, es el deseo de muchos que este gobierno caiga, a como de lugar.
Lanata se ha convertido en la conciencia moral de este sector de la sociedad, se convirtió en la voz autorizada para hablar de nuestros males, hay quienes dicen que su carrera se comenzó a ir al carajo cuando Lino Patalano lo convocó para su teatro de revista, pero yo creo que eso, en todo caso potenció ese show business del intelectual comprometido, mas preocupado por los efectos de su discurso y de los emprendimientos editoriales y audiovisuales, que el de realmente elaborar un pensamiento sobre los hechos de nuestro país. Fiel a su formación de periodista le gusta vender titulares, enunciar algunos puntos, los más visibles, rebuscar otros y dar la sensación a su audiencia de que están participando del pensamiento.
No quiero ser injusto con Jorge tiene buenas cosas, es astuto, escribe bien y cuando habla sabe generar la atención necesaria para que uno escuche palabra por palabra lo que nos está comunicando. Pero con los años perdió frescura, se le nota demasiado que quiere ajustar cuentas con con su pasado, los entretelones de su derrotero político y profesional en los medios, en la argentina de los últimos 30 años, esta claro que no le importan las contradicciones, ni lo que hizo ni dijo en su pasado belingerante, de periodista de investigación comprometido, con simpatías políticas de centro izquierda. Se ha inventado de nuevo, que no es poco teniendo en cuenta su edad y trayectoria, ahora es Lanata a secas, la caricatura de lo que supo ser.
El texto de Lanata se titula "Y el reclamo fue democracia, más democracia, mejor democracia" pueden hacer su lectura, confrontar con la mía y enriquecer el debate sobre el país que tenemos.
Para leerlo pueden entrar en: http://www.clarin.com/opinion/reclamo-democracia-mejor_0_774522645.html
Algunas de estas fotos que ilustran la nota son de Cecilia Estalles que compartió muchas en faceboock y por las repercusiones de la misma fue censurada en el sitio. Asi que se armo un pequeño video con las fotos y algunas declaraciones de la gente en la marcha, que son más que elocuentes.
El video lo pueden en este link https://www.youtube.com/watch?v=szjNxYY7daY&feature=player_embedded
viernes, 17 de agosto de 2012
A veces la felicidad es pura tristeza
este es el momento para detenerte, pues
se revelan detalles importantes de la historia.
"Elvis esta vivo/ me lo dijo un amigo/cuando el sol empezaba a caer/
esta en el cuarto forrado de leopardo dorado/ se queda viendo
su propio funeral"
Elvis esta vivo
Andres Calamaro
esta en el cuarto forrado de leopardo dorado/ se queda viendo
su propio funeral"
Elvis esta vivo
Andres Calamaro
-cuál es el sentido de hacer una película asi, es un bajón- argumentaba mi cuñado visiblemente perturbado después de haber visto "El Ultimo Elvis".
-y ese... él que te sientas así- contestaba yo sorprendido por su reacción.
-o sea que el objetivo del director es que te bajonees, que te pongas mal.
-jajajaja, bueno esa es su propuesta- fue mi respuesta afectada por la risa.
-o sea que te gusta eso, películas que te hagan sufrir-
-bueno, bueno...-
-yo quiero que una película me entretenga, que haya acción, tipo la que vimos la otra noche- se refería a la última de Stallone, esa que había filmado con sus amiguetes, una verdadera fiesta de hemoglobina, acción, buenas peleas y algún que otro buen chiste con mucho guiño autoirónico, hacia las mismas películas con que se hicieron famosos durante las décadas pasadas.
-pero el Ultimo Elvis también te entretiene o si no, no la hubieras terminado de mirar-
-pero es un bajón, el tipo solo...con una vida de mierda-
Quisimos contagiar nuestro entusiasmo al hermano de Mara, evidentemente no lo conseguimos (del todo) había reaccionado frente al film casi como si lo que estuviera viendo le hubiera sucedido a un amigo, había comprado la película con el firme propósito de compartirla con él y no la había vuelto a ver desde el momento de su estreno. Tanto a mi mujer como a mí la película nos había conmovido, confieso que al principio la actuación de John Mc Innerny (el personaje principal) no me convencía del todo, pero en la medida que transcurría el film fui comprando no tanto su actuación sino ese mundo donde la película despliega su historia.
La semana pasada un amigo me dice que la vio y charlamos largo tendido sobre ella, él argumentando los motivos por los cuales le parecía una mala película y yo rescatando lo que me había parecido interesante del film. Tanto la reacción de mi cuñado como lo de mi amigo atraviesan de cabo a rabo esta nota, que no es mas que un efecto de la película en principio y de cierta tendencia estética en el cine local que suscita una pregunta como la de mi cuñado, (quizás el espectador promedio), una persona que disfruta del cine.
¿Alguna vez quisiste ser otra persona? reza el eslogan que acompaña al afiche de la película que junto con el título de la misma, nos orientan como espectadores y no nos da demasiado margen para que leamos la película de otra manera mas que la manera en que el propio film tiene de si mismo.
La historia es sencilla en su forma, hasta se podría agregar que es bastante esquemática y previsible, pero creo que eso al director le tiene sin cuidado porque entiendo que su intensión es que compartamos la rutina de una vida que solo encuentra sentido en las canciones y en el mundo que Elvis supo habitar, a fuerza de talento, carisma, belleza, ingenuidad y la fortuna de que la industria del espectáculo junto con la naciente televisión, estaba en pañales.
La historia de este Elvis suburbano, bien podría ser un blues de Pappo de no mas de tres minutos o un scketch de Capusotto fugaz y corrosivo, también y porqué no, un cuento de Pablo Ramos donde asistimos a las desventuras de este personaje siempre con mucho humor y con el cuidado atento de esa ternura que raspa, que caracteriza a la escritura de Pablo. Digo esto porque la historia de un hombre obsesionado con las canciones de Elvis en un país sudamericano da mas para el humor que para el drama, sobre todo por la ironía implícita del hecho. Después de todo nosotros tuvimos nuestro Elvis, hecho a la medida de nuestra sensibilidad, eso sí nuestro Sandro de ingenuo no tuvo nada y supo trasmutar el rock por el melodrama con fina actuación.
Que no es el caso del personaje de esta película llamado Carlos Gutierrez que tiene una banda tributo, canta muy bien, tiene a su madre en el asilo, es separado, tiene una hija que se llama Lisa y a su ex mujer la llama Priscilla aunque ese no sea su verdadero nombre, como le remarca ella en algún momento del film. No sabe como comunicarse con su hija pero eso no parece ser problema para él, porque tiene un plan y el film es la puesta en escena de ese objetivo, cuando la película comienza la decisión ya esta tomada. No hay duda en ese aspecto salvo cuando su ex mujer y su hija sufren un accidente que lo obliga a volver a su trabajo (que no le gusta) porque tiene un gasto imprevisto y tiene que posponer su plan.
Físicamente no es muy parecido al Rey pero tiene una voz que tiene su presencia, quizás con más enojo pero también con mas matices porque a nuestro Elvis suburbano le falta todo el glamour y el carisma que el otro tuvo de sobra, por eso en la calidad de su voz se juega todas las fichas para que la transfiguración sea efectiva, pero nadie lo reconoce ni siquiera su ex mujer.
La lógica del personaje si hay lógica en esto, es que si no puede tener la vida del ídolo, (a pesar de su banda tributo) va a tener su muerte y esta es la trama de una película que al principio parece ir hacia la comedia pero imprevistamente pega el volantazo y se trasforma en un drama ni sórdido ni miserable tan solo silencioso, irreal y por momentos monótono.
Hay una tendencia en nuestro cine que apareció con Pizza, birra y faso, película que marco un antes y un después y generó un contexto favorable, para que apareciera una camada de autores que patearon el tablero de la producción local, haciendo un cine que antes se pensaba imposible, con poco dinero pero con abundantes ideas. Desde entonces las pantallas se fueron poblando de personas tan reales como nuestros vecinos, más que una estética en cuestión, parecía una reacción saludable frente a un cine prematuramente envejecido, por los estragos de la dictadura, la endogamía por las mismas ideas miserables sobre la industria, la notoria anemia de historias interesantes, la completa obsecuencia de los medios frente a los estrenos (amiguismo, clientelismo) y las películas tan alejadas del cine como de la vida. Frente a esto el nuevo cine se comenzó a ocupar en mostrar de la manera más veraz posible lo que sucedía en el país y a problematizar sobre la forma , los medios, las estéticas posibles para narrar lo que acontecía. Hubo política si, abiertamente, pero por efecto y lo que parecía militancia en algunos casos, no era más que ética de trabajo.
El último Elvis comparte cierto rasgos estilísticos de este cine, pero lo que era fresco para el panorama local hace más de diez años atrás, en este film de Armando Bó acusa recibo de agotamiento, hay en el desarrollo de la película cierto cansancio en su andar que es tanto del personaje como de la forma que opera el film en mostrar el derrotero de este Elvis suburbano. Hay cierto abuso en los tiempos muertos, porque llega un momento en que no alcanza con solo mostrar al personaje durmiendo, esperando, o comiendo ,etc, para narrar el vacío de una vida. No es que la manera documental de aproximarse a las escenas no funcione sino que no funciona del todo porque en el film hay dos impulsos, uno de ellos es narrar de la manera más clara posible, el otro impulso se detiene en los silencios, en la morosidad de los detalles en la opacidad del personaje a través de sus rutinas diarias (que son siempre las mismas) y en la música de Elvis que recorre el film como un fantasma efectivo porque gran parte de la película se explica en el mito del rock y en la redención de todo esfuerzo.
Cuando estas líneas se tocan, y problematizan, hay película cuando no, aparece la humanidad de John Mc Innerny para sostener las escenas más dificiles pero la historia de fondo se pierde en su esquematismo y se dejan ver los hilos de la costura, pero son momentos, la historia presenta un plan que debe suceder y esto es lo que hace avanzar la narración, sin suspenso, sin misterio casi con indiferencia la cámara registra el paso a paso del personaje, afortunadamente sin golpes bajos, ni picos dramáticos todo parece suceder en un doble registro. Uno de los aciertos en el trabajo sobre John Mc Innerny, es que su actuación esta en otro código en relación con la economía del relato y a los otros personajes. Su personaje parece deliveradamente acartonado cuando dice sus parlamentos que en su gran mayoría son frases hechas pero que en esa tosquedad que presenta su actuación, se encuentra la enorme verdad de su trabajo, todo pasa por dentro en un registro íntimo donde el espectador no puede acceder.
Hay cierto grado de enajenación en todo fanatismo pero también de felicidad, como de adolescencia en reproducir las marcas, los gestos de nuestros héroes musicales, todo se explica y se contiene ahí. El destino de las bandas tributo es el de compartir una nostalgia por un tiempo que quizás no se vivió, es un volver al pasado de la manera mas literal posible, por supuesto esta nostalgia tiene su negocio, su rédito, sus seguidores y mucha competencia en relación con otras bandas que se dedican a lo mismo.
El último Elvis parece arrancar por ahí al mostrar esos ambientes, pero no son mas que los primeros minutos como el momento de la fiesta, que es una pena que no haya determinado más, porque daba para mucho esa fauna de dobles de estrellas de rock que dentro del film solo queda como una anécdota pintoresca.
Los momentos donde el personaje principal sale de su acartonamiento, son los que esta con su hija. Cuando se tiene que hacer cargo de ella después del accidente que sufre con la madre, Margarita López (una muy joven actriz) funciona como una piedra basal donde John Mc innerny raspa su verdad y queda lo esencial. Este encuentro le da matices, brinda información, ahi uno comienza a entender ese deslizamiento de la realidad (por decirlo de alguna manera) que detenta el personaje de manera sutil. En esos momentos la película respira, tiene aire y también cierto humor (por consecuencia) sobre todo en las escenas donde le enseña a jugar al pool, donde despliega una tosquedad y una falta de tacto que despierta mucha ternura y gracia o cuando ella dice -bueno ahora me tengo que dormir- dando por terminada la canción, obviamente de Elvis que el padre canta junto a su cama improvisada en la sala, en uno de los momentos más logrados del film.
Lo que deja bastante que desear es como se retrata la relación que tiene Carlos Gutierrez (Elvis) con sus músicos, porque si hay un lugar conflictivo y polémico para un personaje de la talla como la que propone la historia, ese lugar es dentro de la banda. La película solo decide, que no son mas que músicos contratados y que de alguna manera acatan la idea de que tocan para este Elvis redivivo, porque sino no se entendería una escena como la que muestra el film, donde una de las coristas en un ensayo, le alcanza el teléfono con la actitud solicita de una secretaria mas que de una integrante o soportar en escena los desplantes del cantante porque el sonido no le gusta, porque nadie más que él se queja o por lo menos eso es lo que decide mostrar el director, ahí es donde se deja ver lo más flojo de la película, porque tanto el contexto de los integrantes de la banda, como la de los músicos que tienen bandas tributos, en ese mundo laburante donde se mezcla el oficio con la pasión y tambien la felicidad de despuntar el vicio del rock and roll, son contextos ideales para confrontar a un personaje que toma la decisión de parecerse a ese último Elvis, (gordo, fofo, ajado por las drogas y los desbordes de la fama), montando un plan sistemático de semejanza, buscando engordar para ir a morir en la mansión del Elvis real y para ello va juntando plata, uno imagina que de a poco, con lo que le entra de sus presentaciones, que le pagan con retrazo y consintiendo en laburar en un trabajo que desprecia, vendiendo sus electrodomésticos, incluso su auto, todo ese sacrificio para ir a Memphis y suicidarse con los mismos 42 años de Elvis.
El riesgo que emprendió Armando Bó es el de convertir esta ironía (esa caricatura implícita) en algo serio, en un drama familiar sobre la incomunicación, la soledad, la paternidad como un estorbo interpuesto ante el deseo de ser alguien y la redención como camino de una muerte solitaria en la casa de los sueños.
La intención de la película es esta, confirmar una idea sobre el sacrificio y la persistencia de llevarla a cabo aunque ese precio sea la muerte. Carlos Gutierrez "El último Elvis" se sacrifica para acercarse a su ídolo y fundirse en la misma muerte, en el mismo baño , para ello se va desprendiendo de todas sus pertenencias, incluso de su familia, un amor más grande lo aguarda, la escena final subraya esa intención religiosa de entrega final y es el único momento enteramente solemne del film, al narrar el suicidio con ese hermoso aire de gospel de la emblemática canción American trilogy.
No sé si Armando Bó logró su objetivo, no creo que El último Elvis sea una gran película tampoco es mala, se ubica para mí en una categoría de películas queridas e inservibles como todo el cine que me gusta, que adolece de muchos defectos y virtudes contradictorias, eso si, se requiere de una paciencia bastante especial, una que a veces ni yo la tengo.
En cuanto a mi cuñado se que se repuso del mal trago del film, eso no afecto su amor por las canciones de Elvis, las sigue escuchando y espero pronto nuestra próxima visita a su casa, para compartir la última de Stallone, que promete ser una encantadora fiesta de berretadas, acción como Dios manda y sangre, obvio.
Se sabe que John Mc Innerny tiene una banda tributo llamada Elvis Vive y que originariamente había sido contratado para que sea el couch del actor seleccionado.
Todas las canciones que aparecen en la película son registros en vivo para la filmación, lo cual le da un carácter mas crudo a las canciones y a la interpretación.
Armando Bó participo en el guión de Biutiful de Alejandro Gonzales Iñárritu, de alguna manera El último Elvis comparte el mismo aliento pesado y denso de las películas del directo mexicano.
El último Elvis fue protagonizada por John Mc Innerny, Griceda Siciliani y Margarita López.
El ultimo Elvis fue presentada en el festival de Sundance.
El guión de la película es de Nicolas Giacobone y Armando Bó.
Trailer oficial de la película http://www.youtube.com/watch?v=kGZ1ysL8rAc
-pero el Ultimo Elvis también te entretiene o si no, no la hubieras terminado de mirar-
-pero es un bajón, el tipo solo...con una vida de mierda-
Quisimos contagiar nuestro entusiasmo al hermano de Mara, evidentemente no lo conseguimos (del todo) había reaccionado frente al film casi como si lo que estuviera viendo le hubiera sucedido a un amigo, había comprado la película con el firme propósito de compartirla con él y no la había vuelto a ver desde el momento de su estreno. Tanto a mi mujer como a mí la película nos había conmovido, confieso que al principio la actuación de John Mc Innerny (el personaje principal) no me convencía del todo, pero en la medida que transcurría el film fui comprando no tanto su actuación sino ese mundo donde la película despliega su historia.
La semana pasada un amigo me dice que la vio y charlamos largo tendido sobre ella, él argumentando los motivos por los cuales le parecía una mala película y yo rescatando lo que me había parecido interesante del film. Tanto la reacción de mi cuñado como lo de mi amigo atraviesan de cabo a rabo esta nota, que no es mas que un efecto de la película en principio y de cierta tendencia estética en el cine local que suscita una pregunta como la de mi cuñado, (quizás el espectador promedio), una persona que disfruta del cine.
¿Alguna vez quisiste ser otra persona? reza el eslogan que acompaña al afiche de la película que junto con el título de la misma, nos orientan como espectadores y no nos da demasiado margen para que leamos la película de otra manera mas que la manera en que el propio film tiene de si mismo.
La historia de este Elvis suburbano, bien podría ser un blues de Pappo de no mas de tres minutos o un scketch de Capusotto fugaz y corrosivo, también y porqué no, un cuento de Pablo Ramos donde asistimos a las desventuras de este personaje siempre con mucho humor y con el cuidado atento de esa ternura que raspa, que caracteriza a la escritura de Pablo. Digo esto porque la historia de un hombre obsesionado con las canciones de Elvis en un país sudamericano da mas para el humor que para el drama, sobre todo por la ironía implícita del hecho. Después de todo nosotros tuvimos nuestro Elvis, hecho a la medida de nuestra sensibilidad, eso sí nuestro Sandro de ingenuo no tuvo nada y supo trasmutar el rock por el melodrama con fina actuación.
Que no es el caso del personaje de esta película llamado Carlos Gutierrez que tiene una banda tributo, canta muy bien, tiene a su madre en el asilo, es separado, tiene una hija que se llama Lisa y a su ex mujer la llama Priscilla aunque ese no sea su verdadero nombre, como le remarca ella en algún momento del film. No sabe como comunicarse con su hija pero eso no parece ser problema para él, porque tiene un plan y el film es la puesta en escena de ese objetivo, cuando la película comienza la decisión ya esta tomada. No hay duda en ese aspecto salvo cuando su ex mujer y su hija sufren un accidente que lo obliga a volver a su trabajo (que no le gusta) porque tiene un gasto imprevisto y tiene que posponer su plan.
Físicamente no es muy parecido al Rey pero tiene una voz que tiene su presencia, quizás con más enojo pero también con mas matices porque a nuestro Elvis suburbano le falta todo el glamour y el carisma que el otro tuvo de sobra, por eso en la calidad de su voz se juega todas las fichas para que la transfiguración sea efectiva, pero nadie lo reconoce ni siquiera su ex mujer.
La lógica del personaje si hay lógica en esto, es que si no puede tener la vida del ídolo, (a pesar de su banda tributo) va a tener su muerte y esta es la trama de una película que al principio parece ir hacia la comedia pero imprevistamente pega el volantazo y se trasforma en un drama ni sórdido ni miserable tan solo silencioso, irreal y por momentos monótono.
Hay una tendencia en nuestro cine que apareció con Pizza, birra y faso, película que marco un antes y un después y generó un contexto favorable, para que apareciera una camada de autores que patearon el tablero de la producción local, haciendo un cine que antes se pensaba imposible, con poco dinero pero con abundantes ideas. Desde entonces las pantallas se fueron poblando de personas tan reales como nuestros vecinos, más que una estética en cuestión, parecía una reacción saludable frente a un cine prematuramente envejecido, por los estragos de la dictadura, la endogamía por las mismas ideas miserables sobre la industria, la notoria anemia de historias interesantes, la completa obsecuencia de los medios frente a los estrenos (amiguismo, clientelismo) y las películas tan alejadas del cine como de la vida. Frente a esto el nuevo cine se comenzó a ocupar en mostrar de la manera más veraz posible lo que sucedía en el país y a problematizar sobre la forma , los medios, las estéticas posibles para narrar lo que acontecía. Hubo política si, abiertamente, pero por efecto y lo que parecía militancia en algunos casos, no era más que ética de trabajo.
El último Elvis comparte cierto rasgos estilísticos de este cine, pero lo que era fresco para el panorama local hace más de diez años atrás, en este film de Armando Bó acusa recibo de agotamiento, hay en el desarrollo de la película cierto cansancio en su andar que es tanto del personaje como de la forma que opera el film en mostrar el derrotero de este Elvis suburbano. Hay cierto abuso en los tiempos muertos, porque llega un momento en que no alcanza con solo mostrar al personaje durmiendo, esperando, o comiendo ,etc, para narrar el vacío de una vida. No es que la manera documental de aproximarse a las escenas no funcione sino que no funciona del todo porque en el film hay dos impulsos, uno de ellos es narrar de la manera más clara posible, el otro impulso se detiene en los silencios, en la morosidad de los detalles en la opacidad del personaje a través de sus rutinas diarias (que son siempre las mismas) y en la música de Elvis que recorre el film como un fantasma efectivo porque gran parte de la película se explica en el mito del rock y en la redención de todo esfuerzo.
Cuando estas líneas se tocan, y problematizan, hay película cuando no, aparece la humanidad de John Mc Innerny para sostener las escenas más dificiles pero la historia de fondo se pierde en su esquematismo y se dejan ver los hilos de la costura, pero son momentos, la historia presenta un plan que debe suceder y esto es lo que hace avanzar la narración, sin suspenso, sin misterio casi con indiferencia la cámara registra el paso a paso del personaje, afortunadamente sin golpes bajos, ni picos dramáticos todo parece suceder en un doble registro. Uno de los aciertos en el trabajo sobre John Mc Innerny, es que su actuación esta en otro código en relación con la economía del relato y a los otros personajes. Su personaje parece deliveradamente acartonado cuando dice sus parlamentos que en su gran mayoría son frases hechas pero que en esa tosquedad que presenta su actuación, se encuentra la enorme verdad de su trabajo, todo pasa por dentro en un registro íntimo donde el espectador no puede acceder.
Hay cierto grado de enajenación en todo fanatismo pero también de felicidad, como de adolescencia en reproducir las marcas, los gestos de nuestros héroes musicales, todo se explica y se contiene ahí. El destino de las bandas tributo es el de compartir una nostalgia por un tiempo que quizás no se vivió, es un volver al pasado de la manera mas literal posible, por supuesto esta nostalgia tiene su negocio, su rédito, sus seguidores y mucha competencia en relación con otras bandas que se dedican a lo mismo.
El último Elvis parece arrancar por ahí al mostrar esos ambientes, pero no son mas que los primeros minutos como el momento de la fiesta, que es una pena que no haya determinado más, porque daba para mucho esa fauna de dobles de estrellas de rock que dentro del film solo queda como una anécdota pintoresca.
Los momentos donde el personaje principal sale de su acartonamiento, son los que esta con su hija. Cuando se tiene que hacer cargo de ella después del accidente que sufre con la madre, Margarita López (una muy joven actriz) funciona como una piedra basal donde John Mc innerny raspa su verdad y queda lo esencial. Este encuentro le da matices, brinda información, ahi uno comienza a entender ese deslizamiento de la realidad (por decirlo de alguna manera) que detenta el personaje de manera sutil. En esos momentos la película respira, tiene aire y también cierto humor (por consecuencia) sobre todo en las escenas donde le enseña a jugar al pool, donde despliega una tosquedad y una falta de tacto que despierta mucha ternura y gracia o cuando ella dice -bueno ahora me tengo que dormir- dando por terminada la canción, obviamente de Elvis que el padre canta junto a su cama improvisada en la sala, en uno de los momentos más logrados del film.
Lo que deja bastante que desear es como se retrata la relación que tiene Carlos Gutierrez (Elvis) con sus músicos, porque si hay un lugar conflictivo y polémico para un personaje de la talla como la que propone la historia, ese lugar es dentro de la banda. La película solo decide, que no son mas que músicos contratados y que de alguna manera acatan la idea de que tocan para este Elvis redivivo, porque sino no se entendería una escena como la que muestra el film, donde una de las coristas en un ensayo, le alcanza el teléfono con la actitud solicita de una secretaria mas que de una integrante o soportar en escena los desplantes del cantante porque el sonido no le gusta, porque nadie más que él se queja o por lo menos eso es lo que decide mostrar el director, ahí es donde se deja ver lo más flojo de la película, porque tanto el contexto de los integrantes de la banda, como la de los músicos que tienen bandas tributos, en ese mundo laburante donde se mezcla el oficio con la pasión y tambien la felicidad de despuntar el vicio del rock and roll, son contextos ideales para confrontar a un personaje que toma la decisión de parecerse a ese último Elvis, (gordo, fofo, ajado por las drogas y los desbordes de la fama), montando un plan sistemático de semejanza, buscando engordar para ir a morir en la mansión del Elvis real y para ello va juntando plata, uno imagina que de a poco, con lo que le entra de sus presentaciones, que le pagan con retrazo y consintiendo en laburar en un trabajo que desprecia, vendiendo sus electrodomésticos, incluso su auto, todo ese sacrificio para ir a Memphis y suicidarse con los mismos 42 años de Elvis.
El riesgo que emprendió Armando Bó es el de convertir esta ironía (esa caricatura implícita) en algo serio, en un drama familiar sobre la incomunicación, la soledad, la paternidad como un estorbo interpuesto ante el deseo de ser alguien y la redención como camino de una muerte solitaria en la casa de los sueños.
La intención de la película es esta, confirmar una idea sobre el sacrificio y la persistencia de llevarla a cabo aunque ese precio sea la muerte. Carlos Gutierrez "El último Elvis" se sacrifica para acercarse a su ídolo y fundirse en la misma muerte, en el mismo baño , para ello se va desprendiendo de todas sus pertenencias, incluso de su familia, un amor más grande lo aguarda, la escena final subraya esa intención religiosa de entrega final y es el único momento enteramente solemne del film, al narrar el suicidio con ese hermoso aire de gospel de la emblemática canción American trilogy.
No sé si Armando Bó logró su objetivo, no creo que El último Elvis sea una gran película tampoco es mala, se ubica para mí en una categoría de películas queridas e inservibles como todo el cine que me gusta, que adolece de muchos defectos y virtudes contradictorias, eso si, se requiere de una paciencia bastante especial, una que a veces ni yo la tengo.
En cuanto a mi cuñado se que se repuso del mal trago del film, eso no afecto su amor por las canciones de Elvis, las sigue escuchando y espero pronto nuestra próxima visita a su casa, para compartir la última de Stallone, que promete ser una encantadora fiesta de berretadas, acción como Dios manda y sangre, obvio.
Se sabe que John Mc Innerny tiene una banda tributo llamada Elvis Vive y que originariamente había sido contratado para que sea el couch del actor seleccionado.
Todas las canciones que aparecen en la película son registros en vivo para la filmación, lo cual le da un carácter mas crudo a las canciones y a la interpretación.
Armando Bó participo en el guión de Biutiful de Alejandro Gonzales Iñárritu, de alguna manera El último Elvis comparte el mismo aliento pesado y denso de las películas del directo mexicano.
El último Elvis fue protagonizada por John Mc Innerny, Griceda Siciliani y Margarita López.
El ultimo Elvis fue presentada en el festival de Sundance.
El guión de la película es de Nicolas Giacobone y Armando Bó.
Trailer oficial de la película http://www.youtube.com/watch?v=kGZ1ysL8rAc
lunes, 25 de junio de 2012
cuentos del futuro
No recuerdo muy bien la fecha, pero creo que para mediados de 1995 o principios de 1996, Patricio de manera gradual me fue dando a conocer en interminables charlas -donde la música ocupaba un rol preponderante-, la obra hasta ese momento desconocida para mí de Vangelis, especialmente la banda sonora de la película Blade Runner de Ridley Scott.
La amistad con Patricio surgió cuando quise estudiar antropología, una carrera que en aquel tiempo condensaba una gran cantidad de jóvenes con pretensiones artísticas, que por algún gran malentendido se metían a estudiarla. Ignoro si esto sigue sucediendo, pero en aquel momento era común charlas que iban de la literatura al cine, de la pintura al teatro, y en menor medida sobre la carrera y la política de aquellos años.
Patricio había cruzado todo el país (literalmente) para venir a estudiar a Posadas, fue el primer chileno que conocí y gracias al ejercicio de la amistad, evito en mí ese prejuicio cultural entre países limítrofes tan característico.
El venía de Punta Arenas del extremo sur del continente, trayendo consigo una forma de ejercer la sociabilidad de manera muy discreta, por momentos y en los años que nos seguimos viendo esta actitud rozaba el silencio.
La amistad con Patricio surgió cuando quise estudiar antropología, una carrera que en aquel tiempo condensaba una gran cantidad de jóvenes con pretensiones artísticas, que por algún gran malentendido se metían a estudiarla. Ignoro si esto sigue sucediendo, pero en aquel momento era común charlas que iban de la literatura al cine, de la pintura al teatro, y en menor medida sobre la carrera y la política de aquellos años.
Patricio había cruzado todo el país (literalmente) para venir a estudiar a Posadas, fue el primer chileno que conocí y gracias al ejercicio de la amistad, evito en mí ese prejuicio cultural entre países limítrofes tan característico.
El venía de Punta Arenas del extremo sur del continente, trayendo consigo una forma de ejercer la sociabilidad de manera muy discreta, por momentos y en los años que nos seguimos viendo esta actitud rozaba el silencio.
Su amistad me deparó muchas sorpresas, entre ellas este cassette, (recuerdo que era uno original con la portada de la película) que lo empecé a escuchar sin darme cuenta del todo, hasta que llegó un momento que esta banda sonora me definió un ambiente, un lugar de enunciación y un imaginario concreto.
En aquella época escribía con intenciones poéticas, pero mis capacidades formales no eran mas que un remedo de viejas formas mal aprendidas, comencé a escribir sin saber nada de literatura pero esta oportunamente se entrometía en mis escritos, dándome esperanzas de algún día escribir algo que valiera la pena. Hasta que comencé a leer, despegándome de las ediciones de historieta de la editorial Columba para encontrarme con mis primeros héroes literarios.
En aquella época escribía con intenciones poéticas, pero mis capacidades formales no eran mas que un remedo de viejas formas mal aprendidas, comencé a escribir sin saber nada de literatura pero esta oportunamente se entrometía en mis escritos, dándome esperanzas de algún día escribir algo que valiera la pena. Hasta que comencé a leer, despegándome de las ediciones de historieta de la editorial Columba para encontrarme con mis primeros héroes literarios.
Uno de ellos era Patricio, él era poeta aunque no había leído casi nada de que lo que había escrito, lo poco que compartía era literatura para mí, por su elegancia, por sus imágenes cargadas de sugerencias y porque en su flujo compartía algo que me era desconocido, el peso de la historia no solo como lugar de enunciación sino como contexto necesario para todo proyecto con ambiciones artísticas.
En este gesto del cassette y la amistad que fue madurando, se fue cifrando un imaginario que es responsable de todo un mundo de revelaciones, y dicha película con su respectiva banda sonora fue el escenario para largas elucubraciones sobre la fugacidad de todo, hoy vuelvo a esas sensaciones para hablar de lo más inasible de esta historia, la música.
La película Blade Runner es de 1982, la banda de sonido recién se editó comercialmente en el año 1994, cuando el director relanzó su película tal como él la quiso en su momento, pero debido a los productores no la pudo concretar. Esta nueva versión que actualmente es la que mas se conoce, eliminó todos los monólogos del personaje principal que le daba al film un clima decididamente noir, a cambio de una versión donde se sobreentiende la información que antes el personaje destacaba, dando mas espacio a la música, ocasión para que Vangelis colaborará nuevamente con el director.
La película Blade Runner es de 1982, la banda de sonido recién se editó comercialmente en el año 1994, cuando el director relanzó su película tal como él la quiso en su momento, pero debido a los productores no la pudo concretar. Esta nueva versión que actualmente es la que mas se conoce, eliminó todos los monólogos del personaje principal que le daba al film un clima decididamente noir, a cambio de una versión donde se sobreentiende la información que antes el personaje destacaba, dando mas espacio a la música, ocasión para que Vangelis colaborará nuevamente con el director.
Ridley Scott presentaría una nueva versión del film y como corolario una banda sonora final, que hasta ese momento no circulaba mas que a través de ediciones piratas con las primeras versiones de estos temas.
Esta formalización comercial por parte del autor le otorgaba a la banda sonora un corpus lo suficientemente sólido como para distanciarse, no de manera total pero si de una manera si se quiere oblicua, donde la ambientación y espacialización de los sonidos, y la reproducción de diálogos del film de manera fragmentaria indican una condensación del contexto y un derrotero ligeramente distinto a la historia abordada, que no la contradice pero si sugiere una ambigüedad mayor que la versión original y restaurada del director.
Hay que recordar que Blade Runner en el momento de su estreno fue un fracaso comercial porque tan solo recaudo la mitad de los 28 millones de dolares invertidos, pero esto solo en un primer momento porque después con la naciente industria de los videos hogareños fue una de las películas mas lucrativas de la Warner Brothers después de Casablanca, esto la fue transformando en un verdadero film de culto y de hecho fue una de las primeras películas en pasar al nuevo soporte de reproducción digital.
En la actualidad hablar de este film, es indiscutiblemente hablar de un clásico, quizás toda entronización este mediada por una serie de sobre y malentendidos que a la larga justifican todo tipo de interpretaciones.
Blade Runner es el canto del cisne de la industria del cine, dónde todavía Hoollywood no había perdido el placer por contar una buena historia, donde los productores realmente sabían como hacer una película y entendían que el marketing y la publicidad solo sirven si esta puesto en función de un producto honesto, noble y bello.
A pesar de su inflado presupuesto, hay cierto gesto artesanal en su diseño que remite tanto a la historia del cine, como a la historia con mayúscula atravesada por los devenires de la convulsionada estética del siglo XX y aquí es donde esta su riqueza, porque en su relato se juega una idea sobre el futuro que contradice notoriamente el imaginario apocalíptico propio de la guerra fría.
Blade Runner es una película a la que es difícil encuadrarle un género, porque en su apariencia responde a la ciencia ficción, pero en los tópicos que plantea su historia hay elementos del policial negro, pienso sobre todo en Jean Pierre Melville, en el hieratismo de Alain Delon en la película "El Samurai", que es tanto un rasgo que define una manera de moverse en el mundo planteado la ficción, como un detalle mas bien icónico que habla mas de una manera de entender el relato desde el imaginario del la tradición oriental, donde la contemplación es de manera solapada el motor de la historia, y la acción son mas bien acontecimientos que ocurren a veces desde el azar, otras como meros accidentes que definen un destino.
En este aspecto la acción que ocurre en Blade Runner esta narrada desde el distanciamiento y la contemplación y la oportuna banda de sonido busca los efectos del silencio en la sabiduría formal de cada escena.
Deckard el personaje principal de la historia, es un icóno demodé, un detective en pleno siglo XXI, un elemento al parecer descontextualizado, pero todo esta descontextualizado en la imaginación visual de la ciudad, lo que se deja ver son los restos de la cultura sin el amparo de la Historia, las conquistas de la tecnología en detrimento de la sociedad, lo viejo conviviendo con lo nuevo, los puestitos callejeros a lado de los rascacielos, no hay simetría en el entramado de las calles ni en la disposición de la ciudad, todo parece caótico e interconectado y en donde la idea del futuro es un cuento del pasado como lo indica unos de los edificios llamado Bradbury.
Blade Runner es una suerte de Babel, porque en su puesta en escena habla tanto el ciber Punk, como la Metropoli de Fritz Lang, el cine negro con tinte existencial y la ciencia ficción con uno de sus nudos temáticos mas importantes: el Prometeo moderno, la creación de la vida de manera artificial.
Enteramente la película despliega una estética discontinua, donde la uniformidad que imaginaban algunas narraciones cinematográficas se ve fracturada.
Esta formalización comercial por parte del autor le otorgaba a la banda sonora un corpus lo suficientemente sólido como para distanciarse, no de manera total pero si de una manera si se quiere oblicua, donde la ambientación y espacialización de los sonidos, y la reproducción de diálogos del film de manera fragmentaria indican una condensación del contexto y un derrotero ligeramente distinto a la historia abordada, que no la contradice pero si sugiere una ambigüedad mayor que la versión original y restaurada del director.
Hay que recordar que Blade Runner en el momento de su estreno fue un fracaso comercial porque tan solo recaudo la mitad de los 28 millones de dolares invertidos, pero esto solo en un primer momento porque después con la naciente industria de los videos hogareños fue una de las películas mas lucrativas de la Warner Brothers después de Casablanca, esto la fue transformando en un verdadero film de culto y de hecho fue una de las primeras películas en pasar al nuevo soporte de reproducción digital.
En la actualidad hablar de este film, es indiscutiblemente hablar de un clásico, quizás toda entronización este mediada por una serie de sobre y malentendidos que a la larga justifican todo tipo de interpretaciones.
Blade Runner es el canto del cisne de la industria del cine, dónde todavía Hoollywood no había perdido el placer por contar una buena historia, donde los productores realmente sabían como hacer una película y entendían que el marketing y la publicidad solo sirven si esta puesto en función de un producto honesto, noble y bello.
A pesar de su inflado presupuesto, hay cierto gesto artesanal en su diseño que remite tanto a la historia del cine, como a la historia con mayúscula atravesada por los devenires de la convulsionada estética del siglo XX y aquí es donde esta su riqueza, porque en su relato se juega una idea sobre el futuro que contradice notoriamente el imaginario apocalíptico propio de la guerra fría.
Blade Runner es una película a la que es difícil encuadrarle un género, porque en su apariencia responde a la ciencia ficción, pero en los tópicos que plantea su historia hay elementos del policial negro, pienso sobre todo en Jean Pierre Melville, en el hieratismo de Alain Delon en la película "El Samurai", que es tanto un rasgo que define una manera de moverse en el mundo planteado la ficción, como un detalle mas bien icónico que habla mas de una manera de entender el relato desde el imaginario del la tradición oriental, donde la contemplación es de manera solapada el motor de la historia, y la acción son mas bien acontecimientos que ocurren a veces desde el azar, otras como meros accidentes que definen un destino.
En este aspecto la acción que ocurre en Blade Runner esta narrada desde el distanciamiento y la contemplación y la oportuna banda de sonido busca los efectos del silencio en la sabiduría formal de cada escena.
Deckard el personaje principal de la historia, es un icóno demodé, un detective en pleno siglo XXI, un elemento al parecer descontextualizado, pero todo esta descontextualizado en la imaginación visual de la ciudad, lo que se deja ver son los restos de la cultura sin el amparo de la Historia, las conquistas de la tecnología en detrimento de la sociedad, lo viejo conviviendo con lo nuevo, los puestitos callejeros a lado de los rascacielos, no hay simetría en el entramado de las calles ni en la disposición de la ciudad, todo parece caótico e interconectado y en donde la idea del futuro es un cuento del pasado como lo indica unos de los edificios llamado Bradbury.
Blade Runner es una suerte de Babel, porque en su puesta en escena habla tanto el ciber Punk, como la Metropoli de Fritz Lang, el cine negro con tinte existencial y la ciencia ficción con uno de sus nudos temáticos mas importantes: el Prometeo moderno, la creación de la vida de manera artificial.
Enteramente la película despliega una estética discontinua, donde la uniformidad que imaginaban algunas narraciones cinematográficas se ve fracturada.
Hasta ese momento de manera general había dos posibilidades o las utopías de un mundo mejor donde la tecnología era la panacea para todos los males posibles, creando esa ciudad ideal , donde todos llegaríamos a una igualdad total y por lo tanto los signos de clase desaparecerían, como por ejemplo 2001 Odisea del espacio, o Fuga en el siglo XXXIII o las historias de sobrevivientes pos desastre nuclear, donde hay un grado cero de la cultura y se vive solo de los restos que ya casi nadie recuerda.
Blade Runner es el cambio de paradigma de la imaginación y es uno de los ejemplos mas claros de los efectos del relato posmoderno, en su apariencia la historia responde al más clásico cine norteaméricano, pero en su superficie pulida brillan los guiños de la cultura del siglo XX puestos, en una nueva relación donde la jerarquía de los elementos no depende de la cultura del consumidor sino de la la estrecha relación de la imaginación pop y la industria del espectáculo.
Vangelis es un claro ejemplo de la imaginación pop, pero en este caso revestida con la retórica de la llamada música culta . Lo viejo suena de una manera novedosa, y encuentra una manera de volverse mas agradable al oído, pone en escena otras sonoridades y conquistas propias de la vanguardia musical en conjunto con las nuevas tecnologías, pero en una relación mas cercana a la funcionalidad, a la música de ambiente, a la música que va perdiendo cierta autonomía para transformarse en música de espera, Jingle televisivo, música a la que nadie realmente escucha, ya que esta compuesta casi con la finalidad de no perturbar, de crear un fondo agradable, de ser un correlato de las conquistas estéticas puestas en los objetos de consumo de la ciudad moderna.
La carrera de Vangelis esta asediada por esta relación con el mercado, su música fue la que mas entendió la utilidad de la industria en la difusión de su obra, pero en esa conquista su propuesta musical quedo pegada a la época y a determinados productos llámese películas, comerciales, cortinas musicales, como es el caso de el tema Blade Runner (utilizado por un conocido programa deportivo).
Blade Runner es el cambio de paradigma de la imaginación y es uno de los ejemplos mas claros de los efectos del relato posmoderno, en su apariencia la historia responde al más clásico cine norteaméricano, pero en su superficie pulida brillan los guiños de la cultura del siglo XX puestos, en una nueva relación donde la jerarquía de los elementos no depende de la cultura del consumidor sino de la la estrecha relación de la imaginación pop y la industria del espectáculo.
Vangelis es un claro ejemplo de la imaginación pop, pero en este caso revestida con la retórica de la llamada música culta . Lo viejo suena de una manera novedosa, y encuentra una manera de volverse mas agradable al oído, pone en escena otras sonoridades y conquistas propias de la vanguardia musical en conjunto con las nuevas tecnologías, pero en una relación mas cercana a la funcionalidad, a la música de ambiente, a la música que va perdiendo cierta autonomía para transformarse en música de espera, Jingle televisivo, música a la que nadie realmente escucha, ya que esta compuesta casi con la finalidad de no perturbar, de crear un fondo agradable, de ser un correlato de las conquistas estéticas puestas en los objetos de consumo de la ciudad moderna.
La carrera de Vangelis esta asediada por esta relación con el mercado, su música fue la que mas entendió la utilidad de la industria en la difusión de su obra, pero en esa conquista su propuesta musical quedo pegada a la época y a determinados productos llámese películas, comerciales, cortinas musicales, como es el caso de el tema Blade Runner (utilizado por un conocido programa deportivo).
Su obra es una de las más difundidas del siglo XX, todos sabemos quien es Vangelis o por lo menos sus melodías tienen un encanto reconocible pero en el camino su música se fue bastardeando, perdiendo eficacia y novedad, se volvió nula a los oídos contemporáneos al perder autonomía frente a la funcionalidad de la industria.
Pero en el caso de esta banda sonora, su propuesta funciona bien, por la espacialidad de los climas que sugieren esos grandes ambientes impersonales, por el extrañamiento al que se ven sometidas algunas melodías al ser procesados como es el caso, de "Blade Runner Blues" que me parece una de las piezas mas bellas y conmovedoras, o piezas que evocan la sensación de venir desde el fondo de los tiempos como "Tales of the future", cantada increiblemente por Demis Roussos antiguo socio de Vangelis en su época de Aprodhite´Child. También hay momentos menos felices como sucede con los momentos románticos, donde los arreglos del saxo, son los que mas han envejecido en lugar de aquellos sonidos de sintetizadores de la década del ochenta. Pero aún así con el oído puesto en la actualidad estas composiciones tienen un encanto difícil de hallar hoy en día, porque aunque no lo quieran estas evocaban un futuro, este año se cumplen 30 del estreno de esta película y no falta mucho para vivir la época que propone el film, 2019.
El futuro llego hace rato, con el nuevo milenio la ciencia ficción es un cuento de otras épocas, hay poco lugar para la imaginación porque al parecer todo es posible, la grandeza de Blade Runner es haber visto un futuro no muy distinto al de los últimos 20 años: sucio, lujoso, contaminado, chatarrero, antiguo, moderno, envejecido,bipolar, apocalíptico, capitalista, fantasmal, perdido, en el vértigo del puro presente.
A mi amigo chileno le perdí el rastro, se que volvió a Chile, nos volvimos a conectar por los milagros de facebock pero no nos dijimos gran cosa, es mejor así.
Pero en el caso de esta banda sonora, su propuesta funciona bien, por la espacialidad de los climas que sugieren esos grandes ambientes impersonales, por el extrañamiento al que se ven sometidas algunas melodías al ser procesados como es el caso, de "Blade Runner Blues" que me parece una de las piezas mas bellas y conmovedoras, o piezas que evocan la sensación de venir desde el fondo de los tiempos como "Tales of the future", cantada increiblemente por Demis Roussos antiguo socio de Vangelis en su época de Aprodhite´Child. También hay momentos menos felices como sucede con los momentos románticos, donde los arreglos del saxo, son los que mas han envejecido en lugar de aquellos sonidos de sintetizadores de la década del ochenta. Pero aún así con el oído puesto en la actualidad estas composiciones tienen un encanto difícil de hallar hoy en día, porque aunque no lo quieran estas evocaban un futuro, este año se cumplen 30 del estreno de esta película y no falta mucho para vivir la época que propone el film, 2019.
El futuro llego hace rato, con el nuevo milenio la ciencia ficción es un cuento de otras épocas, hay poco lugar para la imaginación porque al parecer todo es posible, la grandeza de Blade Runner es haber visto un futuro no muy distinto al de los últimos 20 años: sucio, lujoso, contaminado, chatarrero, antiguo, moderno, envejecido,bipolar, apocalíptico, capitalista, fantasmal, perdido, en el vértigo del puro presente.
A mi amigo chileno le perdí el rastro, se que volvió a Chile, nos volvimos a conectar por los milagros de facebock pero no nos dijimos gran cosa, es mejor así.
En cuanto a la literatura ya no creo en ella, sigo escribiendo claro, aunque cada tanto me sorprendo, porque siento que ella cree, espera y me motiva como para seguir insistiendo pero ya no es lo mismo, falta esa inocencia ese candor por el mañana, mientras el tiempo pasa, sigue su carrera interminable hasta el fin de los tiempos, donde Demis Roussos canta esa letanía evocando ese mundo que ya no es.
La película se baso en una novela de Philip Dick llamada "Suenan los androides con obejas eléctricas", omití deliveradamente a este escritor en esta texto, porque merece mucho mas que una mera mención, por ser el escritor que se adelantó prácticamente a todos los temas de este siglo.
A mi parecer la primera versión de la película donde los productores metieron mano, es mejor que la restaurada por Ridley Scott.
Es interesante observar que tanto Vangelis como Ridley Scott tienen trayectorias parecidas y maneras de concebir su obra de manera similar, solemnes, grandilocuentes, casi carentes de humor y con una retórica que apela a la vieja sacralidad del artista. Los dos fueron rápidamente tomados por la industria y conviven con esa contradicción.
El tema Blade Runner Blues lo pueden escuchar acá donde hay una actualización de la visión urbana de la película, con imágenes de ciudades reales de nuestro mundo cada vez mas irreal: http://www.youtube.com/watch?v=RScZrvTebeA
Acá pueden escuchar el tema principal del film, que fue usado por "Futbol de Primera" clásico programa deportivo de la década del ochenta: http://www.youtube.com/watch?v=JAwo7DPUFUM
"Tales of the future" es una de las joyas de este disco durante años pensé que era una mujer la que cantaba, me sorprendí y mucho cuando descubrí que era Demis Roussos, junto con Vangelis tenían una banda llamada Aprdhite´s Child. http://www.youtube.com/watch?v=NPuNRemszrY
Aca pueden ver el trailer original del año 1982:http://www.youtube.com/watch?v=4lW0F1sccqk
Para mayor consulta sobre la biografía de Vangelis pueden ir a: http://es.wikipedia.org/wiki/Vangelis
Si quieren consultar la filmografía de Ridley Scott pueden chequear: http://es.wikipedia.org/wiki/Ridley_Scott
Las fotos pertenecen a la Película Blade Runner.
La película se baso en una novela de Philip Dick llamada "Suenan los androides con obejas eléctricas", omití deliveradamente a este escritor en esta texto, porque merece mucho mas que una mera mención, por ser el escritor que se adelantó prácticamente a todos los temas de este siglo.
A mi parecer la primera versión de la película donde los productores metieron mano, es mejor que la restaurada por Ridley Scott.
Es interesante observar que tanto Vangelis como Ridley Scott tienen trayectorias parecidas y maneras de concebir su obra de manera similar, solemnes, grandilocuentes, casi carentes de humor y con una retórica que apela a la vieja sacralidad del artista. Los dos fueron rápidamente tomados por la industria y conviven con esa contradicción.
El tema Blade Runner Blues lo pueden escuchar acá donde hay una actualización de la visión urbana de la película, con imágenes de ciudades reales de nuestro mundo cada vez mas irreal: http://www.youtube.com/watch?v=RScZrvTebeA
Acá pueden escuchar el tema principal del film, que fue usado por "Futbol de Primera" clásico programa deportivo de la década del ochenta: http://www.youtube.com/watch?v=JAwo7DPUFUM
"Tales of the future" es una de las joyas de este disco durante años pensé que era una mujer la que cantaba, me sorprendí y mucho cuando descubrí que era Demis Roussos, junto con Vangelis tenían una banda llamada Aprdhite´s Child. http://www.youtube.com/watch?v=NPuNRemszrY
Aca pueden ver el trailer original del año 1982:http://www.youtube.com/watch?v=4lW0F1sccqk
Para mayor consulta sobre la biografía de Vangelis pueden ir a: http://es.wikipedia.org/wiki/Vangelis
Si quieren consultar la filmografía de Ridley Scott pueden chequear: http://es.wikipedia.org/wiki/Ridley_Scott
Las fotos pertenecen a la Película Blade Runner.
lunes, 4 de junio de 2012
Mi vida como alumno
Llegué a esta ciudad buscando un maestro, con la enérgica desesperación de un discípulo huérfano, no tenía nada salvo las ganas y esa inocente pretensión que te da el talento que uno cree tener.
El motor era simple buscaba ser bailarín, aunque también quería ser escritor, como alguna vez quise ser músico, o actor; finalmente esta gigantesca ciudad me puso en mi lugar inevitablemente y laburé de mozo durante mucho tiempo.
Llegué a ella como suele suceder a través de una obra accidentada en su proceso, la directora y coreógrafa había llegado a Viviana por recomendación de una compañera de elenco. Nos faltaba alguién que se ocupara de nuestro entrenamiento, porque la nuestra había agotado sus posibilidades y necesitaba alguién por fuera que nos diera un poco de aire fresco a nuestra dinámica como intérpretes.
Desde ese momento comenzó nuestra relación con Viviana Iasparra, digo nuestra porque eramos varios los que caímos seducidos frente a sus clases, sus modos y cierta incorrección hacia el propio mundo de la danza.
Como todas las historias esta se abre en muchas posibilidades, pero no quiero perder el foco- qué es lo que enseña un maestro, qué puede aprender un alumno-, estas preguntas un tanto generales pueden ayudar en un comienzo, pero no voy a empezar por ahí. Un maestro puede resultar un personaje fascinante, hay muchas semblanzas al respecto, pero lo extraordinario de Viviana, es que había generado un espacio alejado de las pasarelas de la danza, donde el trabajo sobre la información, la técnica y el intérprete (deliveradamente) se trabajaba de una manera oblicua, las clases se promocionaban como "Entrenamiento en danza"como tantos títulos este parecía inofensivo y hasta desabrido, pero en este gesto dejaba claro cierta independencia.
Es nuestro mundo marketinero todo se promociona y subraya de una manera atroz. En el pequeño mundo de la danza siempre- ya sea de boca en boca, o gracias a una obra que haya tenido un éxito relativo, en los circuitos off y no tanto de la escena porteña- siempre hay un docente, o coreógrafo de moda, que tiene su pequeño momento y hay una verdadera eclosión de alumnos y gente interesada por su trabajo que si lo sabe aprovechar de manera oportuna, puede hacer de ella una fuente de ingresos digna y por sobre todo generar un nombre, muchas veces esto se acompaña de una estética definida o de una obra que revuelve el avispero y defina una manera de mirar.
Con Viviana esto no sucede ni creo que suceda, nunca estuvo de moda, ni creo que pueda estarlo, su propuesta no marca tendencias, lo que si marca y de manera persistente, es un gran cuestionamiento hacia lo que creemos que es danza, por lo menos desde la década del sesenta en adelante donde los límites entre las disciplinas se comenzaron a desdibujar cada vez más, lo cual trajo aire fresco pero se perdió rigor en la propia especificidad de cada disciplina, ya sea danza, teatro o artes plásticas.
La propuesta de Viviana no es esencialista, no esta en la búsqueda de una pureza perdida, al contrario quiere eliminar las purezas para poder ver lo que parece no interesar a nadie, "qué es lo que puede un cuerpo, con determinadas herramientas, sin volverse fuego de artificio".
Desde las artes marciales al deporte, desde la literatura más sensitiva (Lispector) al pintor mas revulsivo (Bacon), desde el cineasta mas iconoclasta (Godard) al filósofo mas perceptivo (Deleuze) y obviamente la danza, la tradición que recupera Viviana atravezada por sus lecturas y por los derroteros de su propio deambular en los escenarios porteños, con sus propuestas cada vez más radicales y austeras, hacen de ella una ex-céntrica desde un sentido muy sutil, porque en su depuración estilística socaba a la misma idea de la danza como hecho sublime, no hay hecho estético sin los pies en el barro parece decirnos sin estridencias, no hay coartadas cuando el cuerpo recupera lo mas preciado: su vulnerabilidad, la capacidad de ser atravezado.
Pero me estoy adelantando, estoy terminando antes de comenzar, detalle que Viviana no dejaba de señalarme oportunamente, no como un error solamente, sino como un modo de ser en el trabajo, que había que conducir, transitar, llevarlo a un puerto mas interesante que la conclusión.
Vuelvo a sus clases, a la gente que concurría en aquel entonces, no eran los típicos alumnos, ni era una típica clase, era una experiencia en su sentido más literal, nadie sabía que iba a ocurrir, por mas que había secuencias que se venían estudiando, o ciertas rutinas que se repetían, había algo en el orden de los cuerpos que se vivenciaba de manera muy intensa, llevándolos a umbrales desconocidos para la propia sensibilidad.
Quizás esto parezca exagerado, pero en este proceso uno aprendía tanto a sensibilizar a su cuerpo como a la propia sensibilidad, no era raro ver a alguien en clase llorar después de algún ejercicio. Uno aprendía que si el inconciente existía, la prueba palpable era el propio cuerpo, por eso era usual que esto ocurriera, uno movía más cosas de lo que creía y en esa combustión de emociones encontradas, uno entraba en una situación de crisis. Por supuesto la clases eran lo suficientemente inteligentes como para que no nos diéramos cuenta que la adquisición de técnica corre pareja, a un cuerpo abierto, modeable, sensible.
Uno de los puntos mas salientes de sus clases era el trabajo sobre la improvisación donde había todo tipo de malentendidos, sobre todo porque la improvisación se transformó de alguna manera en una liberación para hacer cualquier cosa, de cualquier modo y a cualquier costo. La improvisación fue el canto de batalla de las experiencias estéticas de la década del 80 (pos-dictadura), y esto en el mundo de la danza tuvo su fruto y se llamó danza-teatro, (salvo algunas honrosas excepciones) más que un género definido es lo más parecido a la posmodernidad en la danza, en su sentido mas pobre.
Esto ella combatía en sus clases, esta herencia, este gran malentendido porque la liberación del cuerpo en escena, no es ninguna garantía estética y tampoco asegura una liberación, lo más visible es una suerte de compulsión y quizás descarga, pero nada mas y eso es otro tema mas propio de terapias alternativas.
"(...) la improvisación no puede estar antes de la composición, viene después. No puede estar antes porque sino voy a estar rompiendo algo que no existe. (...) No le puedo dar improvisación a personas que no tienen noción del espacio, las direcciones, de su propio cuerpo. Porque no van a aprender nada.
-...pero nosotros la pasamos bien, o qué es lo que se ve desde afuera- agrega una alumna
- de dónde sacarón la idea de que deben pasarla bien en una clase de improvisación. No se la pasa bien, a veces se la pasa mal, porque justamente tienen que hacer lo que no saben.
(...) porque si quieren bailar, muy bien bailen!!! pero no en la clase de improvisación, en la improvisación se investiga a través del movimiento, que es una cosa muy diferente".
Recuerdo nítidamente esta charla. La cara de sorpresa de la alumna de rasgos orientales, la intensidad de la mirada de Viviana cuando hablaba, y ese silencio después, un poco incómodo, provocativo, sugerente, gravitando mientras mas alumnos se sumaban al espacio para dar comienzo a la clase.
Recuerdo muchas escenas parecidas a lo largo de esos años, donde fuimos interpelados a despojarnos de la mayoría de las ideas previas sobre el movimiento, desde lo que estaban muy formalizados, a los que estábamos muy sobrecodificados a los sin formación aparente, todos debíamos transitar ese camino desde lugares diferentes para comenzar a entender, que para estar y transcurrir realmente por el espacio, había que habitar el cuerpo de cada uno.
En el espacio de las clases de manera soterrada, a fin de cuentas lo que se discutía es el poco espacio que tiene el cuerpo en el pensamiento occidental, pero no como mero recipiente de la mente sino como elemento activo donde los pensamientos son posibles, permeables, disociados, compatibles y para ello no había largos e innecesarios debates, había solo que tomar las clases durante un periodo para sentir que la mente tiene un peso específico en la carne, y que el cuerpo es sencillamente la revolución para el pensamiento, porque lleva al lenguaje a su límite y obliga permanentemente a revisar al pensamiento en sus modos. de nombrar la dinámica de un cuerpo en movimiento y sus posibilidades para nombrar lo sensible.
-Qué es lo que puede enseñar un maestro-, qué es lo que puede aprender un alumno- son preguntas un tanto pobres frente a un hecho casi inaprensible, no hablo de mística sino de que toda enseñanza es un proceso y un maestro frente a esto ayuda de manera indirecta a entender y a conducir al alumno no hacia la enseñanza ( la esperada moraleja) sino a enfrentar la cruda belleza que todo proceso conlleva como hecho vivo.
Finalmente ser alumno no es la voluntad de aprender (solamente), sino la entera disposición a que la enseñanza atraviese el cuerpo, con la suficiente potencia como para que perdure a lo largo de una vida, no como rasgo conductista que recuerde, el "yo aprendí" sino como una larga operación que va modificando imperceptiblemente a la propia sensibilidad del aprendizaje.
Como escribí al comienzo, toda historia se abre en muchas posibilidades, hace mucho deje de asistir a estas clases, primero se fue un amigo, después seguí yo y finalmente se fue una amiga. Los tres compartíamos la misma devoción y hacíamos de las clases una especie de culto para iniciados, detalle que era evidente en cualquier reunión social cuando nos deteníamos contando nuestras experiencias, frente a la cara de desconcierto de los que nada sabía de esto.
Fueron épocas muy bellas e intensas, pero todos nos confundimos bastante, (o por lo menos yo) al poner la necesidad individual por encima del aprendizaje, en lugar de ponerme en un lugar mas sencillo y flexible, me endurecí en mi desamparo frente a la incertidumbre del propio camino. Pero era difícil que lo entendiera en aquel momento, faltaba todo este recorrido para animarme escribir sobre esto con la sensación de que una parte del trabajo esta hecho. Así sea.
Hace unos años funciona el Espacio Lem, bajo la gestión de Viviana Iasparra y Melina Seldes, donde se ofrece de una manera mas organizada y múltiple todo lo relacionado con las artes del movimiento, el trabajo del intérprete y el oficio de la danza. Recomiendo su blog donde encontrarán información detallada sobre sus actividades a lo largo del año: http://espacio-lem-blog.blogspot.com.ar/
En este momento se esta presentando en el Espacio Lem "El mundo Virgina" que es una performance estrenada hace dos años mas o menos con la cual se pueden dar una idea de lo que es una obra abierta, en permanente crecimiento y en constante diálogo con otras disciplinas.
La charla reproducida es de mi diario personal de esos años, como toda escritura atravesada por el recuerdo, no tiene el afán de la verosimilitud.
Cuando comencé este blog, escribí sobre algunas obras de Viviana Iasparra y lo voy a seguir haciendo.
Para chequear estos textos pueden ir a http://lortellado.blogspot.com.ar/2011/09/viviana-iasparra-y-la-soledad-creadora.html
Las fotos corresponden a las esculturas de Alberto Giacometti, para mayor información: http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Giacometti
El motor era simple buscaba ser bailarín, aunque también quería ser escritor, como alguna vez quise ser músico, o actor; finalmente esta gigantesca ciudad me puso en mi lugar inevitablemente y laburé de mozo durante mucho tiempo.
Llegué a ella como suele suceder a través de una obra accidentada en su proceso, la directora y coreógrafa había llegado a Viviana por recomendación de una compañera de elenco. Nos faltaba alguién que se ocupara de nuestro entrenamiento, porque la nuestra había agotado sus posibilidades y necesitaba alguién por fuera que nos diera un poco de aire fresco a nuestra dinámica como intérpretes.
Desde ese momento comenzó nuestra relación con Viviana Iasparra, digo nuestra porque eramos varios los que caímos seducidos frente a sus clases, sus modos y cierta incorrección hacia el propio mundo de la danza.
Como todas las historias esta se abre en muchas posibilidades, pero no quiero perder el foco- qué es lo que enseña un maestro, qué puede aprender un alumno-, estas preguntas un tanto generales pueden ayudar en un comienzo, pero no voy a empezar por ahí. Un maestro puede resultar un personaje fascinante, hay muchas semblanzas al respecto, pero lo extraordinario de Viviana, es que había generado un espacio alejado de las pasarelas de la danza, donde el trabajo sobre la información, la técnica y el intérprete (deliveradamente) se trabajaba de una manera oblicua, las clases se promocionaban como "Entrenamiento en danza"como tantos títulos este parecía inofensivo y hasta desabrido, pero en este gesto dejaba claro cierta independencia.
Es nuestro mundo marketinero todo se promociona y subraya de una manera atroz. En el pequeño mundo de la danza siempre- ya sea de boca en boca, o gracias a una obra que haya tenido un éxito relativo, en los circuitos off y no tanto de la escena porteña- siempre hay un docente, o coreógrafo de moda, que tiene su pequeño momento y hay una verdadera eclosión de alumnos y gente interesada por su trabajo que si lo sabe aprovechar de manera oportuna, puede hacer de ella una fuente de ingresos digna y por sobre todo generar un nombre, muchas veces esto se acompaña de una estética definida o de una obra que revuelve el avispero y defina una manera de mirar.
Con Viviana esto no sucede ni creo que suceda, nunca estuvo de moda, ni creo que pueda estarlo, su propuesta no marca tendencias, lo que si marca y de manera persistente, es un gran cuestionamiento hacia lo que creemos que es danza, por lo menos desde la década del sesenta en adelante donde los límites entre las disciplinas se comenzaron a desdibujar cada vez más, lo cual trajo aire fresco pero se perdió rigor en la propia especificidad de cada disciplina, ya sea danza, teatro o artes plásticas.
La propuesta de Viviana no es esencialista, no esta en la búsqueda de una pureza perdida, al contrario quiere eliminar las purezas para poder ver lo que parece no interesar a nadie, "qué es lo que puede un cuerpo, con determinadas herramientas, sin volverse fuego de artificio".
Desde las artes marciales al deporte, desde la literatura más sensitiva (Lispector) al pintor mas revulsivo (Bacon), desde el cineasta mas iconoclasta (Godard) al filósofo mas perceptivo (Deleuze) y obviamente la danza, la tradición que recupera Viviana atravezada por sus lecturas y por los derroteros de su propio deambular en los escenarios porteños, con sus propuestas cada vez más radicales y austeras, hacen de ella una ex-céntrica desde un sentido muy sutil, porque en su depuración estilística socaba a la misma idea de la danza como hecho sublime, no hay hecho estético sin los pies en el barro parece decirnos sin estridencias, no hay coartadas cuando el cuerpo recupera lo mas preciado: su vulnerabilidad, la capacidad de ser atravezado.
Pero me estoy adelantando, estoy terminando antes de comenzar, detalle que Viviana no dejaba de señalarme oportunamente, no como un error solamente, sino como un modo de ser en el trabajo, que había que conducir, transitar, llevarlo a un puerto mas interesante que la conclusión.
Vuelvo a sus clases, a la gente que concurría en aquel entonces, no eran los típicos alumnos, ni era una típica clase, era una experiencia en su sentido más literal, nadie sabía que iba a ocurrir, por mas que había secuencias que se venían estudiando, o ciertas rutinas que se repetían, había algo en el orden de los cuerpos que se vivenciaba de manera muy intensa, llevándolos a umbrales desconocidos para la propia sensibilidad.
Quizás esto parezca exagerado, pero en este proceso uno aprendía tanto a sensibilizar a su cuerpo como a la propia sensibilidad, no era raro ver a alguien en clase llorar después de algún ejercicio. Uno aprendía que si el inconciente existía, la prueba palpable era el propio cuerpo, por eso era usual que esto ocurriera, uno movía más cosas de lo que creía y en esa combustión de emociones encontradas, uno entraba en una situación de crisis. Por supuesto la clases eran lo suficientemente inteligentes como para que no nos diéramos cuenta que la adquisición de técnica corre pareja, a un cuerpo abierto, modeable, sensible.
Uno de los puntos mas salientes de sus clases era el trabajo sobre la improvisación donde había todo tipo de malentendidos, sobre todo porque la improvisación se transformó de alguna manera en una liberación para hacer cualquier cosa, de cualquier modo y a cualquier costo. La improvisación fue el canto de batalla de las experiencias estéticas de la década del 80 (pos-dictadura), y esto en el mundo de la danza tuvo su fruto y se llamó danza-teatro, (salvo algunas honrosas excepciones) más que un género definido es lo más parecido a la posmodernidad en la danza, en su sentido mas pobre.
Esto ella combatía en sus clases, esta herencia, este gran malentendido porque la liberación del cuerpo en escena, no es ninguna garantía estética y tampoco asegura una liberación, lo más visible es una suerte de compulsión y quizás descarga, pero nada mas y eso es otro tema mas propio de terapias alternativas.
"(...) la improvisación no puede estar antes de la composición, viene después. No puede estar antes porque sino voy a estar rompiendo algo que no existe. (...) No le puedo dar improvisación a personas que no tienen noción del espacio, las direcciones, de su propio cuerpo. Porque no van a aprender nada.
-...pero nosotros la pasamos bien, o qué es lo que se ve desde afuera- agrega una alumna
- de dónde sacarón la idea de que deben pasarla bien en una clase de improvisación. No se la pasa bien, a veces se la pasa mal, porque justamente tienen que hacer lo que no saben.
(...) porque si quieren bailar, muy bien bailen!!! pero no en la clase de improvisación, en la improvisación se investiga a través del movimiento, que es una cosa muy diferente".
Recuerdo nítidamente esta charla. La cara de sorpresa de la alumna de rasgos orientales, la intensidad de la mirada de Viviana cuando hablaba, y ese silencio después, un poco incómodo, provocativo, sugerente, gravitando mientras mas alumnos se sumaban al espacio para dar comienzo a la clase.
Recuerdo muchas escenas parecidas a lo largo de esos años, donde fuimos interpelados a despojarnos de la mayoría de las ideas previas sobre el movimiento, desde lo que estaban muy formalizados, a los que estábamos muy sobrecodificados a los sin formación aparente, todos debíamos transitar ese camino desde lugares diferentes para comenzar a entender, que para estar y transcurrir realmente por el espacio, había que habitar el cuerpo de cada uno.
En el espacio de las clases de manera soterrada, a fin de cuentas lo que se discutía es el poco espacio que tiene el cuerpo en el pensamiento occidental, pero no como mero recipiente de la mente sino como elemento activo donde los pensamientos son posibles, permeables, disociados, compatibles y para ello no había largos e innecesarios debates, había solo que tomar las clases durante un periodo para sentir que la mente tiene un peso específico en la carne, y que el cuerpo es sencillamente la revolución para el pensamiento, porque lleva al lenguaje a su límite y obliga permanentemente a revisar al pensamiento en sus modos. de nombrar la dinámica de un cuerpo en movimiento y sus posibilidades para nombrar lo sensible.
-Qué es lo que puede enseñar un maestro-, qué es lo que puede aprender un alumno- son preguntas un tanto pobres frente a un hecho casi inaprensible, no hablo de mística sino de que toda enseñanza es un proceso y un maestro frente a esto ayuda de manera indirecta a entender y a conducir al alumno no hacia la enseñanza ( la esperada moraleja) sino a enfrentar la cruda belleza que todo proceso conlleva como hecho vivo.
Finalmente ser alumno no es la voluntad de aprender (solamente), sino la entera disposición a que la enseñanza atraviese el cuerpo, con la suficiente potencia como para que perdure a lo largo de una vida, no como rasgo conductista que recuerde, el "yo aprendí" sino como una larga operación que va modificando imperceptiblemente a la propia sensibilidad del aprendizaje.
Como escribí al comienzo, toda historia se abre en muchas posibilidades, hace mucho deje de asistir a estas clases, primero se fue un amigo, después seguí yo y finalmente se fue una amiga. Los tres compartíamos la misma devoción y hacíamos de las clases una especie de culto para iniciados, detalle que era evidente en cualquier reunión social cuando nos deteníamos contando nuestras experiencias, frente a la cara de desconcierto de los que nada sabía de esto.
Fueron épocas muy bellas e intensas, pero todos nos confundimos bastante, (o por lo menos yo) al poner la necesidad individual por encima del aprendizaje, en lugar de ponerme en un lugar mas sencillo y flexible, me endurecí en mi desamparo frente a la incertidumbre del propio camino. Pero era difícil que lo entendiera en aquel momento, faltaba todo este recorrido para animarme escribir sobre esto con la sensación de que una parte del trabajo esta hecho. Así sea.
Hace unos años funciona el Espacio Lem, bajo la gestión de Viviana Iasparra y Melina Seldes, donde se ofrece de una manera mas organizada y múltiple todo lo relacionado con las artes del movimiento, el trabajo del intérprete y el oficio de la danza. Recomiendo su blog donde encontrarán información detallada sobre sus actividades a lo largo del año: http://espacio-lem-blog.blogspot.com.ar/
En este momento se esta presentando en el Espacio Lem "El mundo Virgina" que es una performance estrenada hace dos años mas o menos con la cual se pueden dar una idea de lo que es una obra abierta, en permanente crecimiento y en constante diálogo con otras disciplinas.
La charla reproducida es de mi diario personal de esos años, como toda escritura atravesada por el recuerdo, no tiene el afán de la verosimilitud.
Cuando comencé este blog, escribí sobre algunas obras de Viviana Iasparra y lo voy a seguir haciendo.
Para chequear estos textos pueden ir a http://lortellado.blogspot.com.ar/2011/09/viviana-iasparra-y-la-soledad-creadora.html
Las fotos corresponden a las esculturas de Alberto Giacometti, para mayor información: http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Giacometti
martes, 20 de marzo de 2012
La Patria: ese recuento de daños
Con la aparición del rock, se reinventa el formato canción para alcanzar una manera de entender la melodía y la voz en una perfecta economía entre forma y fondo. La canción como tal ya existía, nada mas que con la novedad del rock y su impulso por borrar todo rastro del pasado, interviene de tal manera en el imaginario del siglo XX que hace del rock, el mejor invento para las canciones que forjaron y educaron un lugar de la sensibilidad, donde la rebeldia y la juventud aparecen como moneda de cambio, en un mundo cada vez más efímero.
El rock fue una de las semillas más fértiles con la que se topo la industria del espectáculo, hizo de él su cara más visible y conforman uno de los matrimonios mas duraderos en la historia de nuestro breve siglo XX.
Hablar de rock nacional es entrar en una problemática cara a nuestra sensibilidad identitaria, nuestra cultura se forjó al calor de las migraciones y del exterminio, de París a la pampa la estela de la civilización dejó su huella, en la manera de desentender el interior de un país desconocido. Si existe un pensamiento nacional, este surgió mirándose en el espejo de sus mayores, tratando de imitar sus formas y preocupaciones pero desde las propias contradicciones del deseo de lo que se buscaba ser y en lo que realmente nos convertimos por esta herencia. Nuestro país es un país bifronte y apasionado, por su dualidad de ideales y fracasos, dictaduras y democracias, cómplices y desaparecidos.
Asi lo parece entender Fito Páez, con su canción "la casa desaparecida", donde se confronta con nuestra historia en un verdadero tour de force entre la música y el sentido. Esta canción del disco Abre, es un verdadero agujero negro porque se chupa todo, a tal punto a mi parecer que desequilibra la producción de sentido, en relación con la demás canciones de este disco con un título engañosamente simple y al parecer inocuo: Abre.
Más que canción es una performance sobre la esquizofrenia nacional, el intérprete parece solo abrir la boca para que de el salgan una proliferación de discursos: de Malvinas a zamba de mi esperanza, desde las patillas de Facundo a Valeria Mazza, desde el Peámbulo a los inmigrantes, desde las anfetas, al tetra y desde la Argentina a la Argentina. La lírica es un afectado e irónico recuento de daños y el decir es extenuante, los bloques de sentido caen como sentencias y la música casi desaparece hasta transformarse en un comentario sutil sobre lo que se dice.
Abre es un disco que salió en el año 1999, a diferencia de sus producciones anteriores, este tiene una forma simple, circular, con mucha preponderancia textual. la música por momentos parece enmudecer frente al sentido que despliega conceptualmente el disco, especialmente en cuatro canciones: Abre, Es solo una cuestión de actitud, Al lado del camino y La casa desaparecida, que por momentos parecen panfletos libertarios y en otros una puesta a punto de los principios éticos y estéticos sobre la tarea del compositor de canciones que se permite abiertamente una canción política como La casa... En las otras canciones reconocemos mas al autor en su recorrido por su imaginario musical donde el rock anglosajón encuentra su razón de ser en el folclore, razón que no siempre es pacífica porque siempre hay una tensión por mí mínima que sea, en sus posibilidades y en sus políticas formales.
También el autor se permite cierta experimentación, como en la canción Desierto, algo bastante inédito en su producción sonora, cargada de texturas y climas que le otorgan un dramatismo alejado de sus retratos urbanos y amorosos. Hay una cierta abstracción un su clima cargado y en su manera de ponernos en situación. Con esta canción el compositor parece dialogar con el contexto musical de esa época donde había una preminencia del sonido por encima del sentido, de Massive Attack a Bjork, de Tortoise a Radiohead, etc. La búsqueda parecía ser la pintura de verdaderos cuadros lleno de climas, texturas, situaciones sonoras muy en la línea de las experimentaciones funcionales y minimalista de Brian Eno.
La casa desaparecida y Desierto, son los extremos, Abre es un punto de inflexión en la carrera de Fito Páez donde a pesar de cierto tinte político, lo que se discute en su confección es la misma confección del disco y de alguna manera por las diversas entrevistas de la época al autor y por la forma en que se lo presento, este disco es el pasaje hacia un compositor que se quiere mas adulto, es la respuesta al éxito masivo de sus discos anteriores, es el autor buscando en cada canción una señal de identidad para discutirla desde lo formal.
Hay que decir que la discusión no siempre es interesante, pero en cada canción siempre se juega una idea sobre como debería sonar y en esa contienda se encuentra lo mas interesante de este hecho sonoro.
Argentino hasta la muerte,
la patilla de facundo
recortada de la Gente, de las Caras
Y seguir comiendo mierda, cada día, cada noche
Y explicarle al mundo entero
nuestra nada de la historia universal
de la Argentina ensimismada
que contiene enciclopedia de uno mismo
y encender con la birome palabritas en el cielo
en el campo las espinas, y en centro de mi pecho
hay un bicho que camina
Si hay un hecho político en esta canción es la manera de ubicarse no en la tradición del cancionero argentino de protesta, sino en el derrotero que va del Martín Fierro de Hernandez al Cambalache de Discépolo, no estoy hablando de una linealidad histórica sino mas bien de los momentos en donde la lectura histórica se accidenta con el cuerpo sonoro del hecho estético. Momentos en donde parece que toda la historia atraviesa ese discurrir del lenguaje específico, que es la poética de enunciación. En este campo es donde se juega la forma en su torsión con el sentido, no porque este sea lo último sino por los efectos de ese juego.
Tanto el Martin Fierro como Cambalache comparten esta problemática a grandes rasgos y son políticas no por el mensaje que se pretende dar, sino por la manera en que el lenguaje opera con estos tópicos.
Estoy hablando de dos momentos históricos distintos uno habla de un mundo que ya no es, el otro del mundo que es y ya no puede ser, pero los dos comparten la certeza de un país que no existe mas que en sus contradicciones, en la visceralidad de sus pérdidas, en los himnos de sangre que manipulan a su antojo la palabra soberanía, en la sensación paranoide de que siempre fuimos un país invadido y en los lazos que se forjan y se traicionan por el sueño insomne de la patria.
La casa... continua esta línea quebrada, no son muchas las canciones que se animan a enunciar la política de esa manera, creo que las mas interesantes letras políticas trabajan en este terreno, aquí es donde la sensibilidad de Fito Páez se avecina a la de un Ricardo Iorio porque ambos intuitivamente saben que la mejor manera de apropiarse del rock es apelando a las formas, los giros y la velocidad de un lenguaje que se alimenta de la calle y de los libros, del mejor tango y del antilenguaje carcelario, de Borges a los compadritos, de Lugones a la hora de la espada, en nuestra habla cotidiana esta presente nuestra historia como pueblo..
Madres muy desesperadas cocinaban y planchaban
hoy sus hijos son canibales fantasmas
los cadáveres se esconden o se guardan en el río
en palacios de memoria ensangrentada
y tenemos pijas grandes, largas como mil facones
y anacrónicas arengas, melancólicas uniones
la bandera enloquecida, maten a los maricones
que los hombres van de putas para sentirse varones
Ricardo Iorio en su canción En las calles de Liniers dice:
Mas cuando el sol mi fiel testigo,
da de lleno en el asfalto y
derrite el alquitrán
los fermentos nauseabundos
de la basura estancada
entorpece mi pensar.
En la esquina un policía esta peleando con su hembra
pues esta nunca le fue fiel
bajo el paso de las vías los mendigos se revuelcan
muy pocos los quieren mirar
y la imberbe horda humana que desciende de los trenes
desesperada y alocada
contaminan mi cabeza y busco amarlos como sea
para no volver jamás.
Cambalache de Discépolo agrega
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos
contentos y amargaos
barones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue
vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo
todo manoseados.
finalmente el Martín Fierro
ansí pasaron los meses
y vino el año siguiente
y las cosas igualmente
siguieron del mesmo modo:
adrede parece todo
pa atormentar a la gente.
No digo que todas las letras son iguales, sino que comparten una sensibilidad, un lugar de percepción que se quiere popular en su interpretación de los hechos, tampoco todas las letras que compartan ese lugar son interesantes, es una posibilidad estética muy delicada en donde la mínima exageración, sino esta trabajado desde el decir, el ritmo y la posibilidad sonora puede transformarse en su propia caricatura, que no esta mal si esa es la intención como suele suceder con Ricardo Iorio que siempre bordea la fascinación o el rechazo.
Cabría agregar que La casa desaparecida es una canción subversiva dentro de la misma economía del disco, es un salto al vacío donde solamente el vértigo impidió que en el disco se transformara en un registro mas descarnado y seco. Hablo específicamente de los arreglos de vientos que a mi parecer buscan amortiguar la crudeza del lugar de enunciación.
Finalmente esta canción desborda los parámetros de lo que se supone es un hit radial, en forma y duración La casa desaparecida es una suerte de anticanción, por los excesos semánticos, por los juegos literales y por la forma en que la política recorre esta performance sobre la esquizofrenia nacional.
Abre es un disco que salio en el año 1999, el la cornisa del siglo, en el comienzo de la resaca menemista y del fracaso de la Alianza.
Una muy buena versión de La casa desaparecida es la que hizo el autor en los ciclos de la casa rosada, la pueden ver en: http://www.youtube.com/watch?v=OnNjJr5llTc
Recomiendo la versión de Las calles de liniers de Lucas Martí, que creo que en su despojamiento habla de la deuda de cierto rock urbano con Ricardo Iorio. Lo pueden ver aca: http://www.youtube.com/watch?v=67XfOilgMh8&feature=fvst
Es realmente antológica la versión de Hermética de la canción de Discépolo en el programa Siglo 20 Cambalache de Fernando Bravo, sobre todo por que es play back y Claudio O´ Connor el habitual cantante hace de inverosímil segunda guitarra. Lo pueden disfrutar en : http://www.youtube.com/watch?v=CNAFYmI6glY
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