"El espectador, de ese modo, aprendió que, mientras dura una película,
si es moderna, no puede olvidarse de sí mismo".
Extraño
Apuntes sobre el cine de Sharunas Bartas.
Silvina Schwarzbock
-Elegí vos.
-no, elegí vos.
-no, vos.
Pasado Mañana
Asistir a la nueva obra de Viviana Iasparra (1), es asistir al grado cero de la expresión, y el despojamiento escénico, ser espectador de un espectáculo de esta característica, con lleva a preguntarse no solo, a cuál es el sentido de lo uno está viendo, sino que expone de manera brutal, la misma naturaleza de la expectación. Viviana a lo largo de los años a venido desarrollando una estética, que se funda en una ética de trabajo sobre el cuerpo, este fuerte compromiso, no solo regula la intensidad de sus investigaciones, sino que también, propone una manera de mirar, las consecuencias de lo que se muestra.
En la última década, las obras más importantes e iconoclastas de la escena local, han provenido del mismo lugar, del espacio de trabajo de Viviana, y cuando hablo de importante, me refiero, a que cada apuesta suya, más allá del resultado, tiene el coraje de interrogar desde la especificidad de la disciplina, a la percepción de nuestro mundo, en tirante y constante relación, con otras áreas del pensamiento y de la estética.
Cuando hablo de Viviana, no hablo de danza, sino de pensamiento, sus proyectos piensan, son orgánicos, y como sucede con las obras que dialogan, e interpelan a su contexto, siguen existiendo más allá de su puesta en escena, porque tienen la virtud y la modestia, de instar a su público, a elegir, la manera de mirar, y percibir lo que sucede en escena.
Pasado Mañana, es su última producción, actualmente en cartelera, que surge en colaboración junto a Melina Seldes, a su vez intérprete con Verónica Jordán, el proceso de la obra fue arduo y dificultoso, la contingencia institucional, hizo que todo se retrasara, iba a estrenarse en el Tacec (el centro de experimentación del Teatro Argentino), para finalmente quedar a la ventura de sus propias posibilidades, Pasado Mañana se estrenó en mayo, en el Espacio Lem, con otro presupuesto y sin el respaldo con el que pensaban contar en un comienzo, pero este hecho no es extraño, en un país donde la política cultural se concentra en muy pocas manos, y en determinados circuitos de validación cultural.
No obstante el proyecto se llevo a cabo, por empeño, persistencia y ejercicio de templanza, Pasado Mañana, refleja esta intemperie, la soledad del salto al vacío a la contingencia de los hechos, a la verdad de la carne cuando es atravesada por el acontecimiento. Pasado Mañana hasta la fecha, es el gesto estético más radical de Viviana Iasparra, el propósito de esta nota es tratar de dilucidar algunas de las cuestiones que esta obra aborda, con firmeza, rigor y crueldad.
Si uno tratara de describir lo que ve, buscando de ser lo más objetivo posible diría: dos mujeres acostadas, una rubia, la otra morocha, atemperadas por un vestuario sencillo, no hay signos de clase evidente, ni tampoco ninguna construcción ficcional, que señale alguna convención a respetar, la iluminación es plana, no hay profundidad, ni nada más allá de lo que se ve.
No hay personajes, ni coqueteo con algún modo de ser social, uno sabe, por la información detallada, en el programa de mano, que una de las intérpretes se llama Verónica Jordán y la otra Melina Seldes, las dos exponen su cuerpo por igual, en momentos distintos, se sacan la parte de arriba de su vestuario, quedan con el torso desnudo, no hay emoción, ni erotismo, tan solo una inquietante neutralidad, que va sumiendo al ambiente y a los cuerpos, no solo de las intérpretes, en una ineludible tensión, temporal y espacial.
Las posiciones de los cuerpos, van variando a lo largo de la obra, pero sin riesgo a equivocarme podría decir son tres; acostadas, sentadas o paradas. Hay desplazamientos al ras del piso, donde los cuerpos se van moldeando para generar movilidades, Hay momentos donde esto se se interrumpe, y se pasa a otra cosa, como sacarse la remera, plegarla y dejarla en el piso, o tomar agua, hay dos vasos, a disposición y alcance de las intérpretes, estos hechos de alguna manera son el afuera de escena, no duran más que unos segundo para volver a los hechos, como si fuera la faz de un interruptor que vuelve a dar luz, no hay líneas quebradas, el único momento donde algo se rompe, es con el grito de Melina, que toma de sorpresa al espeso clima monótono de la obra, ese grito es la excepción que confirma la regla, porque todo vuelve a su mecánica, a su tarea, hay texto, si, se dicen cosas, las dos hablan, en el tramo final, pero no dialogan, son monólogos, de estilo libre indirecto, van y vuelven, entre imágenes banales y sensibles, no hay declamación ni un público al cual se están dirigiendo, y esa es la única convención que parece respetarse en Pasado Mañana; la cuarta pared.
Pero esta cuarta pared, no recorta una ficción, sino una experiencia, un ensayo, un programa, que moldea su intensidad con la voz de Viviana Iasparra, que interviene y va guiando a las intérpretes, a través de los módulos temporales donde sucede la obra. Todo en Pasado Mañana esta terriblemente expuesto, y en el mejor de los sentidos, es pornografía pura, todo se ve, hasta el más mínimo detalle, que cobra relevancia e intensidad, como el movimiento de una mano, los dedos, la posición de un pie, una lengua, la literalidad de una lengua fuera de su boca, como un órgano extraño, rojo, abstracto, carnal, no se buscan metáforas, ni tampoco alegorías, y como sucede con la pornografía, se prescinde prácticamente de la excusa narrativa.
Este es el mayor desafío para el público, qué hacer frente a una obra, que no esconde nada, ni siquiera su voluntad de ser un artificio mecánico, y funcional, a lo que se quiere mostrar, a través y entre, el cuerpo de las intérpretes, y el público.
El problema mayor, al que se enfrentan las artes escénicas en estos tiempos, es que el espacio de la ficción, ha sido apropiado por los medios, hasta la más ínfima noticia, tiene conciencia de su teatralidad, todo puede ser espectacularizado, incluso el horror: desde las guerras a las catástrofes naturales, de las cámaras de vigilancia que capturan una trifulca callejera, a los ojos de una vecina en un noticiero, que se queja de la inseguridad, este exceso de conciencia, histrioniza, lo que una cámara pueda mostrar, más aún hoy, con las posibilidades tecnológicas, de captura visual y las diversas posibilidades de viralizar la imagen, hacen que todos sean unos directores y actores en potencia.
Frente a esta problemática, el camino que toma Pasado Mañana, es la de deconstruir al espectáculo, llevarlo al extremo, volverlo irreconocible, achatando todo intento de entretener, para ello se toman dos caminos: generar un curioso efecto de distanciamiento, que prescinde de la razón del entendimiento, pero no de la empatía sensorial y quinética, los cuerpos de las intérpretes, son cuerpos próximos, posibles, vulnerables, se perciben claramente, las diferencias, las alturas, los pesos, la estructura de cada una, el tamaño de cada esternón, la textura de la piel, el color de los ojos, la formas de los labios, etc... pero también se notan claramente las diferencias de intensidad, la manera de exponerse, más allá de la neutralidad, tienen comportamientos distintos.
Melina parece querer ir siempre más allá de las posibilidad de si misma, develando lo invisible de lo visible y Verónica, va generando a medida que transcurre el tiempo, una enorme presencia física, a la que solo basta, una posición de la cabeza, o un ligero pestañeo, para hacer presente las fuerzas que operan en escena.
Esta es una de las estrategias posibles, la otra es minar la paciencia del público, trabajar con su ansiedad, roerla, sumirlo en una temporalidad, donde nada parece suceder, es claro, que no se puede generalizar un tipo de público, pero se puede llegar a presentir sus reacciones, antes de que la obra, de manera protocolar comience ya comenzó, en cada uno de ellos que traspasa la puerta, y busca su ubicación, el efecto antes que la causa, pasado mañana antes que hoy, y lo que puede parecer lento en una primera instancia, no lo es, todo sucede demasiado rápido, es la materia bruta, la opacidad del presente, fugándose en los cuerpos, decantando, en sus maneras de receptar y transformar al acontecimiento, a lo que todavía no vino, pero está, como un fantasma latente y pertinaz.
Pasado mañana, es una obra moderna, metódica en su concepción, tiene un orden que no necesita explicarse, no se parece a nada más que a si misma, es consecuente en su ejecución, y aunque su nombre indique un más allá, no es una obra, que intente hablar sobre el futuro, sino sobre las implicancias del futuro en el presente, en su imaginario, en las diferentes concepciones sobre el cuerpo, ya sea como un medio, una herramienta, un objeto, fuente de placer y de dolor, y esa delicada piel entre el mundo y la nada. Pasado Mañana, es el sueño de la materia pensándose a sí misma.
Viviana con esta apuesta, pisa una línea muy finita, Pasado Mañana, no es una obra para todos, pero esto no quiere decir que apueste a un solo tipo de público, sino que como en sus trabajos anteriores no da ningún tipo de concesión, (hay que soportar eso) ella busca compartir los mismos interrogantes, que la llevaron a su inquietud inicial, sentir la tarea infinita del trabajo que no cesa, la angustia, en la deformidad de los procesos y de la vida, en la belleza de unos cuerpos que ejercen un virtuosismo casi invisible, en la sinapsis de un pensamiento, que es materia, que es carne, que es vida, decadencia y esplendor, Pasado Mañana es la apuesta por lo que viene, aunque esto signifique la muerte, la materia sigue su curso, el tiempo espesa los segundos, y el hombre tal como lo presintió Foucault, es un invento reciente.
Este texto no pretende agotar las lecturas posibles de la obra, tan solo es una acercamiento a una problemática que merece una investigación exhaustiva, y una atención mucho mayor.
Ficha artística:
Idea y Concepto: Viviana Iasparra, Melina Seldes/ Intérpretes: Melina Seldes, Verónica Jordán/ Sonido: Gabriel Paiuk, escritura de textos y asesoramiento dramaturgico: Ariel Farace/ Arte diseño gráfico y escenográfico: Iumi Kataoka/ Vestuario: Loli Latorre/ Fotografía: Nacho Iasparra/ Registro audiovisual: Nacho Iasparra, Patricia Boba, Bruno López / Coach corporal y entrenamiento físico: Gabriela Iasparra y técnicas LEM/ Coach de voz: Celia Muggeri/ Asistencia de producción y operación de sonidos: Jorge Grela/ Asistente de dirección: Esteban Esquivel/ Dirección general: Viviana Iasparra.
Pasado Mañana se está presentando en el Espacio LEM los sábados 13, 20, y 27 de Junio, a las 21hs, para mayor información y reservas iasparraseldes@gmail.com | +11 (15) 41790503
www.facebook.com/
1-Viviana Iasparra ha sido motivo de escritura de este blog en varias ocasiones, este relata mi experiencia como alumno y creo que es la más cercana a su pensamiento: .http://lortellado.blogspot.com.ar/2012/06/mi-vida-como-alumno.html
Estos son los otros enlaces donde hablo de sus obras anteriores
http://lortellado.blogspot.com.ar/2011_09_09_archive.html
http://lortellado.blogspot.com.ar/2011_09_13_archive.html
http://lortellado.blogspot.com.ar/2013/11/ensayo-sobre-la-intimidad.html
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