jueves, 31 de enero de 2019

La angustia es un arma cargada de futuro

                           
                              "Calígula deseaba que todos sus súbditos tuviera un único cuello,
                               para poder descabezar el reino con un solo golpe".

                                                                                                                    Jim Morrison 

                                                                                                                          The Lords
                              
 
            Nueve años atrás, apareció en un medio gráfico local (1), un texto que hacía de la angustia un lugar para la incon-formidad, e incluso, como una manera de subvertir la percepción de este mundo en que vivimos y heredamos. Dicho texto tiene un título que en sí, ya es una declaración de principios, "La angustia como afección anticapitalista" su autor es Marcelo Percia (2), que con una claridad conceptual notable, desentraña la mecánica que nos "sujeta" al ethos capitalista. (3)

Marcelo Percia es un psicoanalista de pensamiento inquieto, alguien que fuerza los límites de la disciplina para dialogar con otras áreas del conocimiento, la estética y la política.
Formó parte de la extinta revista Pensamiento de los Confines, (4) de Nicolas Casullo de quién se podría decir que fue discípulo. (5)

No conozco la obra de este autor y psicoanalísta, tan solo algunos textos sueltos, que dan el relieve y la dimensión de un escritor que no se contenta con sus propios acercamientos, a los diferentes fenómenos que observa y analiza, es totalmente autoconciente del lugar que ocupa el psicoanálisis en la cultura, y es muy crítico de esta "zona de confort" en la cual se encuentra su propia disciplina.

Esta es la sensación que deja por lo menos con este texto de alto contenido político, ético y si se quiere amoroso. El análisis que platea el autor es clínico, su mirada es un escalpelo que tajea con suavidad al sentido común, lo abre, observa sus entrañas y no se espanta, no trata de juzgar ni de sacar conclusiones apresuradas, al contrario se toma un tiempo, el tiempo necesario para pensar sin la urgencia del diagnóstico, ni la histeria del sentido.

La angustia como afección anticapitalista, es un  texto que dialoga, interroga, cuestiona y discute con su tiempo, pero en ningún momento levanta la voz, ni se pone imperativo. Su tono es calmo, objetivo en la manera en que conduce su línea de pensamiento, que se va desarrollando de manera circular y expansiva, para volver al final, no sobre el principio, sino sobre el umbral de su propia disciplina (el psicoanális) que es lo que lo obliga a saltar al vacío de un pensamiento que discute sus propia y problemática naturaleza.

La zona sensible que más cuestiona de nuestra cultura, es a ese lugar común, a ese pre-juicio que hace de la angustia un mal terrible que hay que evitar, como si fuera un agujero negro que inexorablemente conduce a la depresión y al suicidio. Es en este terreno donde abundan los manuales de autoayuda, manuales que promueven una voluntad pasteurizada, apolítica, individual, terreno donde se combate (siempre con buena onda) a ese monstruo ambiguo, incierto e inasible, llamado angustia buscando negar su importancia movilizadora.

Porque para este tipo de sensibilidades es una mala palabra, ya que comporta, estimula y agrieta la subjetividad de las personas, llevándolas a procesos penosos que no tienen ningún tipo de solución, ni a mediano ni a corto plazo, porque de lo que se trata en esta sociedad capitalista, post-capitalista o hiper capitalista (como prefieran) es la de efectivizar los tiempos para que la máquina no se detenga y todo continúe su curso sin demorarse demasiado en el propio dolor, ni mucho menos en el de los otros.

El comienzo del texto es contundente, y directo, va al hueso del asunto, desnudando la manera en que opera la maquinaria capitalista, desde el lenguaje a los cuerpos.

"1- Confusión de nombres.
Mientras la palabra angustia se emplea para para expresar diferentes sentimientos desdichados, el término capitalismo es reemplazado por otros que esconden las relaciones sociales de explotación y desigualdad. Se confunde angustia con ansiedad, tristeza, frustración, nostalgia, temor y se opta por calificar como sociedad, mercado, sistema, realidad, mundo, a lo que debería llamarse capitalismo."

Para Percía la angustia como tal -tiene un potencial emancipador- potencia que las sociedades de control lo saben y la evitan desde una terapéutica del yo, por eso la ubican como una puerta contigua a la depresión, se pone el foco en la subjetividad para distraer sobre lo realmente ocurre; que es la de la normalización del capitalismo en todos sus aspectos, esto implica la construcción de un relato en permanente estado de re-significación, que busca y utiliza a su favor la contingencia histórica del mundo, porque de alguna manera todo avala y justifica la sensibilidad capitalista, que elabora, posee, y detenta un discurso que hace de la civilización, la democracia y la buena conciencia, una coartada para esconder "la injusticia histórica del presente desgraciado".

La angustia como afección anticapitalista, esta dividida en catorce bloques, cada bloque tiene un nombre que funciona como índice conceptual,
El texto comienza hablando sobre los pares angustia y capitalismo, sigue con el amor y los modos de amar, la incertidumbre del amor, los límites de la experiencia, la melancolía, los relojes, la religión, el opio, el vino, la angustia, la inconformidad, la lógica del teorema, para finalmente concluir con otra edad del pensar, y el obrar.
El abordaje que propone va desde la misma simiente de la subjetividad a lo abierto, al mundo, a las palabras, las cosas, al misterio y al absurdo de lo incurable.
Marcelo Percia muestra y demuestra, cómo funciona la imbricada red que sujeta a los ciudadanos, a la desesperada idea de que hay que llenar el vacío de la existencia con la compulsión desesperada.

"El capitalismo aprovecha la insatisfacción humana para promover objetos que la calman y la insatisfacción humana es una creación capitalista para que su poder se reproduzca".

Claramente no se puede generalizar cuando hablamos de capitalismo o de cualquier otra cosa, pero lo que Percía sugiere de manera de evidente, es que el ethos capitalista funciona porque es la evolución consecuente del pensamiento occidental, nuestros patrones culturales se basan en la necesidad de seguridad frente a la cruda interperie del mundo, en la posesión y posterior negación del otro, y en la identidad como una pieza indivisible y única que resiste todo cambio posible, e incluso a la misma naturaleza del tiempo, y al poder corrosivo y orgánico de la propia vida.

Por eso el escenario principal, donde se construye la subjetividad capitalista, es la escena amorosa, las maneras de entender al amor, y de restringirlo con el severo corsé religioso y moral.
La religión occidental  (si bien es cierto), a perdido terreno frente a las nuevas modalidades de espiritualidad light, o frente a las sectas radicales que renuevan su fe y esperanza, con el fuego futuro del apocalípsis, pero esto no esto no implica necesariamente que la moral haya perdido terreno, esa construcción social y cultural todavía sigue determinando el valor de la percepción y afección de las cosas,.
Aunque no lo diga, ni lo subraye para Marcelo Percia existe una ideología del amor que sigue prevaleciendo y  com-poniendo una identidad que todavía define las relaciones de poder y sumisión.

"Freud retoma teorías que piensan al amor como conjuro contra la angustia. Sugiere que amamos al otro al que le suponemos eso que nos gustaría tener o alguien que sentimos que nos ama tal como ilusionamos ser (...) El amor freudiano es locura posesiva. Aunque el otro no se puede aferrar, el deseo de tenerlo aprisionado y descifrado es una obsesión de la civilización amorosa (...) El amor desea la imposible posesión del otro. Los amantes demandan seguridad: la presencia del amado para siempre (...) El amor freudiano es una transacción: adquirimos a través del otro, una garantía emocional, un valor de nosotros mismos. Importa que el elegido no contradiga el engaño o simule ser lo que necesitamos (...) El enamorado identifica amor con compulsión de dominio: tener poder sobre el otro o que el otro tenga poder sobre mí, son opciones de la pasión en tiempos del capitalismo". 

Lo del amor absoluto entendido desde esta perspectiva, es locura de posesión, es la cruel necesidad de dependencia y dominio sobre el otro, es la secreta aspiración a controlar todos los pensamientos, impulsos y sentimientos de la persona amada, es aprisionarlo dentro de un código muy pero muy sutil, donde habla y se fortalece la lógica capitalista.

"Los cuerpos angustiados de nuestra cultura aprenden a calmarse (de eso que no saben) teniendo algo: juguetes, personas, dinero, objetos, bienes, talento, prestigio.
El apoderamiento es casi el único remedio ofrecido a la subjetividad que, asustada no imagina otras formas de felicidad. El capitalismo fabrica vidas poseídas. Los poseídos, sin embargo no se sienten infectados por ese poder, sino sujetos libres. A los innumerables pobres y excluidos, restos sociales que casi no cuentan, se los llama desposeídos."

El problema no se reduce solamente a la conciencia de clase, no es ta sencillo ni lineal, existe un tejido que enhebra las diferentes capas sociales a un mismo y solo cuerpo (si se quiere), este cuerpo, esta subjetividad, está moldeada por la moral. La moral es el último reducto donde se atan las sensibilidades a un mismo código y una misma ley, este es la problemática que atravesó a Jean Paul Sartre que trató de crear una moral a la altura de su filosofía, no es casual que el motor del existencialismo desde Kierkergard en adelante haya sido la angustia.

Hablar de moral, es hablar sobre un modo de vida, una manera de ver y sentir las cosas, la moral es un hecho cultural que atraviesa nuestra historia y la constitución de nuestras leyes, obligaciones y responsabilidades, la moral es la perspectiva posible que nos dice qué es lo bueno, qué es lo malo, y siendo aún más metafísicos qué es el Bien y qué es el Mal.
Ya Nietzche en su polémico e iconoclasta libro "Genealogía de la moral" ponía en cuestión el valor de la moral, su trabajo sobre la moral es como la del escultor con su bloque de mármol, saca lo superficial para quedarse exclusivamente con la forma original, eso que esta detrás, eso que se esconde atrás del lugar común y dice que un bloque de mármol es tan solo un bloque de mármol.

La mirada de Nieztche es corrosiva para él la moral es un pacto a la fuerza que establece el Amo:

"El que dice bueno y el que dice malo es el que manda, porque el Señor es el que nombra, el que distribuye el lenguaje y asigna los valores. Nombrar es apropiarse de la cosa, es sellarla con un precio. Las cosas son mudas hasta que alguien se apropia de ellas, y en el momento que lo hace, labra un acta con una denominación. Bueno es el Amo, malo es el siervo, así lo encuentra Nieztche en la raíz de las palabras de una serie de procedimientos etimológicos". (6)

La cuestión que ahora se recrudece, es que los tiempos al parecer se han flexibilizado, no es lo mismo la época de Nieztche con nuestra contemporaneidad, pero el problema sigue siendo el mismo, nada más que ahora esta fuertemente maquillado: con lo políticamente correcto, la buena conciencia, la democracia, la tolerancia, la preocupación ecológica, la igualdad y elección de sexo, la emancipación femenina, por nombrar cuestiones que ocupan la agenda actual, todo parece indicar que vivimos en un mundo mejor, donde las luchas de las minorías han prevalecido o por lo menos gozan de mejor prensa, pero la cuestión más inquietante que percibe el texto de Percia, es que la mayoría de las subjetividades están atrapadas en una zona de confort.

Una zona donde manda netamente el poder adquisitivo, que compra y posee: bienes materiales, simbólicos y humanos, no se trata ya ni de la lucha ni de la conciencia de clases, sino de cómo sobrevivir en este mundo donde la lógica, la ética y el pensamiento capitalista es la norma, e incluso el ideal, cómo generar un punto de fuga cuando todo es demasiado cómodo, al alcancé de la mano, ya ni siquiera hace falta el mínimo de esfuerzo. Las plataformas piensan por uno, el algoritmo esta al  servicio del consumidor, que elige prácticamente (por él), qué mirar en Netflix, qué escuchar en Spotify, los consumidores están sobre-codificados,por eso son predecibles, maleables a las novedades y tendencias.

En esta sociedad de mercado, (falazmente democrática), tener tantas opciones y posibilidades
es promocionado como la libertad, pero este tipo de libertad se consigue comprando, la libertad es una compra, para poder adquirirla hace falta capital, y para tener el capital hay que trabajar, esforzarse, entrar en competencia, porque sistemáticamente este mundo va dejando afuera, a los que no pueden, a los vencidos, los derrotados, a los excluidos, a los pobres, que nos les queda más remedio que desear este mundo desde la vereda de enfrente, como una vidriera, el sistema crea al deseo y a su necesidad. Todos queremos una vida mejor, pero cuál es el precio que estamos dispuesto a pagar para ello.

"No se trata de de postular una humanidad sin propiedades, ni de oponer, sin más, la propiedad colectiva de todos los relojes, todos los amores, todas las tierras, todos los mares (...) El problema es el cautiverio presentado como libertad. El sí mismo es una fragilidad cubierta, una precariedad negada, un cuerpo que desconoce su necesidad, un deseo del que cuelgan demasiados objetos, una conciencia saturada de moral".

La percepción sobre el estado de cosas, ese instante de lucidez que arroja los momentos de angustia, es claramente un agujero que horada la costumbre, la mecánica de los días, el aburrimiento de los días iguales  regulado por los horarios de trabajo y de descanso. La angustia es un rayo que se abre camino desde la interioridad de uno, es un movimiento de adentro hacia afuera, no es algo que invade, es algo que sale, se manifiesta, hace acto de presencia y desacomoda la percepción, desacomoda lo acomodado, las cosas que supuestamente están dadas en la vida de uno.

La muerte, una separación, el fracaso, un accidente, una pérdida, la insatisfacción constante de no llevar la vida que uno desea, son los momentos en donde puede aparecer la angustia y modificar algo para generar un punto de fuga, otra manera de ser y de pensar, pero no son soluciones para escapar de todo, es un camino, una brecha que se abre, que hay que transitar, poner el cuerpo, la psiquis, el alma, hay que entregarse a la experiencia de la angustia para que se disipe en una nueva forma.

"Hay cosas que cambian la vida, alguien dice: a partir de eso que me paso, mi vida fue otra. Hay golpes que permiten entrar en otra edad del alma; sino, se nos va la vida habiendo pensado poco y nada fuera de lo ya instalado como razón del mundo."

El pensamiento capitalista desde que comenzó a operar en este mundo, fue desplazando paulatinamente la temporalidad y los procesos del mundo anterior, hasta instalar su propia percepción, una manera de ver que desatiende justamente los proceso internos de las personas, busca los resultados por encima de la contingencia y exprime al máximo el material humano, aviolentando todo en función del resultado. El capitalismo promueve y reproduce un imperativo categórico que desconoce e ignora el propio sustrato humano que la impulsa, es indiferente y le tiene sin cuidado los efectos colaterales, aunque ahora todo este barnizado con los recursos humanos, la conciencia ecológica, y lo políticamente correcto, la percepción sigue siendo la misma: lo importante es el fin, el resultado, el final que le da sentido a la utilización del medio, todo lo que se hace para llegar a ello es un trámite que hay optimizarlo lo más pronto posible, de la manera que sea, porque el tiempo no espera, porque la aceitada maquina capitalista ya esta a la vanguardia con una nueva novedad que irremediablemente nos va dejando afuera.

La ansiedad capitalista le tiene pánico a la angustia, porque esto implica detenerse, observar y sufrir la incertidumbre de la duda. El capitalismo tiene muy desarrollado el sentido del control, busca adelantarse a los hechos, busca evitar el accidente o la catástrofe, busca ir en contra del mismo sentido de la vida que es justamente el conflicto, pero el problema con este tipo de manía, es que el control tiene sus límites y cuando este se escapa, el descontrol es temible por su violencia.

"La conflictividad es la experiencia de la angustia. No se dice soy angustiado ni es angustiado, se dice estoy angustiado o está angustiado. La angustia no es una manera del ser, sino un pasaje que posibilita que, lo que es sea."

La angustia como afección anticapitalista, es un texto prácticamente inagotable, condensa en pocos párrafos muchos nudos y problemáticas, es un texto fundamental para poner en escena, en evidencia, los alcances de la lógica capitalista en nuestras vidas, en nuestro modo de vincularnos, en la manera en qué amamos y buscamos placer, en la manera de sufrir, en el modo de encarar el conflicto, la tensión, el estrés (que es una invención capitalista por y para el multimillonario negocio de los fármacos), en la manera a fin de cuentas de ser uno mismo, en un mundo que fabrica identidades, maneras de ser, que se venden en los escaparates de autoayuda y que rápidamente van desplazando los íntimos deseos de uno, por el deseo de los que mandan, nos digitan, nos explican, nos contienen y nos atan a un mundo que paradójicamente nos va dejando atrás, porque no somos más que un medio desechable que tiene su fecha de vencimiento y caducidad.

La pregunta que nos deja resonando Marcelo Percía, solo merece una respuesta posible y esto toca al ámbito de la intimidad de cada uno, no hay formas, ni maneras, ni caminos, ni fórmulas para llegar a ser, hay que poner el cuerpo en toda su literalidad, arriesgarse a dar una respuesta diferente y vivir esa afirmación como una posibilidad.

"¿Cómo vivir lo que nunca antes se ha vivido? ¿Expandir la experiencia hasta el límite: asomarse fuera de sí. El fuera de sí como arrojo que no es caída. Vivir arrojado fuera de sí, pero no cayendo en lo mismo de siempre, en lo establecido, sino derramado fuera de todo continente. Naufragar no como desastre, sino como oportunidad".



1-La nota apareció en el matutino Página 12, en el año 2009, y era el fragmento de un texto mayor, que se lo puede descargar online 
https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-131064-2009-09-05.html

2-Algunos datos biográficos de Marcelo Percia https://es.wikipedia.org/wiki/Marcelo_Percia

3- El texto completo se lo puede bajar acá http://assets00.grou.ps/0F2E3C/wysiwyg_files/FilesModule/tutorta/20100623155338-mouwnhmbiacppxkkt/la_angustia_como_afeccion_anticapitalista.doc

4- http://rayandolosconfines.com/revista.html

5-Algunos datos biográficos de Nicolás Casullo https://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_Casullo

6- Extracto del ensayo "El último oficio de Nietzche", de Tomás Abraham

martes, 15 de enero de 2019

Esa vieja superstición entre lo real y lo real (Cortázar, Lynch y la fantasía de la normalidad)


     
             Confieso que Cortázar es un autor del cual leí muy poco, casi nada dentro de lo que es su enorme producción literaria, apenas me detuve en "Bestiario" (1951) su primer libro de cuentos y "Salvo el crepúsculo" (1984) curioso libro de poemas más pensado como un objeto literario que como un libro en sí, con Cortázar aparece una nueva manera de pensar los libros, desde su pura objetualidad a sus diferentes entradas narrativas proponen un recorrido diferente, es un autor pop, con todo lo que eso implica en los imbricados y polémicos cruces entre tradición y vanguardia.
Pero en rigor lo primero que leí de él fue un cuento llamado "Fin de etapa", (del libro Deshoras 1983) relato que me produjo una conmoción estética que me es muy difícil de explicar, todavía perviven en mí los ecos de esa sensación, las esquirlas de un tiempo que como bien lo dice el cuento -estaba fuera del tiempo- lo leí de un tirón en la casa de una compañera de la facultad que era una fan total del autor, su biblioteca estaba poblada por sus libros, así que solo era cuestión de días, entre mate y textos de estudios que diera con este cuento. (1)

La historia que el autor propone es muy simple: trata de una mujer que de pasada en un viaje nadie sabe a dónde, recala en un pueblo perdido, y sin saber muy bien por qué para por unas horas allí, se le antoja tomar un anisado en un bar, y a partir de allí, el relato va develando el pasado de la protagonista, los necesarios (no muchos) como para entender el grado de sensibilidad al cual esta sometida por sus emociones. Todo lo que se le presenta en su estancia de alguna manera la perturba, la incomoda ligeramente y la desfasa en su temporalidad.

"Sentía en la piel una frescura de sombra, algunos parroquianos jugaban a las cartas, dos chicos con un perro, una vieja en el puesto de periódicos, todo como fuera del tiempo, estirándose en la calina del verano. Como fuera del tiempo, lo había pensado mirando la mano de uno de los jugadores que mantenía largamente la carta en el aire antes de dejarla caer en la mesa con un latigazo de triunfo.

Quiso el azar, (ese absurdo del destino) que la música de fondo en la casa de mi compañera de la facultad, entre tantas otras cosas sea el soundtrack de la inclasificable serie "Twin Peaks" de David Lynch (1990). La lectura bajo los efectos de esta banda sonora me producía aún más extrañeza y curiosidad (lejos estaba todavía de ver la serie), la música de Angelo Badalamenti me perturbaba ligeramente, no la entendía, pero me envolvía como un perfume de una dulzura pegajosa, fuerte, tóxica, la música era un recorrido por tempos de jazz, canciones de amor siempre al borde de lo cursi en su forma y belleza, y música incidental levemente siniestra, opaca casi gris. (2)

"Curioso que vivir pueda volverse una pura aceptación", pensó mirando el perro que jadeaba en el suelo, "incluso esta aceptación de no aceptar nada, de irme casi antes de llegar, de matar todo lo que no es capas de matarme". Dejaba el cigarrillo entre los labios, sabiendo que terminaría por quemárselos y que tendría que arrancarlo y aplastarlo como lo había hecho con esos años en que había perdido todas las razones para llenar el presente con algo más que cigarrillos, la chequera cómoda y el auto servicial". 

El cuento tiene dos dedicatorias que funcionan como referentes del imaginario que la narración en su forma propone
                        A Sheridad LeFanu, por ciertas casas.
                             A Antoni Taulé, por ciertas mesas.

El primero para el ávido lector de cuentos de horror y fantasmas es una figura conocida e incluso fundacional, Carmilla (1872) su novela sobre una mujer vampiro influyo enormemente al Drácula de Bram Stoker, el estilo de este escritor irlandés se caracterizaba por la creación de climas, y ambientes, detalle que en el cuento de Cortázar abunda pero no en un sentido siniestro ni fantástico, sino más bien como un abismo que se cierne y sobrevuela todos los detalles de esa cotidianeidad pueblerina, como si la frontera entre lo que uno por convención llama realidad y lo sobrenatural fuera nada más que un problema de percepción, como si solo bastase la vulnerabilidad de una subjetividad herida o afectada para que la materialidad de las cosas revelen su verdadera naturaleza. (3)

Pero el dato que desconocía es que la segunda dedicatoria tiene una historia en común, pues el autor se conocía con Antoní Taulé,  pintor hiperrealista español radicado en Francia (todavia vivo) de hecho el pintor le había pedido a Julio Cortázar que prologara una exposición suya, pero este intento cobraría vida en un cuento donde el autor conecta el imaginario del pintor con el suyo para dar rienda suelta a una de sus máximas obsesiones tematicas: la plasticidad del tiempo, y del espacio.
El mismo Cortazar en un reportaje habla sobre este artista plástico y la curiosa génesis del cuento. (4)

"Antoni Taulé es un joven pintor catalan que vive en París y que una vez me mostró sus cuadros. Me sorprendieron mucho. En la mayoría de ellas el tema es habitaciones dentro de una casa, dentro de una casa que de inmediato te da la sensación de estar vacía. En la habitación que se muestra hay una silla, o una mesa, a lo sumo dos mesas y una silla. Y cuando hay personajes, están casi siempre a una cierta distancia, de pie en la puerta, de espaldas. Todo lo cual da, evidentemente un clima irreal y a la vez profundamente real. Es una especie de incitación a pensar que cada uno de esos cuadros es un instante de algo que todavía no ha sucedido, o que puede suceder en cualquier momento". (5)

Muchos años después me di cuenta que la serie de David Lych: Twin Peaks también sucedía en un pueblito perdido, donde nada de lo que sugería una aparente normalidad era normal, detrás de la fachada estaba el monstruo, el mal que acecha inquietante, royendo lo que había que roer para que apareciera lo realmente otro. Casi toda la obra de este director está atravesada por esta problemática, detrás del espejo de lo cotidiano siempre está lo siniestro, concepto caro al psicoanálisis que nos habla de la extrañeza de lo conocido, o lo que es es aún más estremecedor, de lo que creemos conocer.
El cuento de Cortázar si bien no participar de la estética del horror, si en cambio tiene esa fuga de la percepción, la razón del personaje se ve resignada frente a tantos datos y cosas que la atraviesan.

"Sentirse de vuelta tan idiota exigía pagar y dar una vuelta por el pueblo, ir al encuentro de cosas que ya no vendrían solas al deseo y la imaginación. Ver las cosas como quien es visto por ellas (...) Una vez más el sentimiento de no recorrer un pueblo sino de ser recorrida por él, los adoquines de la calzada resbalando hacia atrás como en una cinta móvil, ese estar ahí mientras las cosas fluyen y se pierden a la espalda, una vida o un pueblo anónimo."

Si una de las cuestiones por la que Julio Cortazar siempre fue atacado es justamente por esa actitud lúdica y formal que despliega toda su narrativa, pero creo que sin esa liviandad que su prosa respira jamás podría haber escrito su obra, si se hubiera dejado llevar por la literalidad de lo siniestro y fantástico hubiera sido como Ernesto Sábato  un escritor que nunca pudo ni quiso escapar de sus fantasmas fuertemente enraizados a su nombre propio.
Por eso el clima de este cuento como del tantos otros, -pienso en :"Continuidad de los parques", "Axolote", "La noche boca arriba", "Casa tomada", por dar algunos ejemplos- tienen mucho que ver con la estética del David Lynch y con la de ciertos autores, el Bradbury de Crónicas Marcianas, (1950) -se me ocurre-con su ambiente pueblerino y marciano, donde la banalidad provincial, casi abúlica pueblan sus personajes que escapan de los fantasmas de la tierra, esa tierra (imposible de habitar por tantos recuerdos) que abandonaron buscando una nueva América.

"La ciudad estaba a una hora de distancia, como todo parecía estar a horas o a siglos de distancia, el olvido por ejemplo o el gran baño caliente que se daría en el hotel, los whiskys en el bar, el diario de la tarde. Todo simétrico como siempre para ella, una nueva etapa dándose como replica de la anterior, el hotel que completaría un número par de hoteles o abriría el impar que la etapa siguiente colmaría; como las camas, los surtidores de nafta, o las semanas."

Si hay un cuestión que ha aparecido con insistencia en los diferentes campos estéticos pero sobre todo en el cine y en la literatura, es la problemática de la memoria, el olvido, el trauma de la amnesia,  los implantes de recuerdos y la densidad del sueño, (6) lo que este tipo de recurrencia temática parece decirnos, es que la cultura y la imaginación están llegando a un estado tal de entropía, de acumulación forzosa, una suerte de hipertrofia de la razón, de los saberes, de lo imaginario, un estado emergente de situación que necesita limpiar su contenido, vacíarlo, sacar el peso de la historia y la tradición (en todos sus aspectos), fugarse por la carretera en un auto veloz buscando olvidar los restos del reciente pasado, como la mujer del cuento de Cortázar, como el saxofonista paranoico de Lost Higway (obra magna de David Lynch,1997 ) que buscan perderse lo más rápido posible en la fugacidad del presente, pero en el camino lo asaltan los recuerdos, que no son lineales, ni esclarecedores, la verdad nunca asoma porque siempre se escapa, es un fragmento esquivo que uno lee siempre demasiado tarde, por eso el olvido y la memoria no son opuestos sino hendiduras para un abismo por donde se escapan las pretensiones de esa vieja superstición que insistimos en llamar realidad.


1- ¨Para leer el cuento completo: https://www.literatura.us/cortazar/findee.html

2- Para aquellos que desconocen este exquisito soundtrack: https://www.youtube.com/watch?v=dTp6d7Bw79A


3- Pequeña reseña biográfica de Sheridan Le fanu http://www.lecturalia.com/autor/4244/joseph-sheridan-le-fanu

4- Página del artísta plástico Antoni Taulé: https://www.antonitaule.com/

5- Reportaje de Omar Prego a Julio Cortázar, http://www.geocities.ws/juliocortazar_arg/prego.htm

6-Sería larga de enumerar la lista de películas y libros que tienen como argumento y problemática a la memoria del olvido, pero habría que pensar e incluso investigar y escribir el grado de influencia que tuvo el escritor de ciencia ficción Phillip Dick en el imaginario de las dos últimas décadas del siglo XX que a mi parecer es capital.




miércoles, 2 de enero de 2019

La familia: una institución siniestra (lecturas sobre el destino de la mujer, y su mandato cultural)



               Hay cuestiones culturales que damos por hecho: la costumbre, la cotidianidad y la rutina hacen la mayoría de las veces de filtros para que la percepción atempere su intensidad y se amolde a un mundo que creemos conocer al dedillo. La familia es uno de esos hechos que uno supone sólidos y anclados en el tiempo, pero la cuestión principal es que uno olvida o pretende negar que la familia como tal es una experiencia tanto de convivencia como un experimento sobre la crianza, y los modos del amor.  Es un proceso que como tal va decantando en el tiempo y en el espacio su forma más conveniente, esto no implica necesariamente una familia unida, sino que hay diferentes modos de construcción de lazos y de sociabilidad familiar, hay otra forma de vivir la familia que conspira constantemente contra la tradición, que por más embates que haya recibido la familia como "institución" sigue firme en este mundo de constantes mutaciones culturales y tecnológicas.

Sobre esta problemática versan dos fenómenos estéticos distintos en su concepción y en su especificidad, pero que en el corazón de su discurso buscan roer, minar, socabar a la idea primero de la familia como un bien instituido y segundo combaten el rol de la mujer que esta tradición tiene preparada para ella, rol que viene siendo rigurosamente cuestionado desde las luchas feministas y que ahora en este nuevo escenario político es pertinente para los espacios políticamente correctos que llenan tanto su agenda como su discurso con loas sobre la condición femenina.
El problema cuando ocurren estos fenómenos sociales, es que se termine tomando la parte por el todo olvidando que la problemática que atraviesa las diferentes capas sociales es un interrogante cultural y político, en su acepción más íntima sobre los modos, las formas y las políticas sobre la vida.

Dio la co-incidencia que diera con estos dos discursos estéticos de manera casi simultánea y de alguna manera se complementan, aunque creo que las dos se ignoran, la primera es un film de Sam Mendes llamada "Revolutionary Road" (2008) basada en una novela que lleva el mismo nombre, en nuestro país la película se la dio a conocer como "Solo un sueño" y al momento de su estreno venía precedida por una gran repercusión ya que sus protagonistas eran Kate Winslet y Leonardo Di Caprio, la pareja mundialmente famosa de la película de James Cameron; "Titanic" que volvían a estar juntos en pantalla. (1)
La segunda es una canción llamada: "Triste, Louca ou Má" del grupo brasilero Francisco, el hombre, banda que desconocía (hasta este momento) que gracias a este tema fueron nominados a la categoría de mejor canción en lengua portuguesa para los Grammys Latinos del año 2017. (2)

Revolutionary Road esta basado en una novela  homónima de Richard Yates pubicada en 1961, (3) autor norteamericano (no muy conocido) desconozco el libro de hecho no sé si hay traducción al castellano, las críticas que hay con respecto a la novela son elogiosas, todas apuntan a que captura el espíritu de época y que retrata como pocos el vacío existencial de la clase media norteamericana, la película aunque por momentos muy teatral en su puesta en escena y en su visión como film, va al hueso del asunto pero de una manera inesperada.
Hay que apuntar que a la película no le fue muy bien en el momento de su estreno, en su país de origen, tuvo críticas más bien tibias, repartidas, de hecho no es un gran film, pero en la ambición de su estructura, en la intensidad de las actuaciones logra trasmitir no solo el vacío existencial sino la perfecta trampa, el "cómo" se instituye una familia, cómo define su forma y de qué manera se codifica clausurando todos los posibles afueras.

Triste, Louca ou Má es una canción que en su poética va desplegando un lugar de enunciación que no se ahorra en  reparos ni especula con el contenido, habla desde la mujer pero no se queda en la cuestión de género, busca una mirada más amplia que gracias a la belleza melódica que va desplegando la voz y la sutil intensidad de un fraseo va horadando al sentido común, logrando un grado de maduración muy diferente, al resto de las canciones que conforma Soltasbruxa (2017)el segundo disco de Francisco, el hombre, como si realmente en la canción las voces anónimas y silenciadas encontrara su espacio para decir, hablar, comunicar la impotencia del silencio y de lo indecible.

El punto más alto de Revolutionary Road es la perfomance actoral de Kate Winslet, no es que las otras actuaciones estuvieran mal o por debajo de las otras, sino porque toda la apuesta de la película esta colocado en el cuerpo de la actriz, en su rostro, en ese mundo a punto explotar que su mirada trasluce, en esa interioridad que comunica con cada uno de sus gestos, en esa invisibilidad de lo que no puede ser dicho pero que cobra vida como una latencia peligrosa, huracanada, subversiva. La voz del deseo en su carne, se resiente, sufre, se devora, se autofagocita, no encuentra canal, ni contención, solo el vacío que su salto delata cuando cae con toda la fuerza de la pasión.

El video clip deTriste, Louca ou Má puntualiza el discurso textual de la canción, pero no literaliza su intención, sus imágenes muestran esas antiguas casas señoriales amplias y frescas, no hace falta que aparezca un hombre, (en el sentido de la ley) para que se sienta su presencia, en sus escenas, banales cotidianas, vemos a una mujer sentada al borde de la cama ensimismada en sus pensamientos, a otra en una mecedora fumando tratando de convivir con el hastío y el aburrimiento. Uno de los aciertos estéticos del video es que es un paseo por los interiores de la casa, donde se dejan ver estas escenas, como la del baño donde una mujer se peina al borde de la bañera en una actitud de placidez erótica; el otro acierto es que las mujeres que aparecen no tienen el cuerpo estereotipado y convencional a las que las publicidades y los videos clips nos tienen acostumbrados. Las mujeres que aparecen son negras, mulatas, de cuerpos voluminosos, no representan la encarnación de lo sublime ni de la idea de femineidad romántica que el imaginario masculino cultivo en la literatura, la belleza esta en la madurez de los cuerpos, en la gravedad de sus pasos, en la sencilla coreográfica que las descubre ágiles y veloces, juntas y separadas, respirando el mismo ritmo, la misma cadencia que las identifica, las agrupa y las dispersa, es la marea de las últimas cosas que esta llegando. (4)

Revolutionary road transcurre en la década del ´50, en pleno apogeo del american ways of life y de la paranoia macartista, es una historia de los suburbios, de una pareja que se creía destinada para un destino mayor: son bellos, son jóvenes y la envidia de sus amigos, pero algo falla, algo los resiente en el presente de su ambición, en la intimidad de sus deseos de cambio los caminos se enfrentan, se repelen y se mutilan entre si. Si algo caracteriza a la década del ´50 es que en ningún otro momento histórico de los últimos 100 años se puso a la familia como estandarte de una nación. Como emblema de resistencia para el enemigo exterior (la amenza roja) como para el más nocivo y peligroso: el interior.
La familia es una caja de resonancia por donde pasa el discurso político, una pedagogía de autoayuda que encontraba en las selecciones de Reader´s Digest su imaginario apocalíptico, la familia tenía que estar preparada para lo peor, (la tercera guerra mundial, la catástrofe atómica) tenía que ser fuerte pero sobre todo cruel, la familia era una estructura sólida donde se apoyaba el país, la moral y la ética ciudadana, por eso no le temblaba el pulso a la hora de señalar las posibles encarnaciones de su enemigo. No en vano la década del ´50 fue el escenario estético tanto del cine como de la literatura de ciencia ficción donde apareció reflejado el miedo a lo realmente otro; llámese: negro, judío, homosexual,comunista, extraterrestre o mujer. (5)

En la canción de Francisco, el hombre, si bien no se habla de una época aunque por las imágenes del video clip quizás resuene el pasado colonial, el marco donde se dicen las cosas es contemporáneo, la voz viene del pasado pero el discurso es actual, límpido e incluso joven por su liviandad enunciativa, ni la tradición ni la ley parecen hacer mella de su claridad conceptual

Triste loca o mala/será calificada,la que se rehuse/a seguir esa receta
la receta cultural/del esposo y la familia/cuida, cuida de la rutina

Lo que cambia en relación al film de Sam Mendes es que en la canción hay salida posible, existe un punto de fuga, si hay algo que en el mundo retratado en Revolutionay road no puede ocurrir es que la mujer se emancipe, no hay vida para ella sin el matrimonio, no es mujer sino tiene hijos y dedica su vida de abnegado sacrificio; tanto a la crianza como al consentimiento, sumisión, y cuidado no a su marido (solamente) sino a la idea del hombre, del padre de familia que tiene sus derrapes, infidelidades y su otra vida  afuera, en cambio la mujer no la tiene, es pura vida interior con sus brillos, momentos de esplendor y epifanías secretas.

Solo realmente, niega/ la bien conocida receta
quien, no sin dolores,/ acepta que todo debe cambiar
Que un hombre no te define/ tu casa no te define
tu carne no te define/ tu eres tu propio hogar

Triste, Louca ou Má es una apuesta por volver a comenzar, en su irreverencia deja entrever que hay que re-ver, desandar e incluso destruir los antiguos preceptos de la tradición y la cultura con respecto a la mujer, a la idea de mujer, a su manera de estar  y percibir la sensorialidad del mundo.

Ella enloqueció/ desató nudos
va a vivir sola/ Yo no me veo en la palabra
"hembra", objeto de caza/ conformada víctima
Prefiero quemar el mapa/ dibujar el camino
ver colores en las cenizas/ y reinventar la vida (6)

Uno de los momentos más memorables de la película es cuando Kate Winslet, en toda su bella humanidad mira en un estado de vulneravilidad absoluta por la ventana, el afuera, esa posibilidad que se le escapa, que la tiene que dejar escapar porque no hay vida posible más allá de la casa, del entorno familiar, de ese hijo que no desea en su vientre, de la inquisidora, tierna, paternal y terrible mirada de su marido que ya no lo mira con sus ojos, sino con los de la ley, del estado, de la nación.
La película termina con un sabor amargo, triste, negro, la familia perfecta debe pagar un precio muy caro para lograr la felicidad del país.
La ironía de la escena final tan solo constata que Revolutionary road es una historia que nadie pretende escuchar, porque hay demasiadas voces que tratan de reprender, juzgar y separarse de ella como si fueran la peste, cada uno tiene su versión de los hechos, cada uno imprimió en ellas su propio deseo, su propia fantasía con respecto a una pareja ideal, el final devela esta ilusión como si fuera un mal sueño del cual todos tratan de despertar.


1-https://es.wikipedia.org/wiki/Revolutionary_Road
Esta es una crítica en un medio local al momento de su estreno https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-12695-2009-01-29.html

2-https://en.wikipedia.org/wiki/Francisco,_el_Hombre

3-https://es.wikipedia.org/wiki/Richard_Yates
Un retrato cabal de Richard Yates https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-5081-2009-02-01.html

4-https://www.youtube.com/watch?v=lKmYTHgBNoE

5- En este aspecto la mejor expresión estética sobre la paranoia fue la serie unitaria The Twiling Zone (1958-1963) de Rod Serling que presentaba una fábula moral sobre la incapacidad del hombre de entender lo desconocido y lo realmente otro.

6-Versión original en portugués https://www.letras.com/francisco-el-hombre/triste-louca-ou-ma/



domingo, 23 de diciembre de 2018

La revolución es la piel


                            "El control de las mujeres y sus descendientes ha sido la piedra de toque
                             de todo régimen represivo de este planeta".

                                                                                                                Margaret Atwood (1)
                                           



                     Para el psicoanálisis en sus comienzos "la mujer" siempre de alguna manera fue un misterio elusivo, algo imposible de definir y siempre que intento explicarlo lo llevo a hacerlo por contraste, por diferencia con el hombre. Los términos "masculino" y "femenino" no son términos simétricos, no funcionan de la misma manera.  Para el psicoanálisis en sus comienzos con papá Freud como guía y fundador, el desarrollo psíquico de la niña es idéntico al del varón para luego diferenciarse, para él la mujer siempre fue un "continente negro", un territorio imposible de explorar sin perder la certeza, por eso llega a preguntarse con todo el rigor científico y los límites propios de su masculinidad "¿Qué quieren las mujeres".

Lacan ese gran lector de Freud profundiza ese misterio y trató de acercarse un poco más a esta terra incógnita, para él, el termino "mujer, no designa una esencia biológica sino una posición de orden simbólico, una posición femenina". Por eso llegó a afirmar "que la mujer no existe", frase polémica que leída fuera del contexto parece más una declaración de intolerancia misógina, pero el punto principal es que la mujer no existe dentro del discurso masculino (2) más que como sucedáneo, como consecuencia de esa famosa costilla de Adán (ese relato bíblico), para el discurso del hombre la mujer siempre fue un inconveniente, un mal necesario, porque gracias a ella, la especie puede reproducirse y propagar.

Sobre estas cuestiones de orden político cultural y de género transita "El cuento de la criada" (1985) de Margaret Atwood, una novela editada todavía cuando el mundo se repartía en dos polaridades, era el ocaso de la guerra fría y el comienzo del fin del comunismo. Novela distópica, incómoda, punzante, que entra de lleno en la problemática de la mujer, dentro de un mundo posible en EEUU, (the land of freedon) que vive bajo un gobierno de facto, una dictadura religiosa, una teocracia donde  rige a raja tabla los preceptos de las escrituras, un mundo donde el contacto, ya sea visual o táctil es peligroso, incluso suicida, todo esta regido por un protocolo severo de sociabilidad. En este mundo hay problemas de fertilidad, la especie ya no puede reproducirse de manera sencilla, salvo un centenar (quizás) de mujeres fértiles que son secuestradas, objetualizadas como mero recipientes de salvación, ya no hay fuente de placer en las relaciones, todo es expeditivo, frío, distante, un trámite engorroso que busca con persistencia resignada ese óvulo valioso.

Es un libro político que en el contexto que estamos viviendo aparece con toda su potencia y no en vano, hay una serie  (de gran repercusión) que toma la historia y la continua donde la autora lo deja (3) confieso que comencé a leer el libro por la serie que la deje ni bien comencé a ser atrapado por la lectura de "El cuento de la criada", la virtud del libro es que si bien es una acérrima crítica a todos los sistemas totalitarios que despojan con su práctica de la dignidad e incluso la humanidad de las víctimas, nunca su foco esta puesto ahí, al libro no le interesa dar un mensaje sino más bien tratar de narrar los hechos desde la perturbada y sensible voz de la narradora que se arregla como puede para hacer justicia a su experiencia.

En esta sociedad de control, en este mundo posible, no tan alejado del nuestro, los cuerpos y especialmente el de las mujeres son sometidos física, moral y mentalmente dentro de un sistema religioso, puritano y platonista; en el aspecto que no importa el cuerpo, no importa la mujer, no importa la subjetividad ni la persona, importa si "la idea" que se tiene de ello, la idea salvadora de la especie, la prole que renovara al mundo bajo estos preceptos severos sobre la vida, sobre un modo de vida que busca gobernar todos los aspectos de su ciudadanos.
La narradora es una mujer fértil, reclutada (a la fuerza) para su cometido, doblegada en en una suerte de entrenamiento donde la desposeen de su nombre, de su cuerpo de su sensibilidad, la adoctrinan con el miedo, con la cohersión del dolor tanto físico como moral. Una educación opresiva donde al parecer no hay salida posible porque hasta el imaginario esta vedado.

Es justamente en este terreno alejado de "Los Ojos" (suerte de polícia secreta) donde se debate la conciencia y la toma de conciencia de la narradora que comienza a descubrir en su cuerpo, en la percepción de su cuerpo la fisura del sistema.

"Me sumerjo en mi cuerpo como en una ciénaga en la que yo solo sé guardar el equilibrio. Mi territorio es un terreno movedizo. Me convierto en el suelo en el que aplico el oído para escuchar los rumores del futuro. Cada punzada, cada murmullo de ligero dolor, ondas de materia desprendida, hinchazones y contracciones del tejido, secreciones de la carne: son signos, son las cosas de las que necesito saber algo. Todos los meses espero la sangre con temor, porque si aparece representa un fracaso. Otra vez he fracasado en el intento de satisfacer las expectativas de los demás que han acabado de convertirse en las mías (...solía pensar en mi cuerpo como un instrumento de placer, o un medio de transporte, o un utensilio para el cumplimiento de mi voluntad (...) Ahora el cuerpo se las arregla por sí mismo de un modo diferente."

Sería largo y engorroso de explicar todos los detalles, protocolos, rituales que este mundo presenta, además que no tiene sentido hacerlo porque la autora lo hace de manera magistral sin tono pedagógico, ni torpe, la novela avanza develando de a poco toda la complejidad de la historia, de una trama que da de lleno en la agenda sociocultural que nos afecta como ciudadanos en la hiper-conectividad de este planeta, trama que retruca ( a su modo) la pregunta de Freud (ya no se trata de qué quieren las mujeres) sino de "cuál es el destino de las mujeres desde que el mundo es mundo", Margaret Adwood no da concesiones ni busca complacer al lector ni menos a la mujer (en un sentido políticamente correcto) sino que es un medio para que el relato avance y a su paso vaya develando que la moral es un artificio de control social, que la religión es una precisa herramienta política y que el patriarcado no es solamente un hecho cultural que se manifiesta en todos los aspectos de la vida, nos precede y nos diagrama para pensar y sentir, sino que es un pulso atávico que busca vigilar muy de cerca las emociones y sus efectos en el cuerpo, en la sensibilidad, en la piel, en los sentimientos frente a la voracidad del deseo, la incertidumbre y el temor frente a lo desconocido.

"¿Quién me censuraría por desear un cuerpo verdadero para rodearlo con mis brazos? Sin él también yo soy incorpórea. Puedo oír mis propios latidos contra los muelles del colchón, acariciarme bajo las secas sábanas blancas, en la oscuridad, pero yo también estoy seca, blanca, pétrea, granulosa; es como si deslizara la mano sobre un plato de arroz; como la nieve. En esto hay cierta dosis de muerte, de abandono. Soy como una habitación en la que una vez ocurrieron cosas pero en la que ya no sucede nada, salvo el polén de los hierbajos que crecen al otro lado de la ventana, que se esparce por el suelo como el polvo".

La novela mantiene un tono al límite de su expresión, nunca desborda, siempre mantiene una delicada frontera entre los artificios de la narración y la narración, no se engolosina con sus posibilidades, de alguna manera es eficaz e incluso expeditiva, el relato es llano pero en su prosa (en lo que deja intuir la traducción) esta contenida un lirismo sutil que airea la opresión de la voz narradora, uno adivina que es en esos pasajes del relato donde la voz va re-descubriendo la sensibilidad de las cosas, es donde se produce el quiebre, el punto de fuga de la imaginación. (4)

"Hay algo subversivo en el jardín de Serena, una sensación de cosas enterradas que estallan hacia arriba, sin pronunciar palabra, bajo la luz, como si señalaran y dijeran: Aquello que sea silenciado clamará por ser oído, aunque en silencio (...) La luz del sol se derrama sobre él, es verdad, pero el calor brota de las flores mismas, se puede sentir: es como sostener la mano un centímetro por encima de un brazo o de un hombro. Emite calor y también lo recibe. Al atravesar un día como hoy este jardín de peonías, de claveles y clavellinas, casi se me va la cabeza".

Podrá parecer tonto e incluso ridículo para el que este esperando un manifiesto en contra de los sistemas despóticos y autoritarios, pero la verdadera revolución esta en los alcances de la potencia de un cuerpo, en la inflamación de la percepción a causa de eso que escapa a los sistemas de control que es el contacto con la piel, ese contacto amoroso, cálido que no da una explicación al sinsentido y absurdo de este mundo sino que habilita la posibilidad de con-vivir en el de esta manera, con este modo de vida que se abre a lo realmente desconocido. Por eso "El cuento de la criada" no es una novela feminista, (no hay nada codificado en su relato) sino que todo en su flujo narrativo deviene mujer, se abre a ese territorio ignoto donde el deseo pierde sus bordes (masculino-femenino) y se abre a toda la fuerza de la vida; que muta, prolifera, crea, destruye y afirma que el futuro es mujer no como una constatación de las luchas feministas (esa es otra discusión que excede la naturaleza de este texto), ni como mea culpa políticamente correcto del mal que hizo el hombre, sino por su total apertura y vulnerabilidad a lo que se puede cambiar en el orden perceptivo y cultural, a lo que realmente se debe modificar para que exista otra posibilidad, otro camino, otro destino.

"El vestido de verano me roza la piel de los muslos, la hierba crece bajo mis pies y con el rabillo del ojo veo que algo se mueve entre las ramas, un revoloteo, graciosos sonidos, el árbol convertido en pájaro, la metarmofósis se desboca. Ahora son posibles las diosas y el deseo satura el aire. Incluso los ladrillos de la casa se ablandan y se vuelven táctiles, si me apoyo contra ellos, quedaran calientes y flexibles. (...) ¿Acaso  el hecho de ver mi tobillo, ayer, en el puesto de control, cuando deje caer mi pase para que él lo cogiera, hizo que se mareara y desvaneciese? Nada de pañuelos o abánícos, uso lo que tengo a mano.
El invierno no es tan peligroso. Necesita la insensibilidad, el frío, la rigidez; no esta pesadez, como si yo fuera un melón sobre un tallo, esta madurez líquida".


1-Introducción de la autora para la sexta edición de la novela en el 2017.

2-http://www.psiconotas.com/la-mujer-no-existe-lacan.html

3-https://es.wikipedia.org/wiki/The_Handmaid%27s_Tale_(serie_de_televisi%C3%B3n)

4- La traducción se la debemos a Elsa Mateo Blanco.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Cerati y el linaje de Pierre Menard


 "Soy un oyente que devino en músico (...) Borges decía que era mejor lector que escritor             (risas). Si bien pude haber sido un músico frustrado que no se hubiera atrevido a serlo, eso         me convirtió en un ávido oyente. Y mi avidez como oyente fue tan fuerte que quise estar
 en el sitio adecuado en el momento en que se producía."

                                                                                                          Ahora, Antes Y Después
                                                                                                                          Daniel Melero
                                                                                                       X Gustavo Álvarez Núñez


                                                                                ...a Serguei por mostrarme el camino.
         
             
         

             Con el tercer disco Soda Stereo terminó de consolidar su estética, no es casual que lleve un título tan significativo como "Signos" (1) no es solo una cuestión de capricho sino una elección conceptual que utiliza como estrategia y dispositivo de seducción al erotismo. este gesto como el famoso truco de la carta robada de Edgar Poe, esconde lo evidente en lo obvio.
Lo evidente para una banda en crecimiento como lo era Soda en ese momento era que no eran tan buenos compositores de canciones como uno podría imaginar, la virtud que tuvieron con Gustavo Cerati como principal protagonista era que sabían: escuchar, procesar, tomar prestado e incluso robar a la tradición sin que esta se viera ofendida, actitud estética que Cerati sabría aprovechar con muy buenos resultados en su etapa solista.

              La segunda canción de Signos, "El rito" es la más elocuente en este aspecto, que leída desde esta actualidad que todo el tiempo busca re-afirmarse en el pasado funciona como una declaración de principios, que hace de la angustia de las influencias un lugar de enunciación por excelencia, la poética esconde su propósito dentro de un imaginario que juguetea con cierto hermetismo, no se sabe quién es el destinatario, la inteligencia de la canción consiste en que genera un fuera de campo donde el oyente completa el significado de una letra más bien elusiva. Pero hay que detenerse un poco más en ella para leer lo que esconde.

Soy un profanador/ Estoy desafiando al tiempo/ Ya ves mi transgresión/ es procurar tenerte/ El cielo entiende de mi obsesión/ Esta llegando a un límite (...) Sueles encontrarme en cualquier lugar/ Y ya lo sabes nada es casualidad/ Tu misteriosa forma me lastimará/ Pero a cada segundo estaré más cerca/
Paralizándome/ Jamás podré esperarte/ Y no tengo porque esperar/ En un altar de sacrificios/ Solo meterme en tu ritual/ Y descifrar tu enigma/ Tal vez no hablar de más/ el silencio no es tiempo perdido

Lo que la letra propone no solo es una declaración de principios, sino un ars poética sobre el cambio de paradigma estético que sufre la figura del creador frente a la mutación cultural que trae aparejado el posmodernismo en conjunto con los últimos adelantos de la tecnología en materia de grabación, manipulación sonora y sonido.  En este nuevo escenario todos los caminos que antes no se tocaban y corrían prácticamente paralelos de alguna manera ahora se tensionan, aviolentan, provocan, y se mezclan en definitiva , perdiéndose así todas las referencias y supuestas verdades (antes infranqueables) entre lo popular y lo culto, la vanguardia y la tradición, lo intelectual y el entretenimiento.

Una de las cuestiones centrales de esta época es que la figura del creador comienza a perder consistencia frente a la incontenible avalancha de la historia, que como la pesadilla Joyceana encierra al artista en el callejón sin salida de "la conciencia histórica", asistimos a un tiempo donde ya no se puede pretender ser inocente o incluso ingenuo frente al gesto estético, gesto que como todos saben comenzó mucho antes de la plastificación y serialización de la cultura en la década del ´80, gesto que comenzó con la neutralidad insultante del minguitorio industrial firmado por Marcel Duchanp a principios del siglo XX.

La letra de El rito pone en escena estas cuestiones de una manera íntima y lateral, no hay contradicciones ni culpa en su discurso, tan solo una ligera nostalgia por el ocaso de una época. El imaginario de la canción arremete de entrada y se identifica como un profanador, alguien que mancilla un recinto sagrado, pero esta estrategia no se produce desde la provocación sino desde el camuflaje oportuno, hay que confundirse con el resto para participar del ritual sin llamar la atención para dar el golpe exacto e inesperado y robarse ese obscuro objeto del deseo.

Para poner las cosas dentro de un contexto apropiado habría que decir que ese objeto de deseo, es "la canción", lo que profana, saquea, hurta el artista no es otra cosas que esa inmensa cantera que es la tradición de canciones pop mediando la década del ´80, lo que pone en evidencia esta poética es que el lugar de creador, la fantasía de la creación como principio de todo (el ritual) deja de tener el sentido cuasi absoluto que tenía en otro tiempo, ahora el punto más importante es la de saber utilizar e incluso robar literalmente lo que lo precede, aún pisando esa línea finita entre el plagio y la cita. Se sabe que y es de público conocimiento la cantidad de juicios y demandas millonarias por los derechos de autor que existen en el mundo de la música.
Por eso la voz cantante advierte que puede salir lastimado, no solo de esta manera (económica y de prestigio) sino -lo más peligroso- la de quedar pegado a un estilo, a un código de lectura, a una estética cerrada en sí misma que hace que todo no sea más que una copia degrada e insulsa.

Cosa que nunca le ocurrió a Soda que siempre busco, lo nuevo, distinto o novedoso, y ni hablar de Gustavo Cerati que siempre fue un poco más allá del resto de los músicos locales, pero que tuvo un aliado fundamental que lo ayudo a tomar las cosas en perspectiva cuando se veía en un callejón sin posible salida, este aliado es la ubicua persona de Daniel Melero (2) que siempre pareció estar en el lugar indicado y el momento exacto señalando (en una actitud muy duchampniana) algo que al resto se les escapaba. Creo que la amistad musical con Melero que produjo un excelente disco "Colores Santos" (3) le dio a Cerati el background necesario para entender el fenómeno pop desde una mirada mucho más conceptual e iconoclasta sobre el rock y su historia.

En un reportaje ya no recuerdo en qué medio gráfico (sino me equivoco la Rolling Stone) Cerati hablaba de cómo componía y (sin ningún tipo de problema con su condición de mito), daba a entender que tomaba una canción que le atraía particularmente y la iba desarmando hasta hacerla propia, en este reportaje y en muchos otros Cerati siempre hablo de lo que estaba escuchando, e incluso músicos, amigos, conocidos siempre hablaron de su condición de melómano inquieto que siempre te enrostraba lo último que caía en sus manos. En este detalle se encuentra la diferencia de él con otros músicos, Cerati siempre fue mucho más auto-consciente de la tradición, y para la época en que emergían del under con Soda, había una verdadera explosión de tendencias, modas y novedades, con el famoso boom del rock nacional y la caída de la dictadura.

La generación de Cerati fue la primera que fue contemporánea a todos los estilos del rock y del pop (ya había una historia) un pasado que presurosamente todos querían revisar, Cerati fue un hacedor de canciones que compartió con Luca Prodan un ethos de trabajo sobre la tradición de una manera muy iconoclasta, angular, no tenían respeto por los nombres propios sino sobre "la canción en sí", los dos eran eruditos, estetas, connasseirs de la cultura pop y del rock, siempre con gustos excéntricos, diferentes, por momentos oscuros (más en Luca quizás), y también los dos tenían un excelente relación con la tecnología, Luca con su máquina de ritmos y de efectos en la voz, con la que intervenía en sus recitales y Cerati con toda la ciencia del sampleo, la cita, el guiño, y la apropiación. Los dos entendieron perfectamente que ya no hay creación como tal, como se entendía desde la tradición romántica, lo que es propio es la manera en que se procesa toda esa información, dándole un nuevo contexto de relación , sometiendo a la música a un trabajo plástico sobre la forma, la estructura un verdadero trabajo de ingeniera sonora donde el sonido y la manera de intervenir la canción en la canción es el contenido más importante.

Borges fue dentro de la literatura el que más entendió este cambio de paradigma estético, fue el que  más puso énfasis en la lectura como modo de percepción que en la escritura como lugar de creación, e hizo de la tradición un accidente oportuno, porque siempre la elección estética va a estar precedida por sus precursores, pero en lugar de ser una preclara línea directa del pasado hacía el futuro, es al revés, es el presente el que interfiere en el pasado y lo modifica, poniendo en foco algún lugar oscuro y abandonado de la tradición que hasta ese momento, no existía para el canon y la academia.
"Pierre Menard el autor del Quijote" (3) es un buen ejemplo del sampleo en la literatura, es una boutade que se ríe de las pretensiones absolutas de la creación romántica, que en su opacidad maliciosamente nos dice, hay que dejar que la literatura hable desde un lugar mucho más maquinal, operario, efectivo e impersonal. No es casual que sea la misma operación plástica que aparece en el terreno de la cultura pop y el rock, la diferencia  radica que en la música es un procedimiento sobre lo sonoro y  en la literatura es un trabajo sobre el "código" estético y los procedimientos de lectura.

Por eso no deja de ser un lamento del pasado todos esos intentos por colocarlo primero a Soda Stereo y después a Cerati como plagiarios, es elocuente la cantidad de información que hay en las redes sobre el tema en cuestión, e incluso sitios donde se busca de manera exhaustiva las fuentes musicales que fueron saqueadas por Cerati y compañía, salvo algunas excepciones la mayoría de los sitios no entienden a su época, una contradicción (in situ) porque si así lo fuera usarían el poder de las redes para seguir pervirtiendo al canon de lectura sobre la tradición y la cultura (5)

Duchanp, Borges, Luca, Melero, Cerati, salvando las distancias, las diferencias, las épocas, los tiempos y los dispositivos estéticos entendieron que la tradición no es un objeto inanimado, ni tampoco es la narración homogeneizada que pretende institucionalizar la academia, la tradición es un hecho que cobra vida, entra en disputa, en incluso en guerra cada vez que se pretende formalizar y codificar la propia naturaleza subversiva del arte.

Lo que se ataca en definitiva es la noción del "artista", entendido como una certeza solida que cuenta su verdad al mundo, se ataca al relato del artista torturado por la página en blanco, se ataca la pretendida ingenuidad de la creación como un hecho divino y sublime, se ataca la condición estética del arte cuando este cree contar la verdad expresiva del hombre, porque como bien sabemos el hombre es un invento reciente.



1-Signos fue editado en 1986, es considerado por los críticos como el segundo mejor album de la banda, en primer lugar esta "Canción Animal" Con el disco salieron de gira por Chile, Paraguay, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Mexico y Venezuela.

2-De alguna manera Melero siempre estuvo, el debut de Soda contó con una canción de su factoría "Tratamente Suavemente", pero no solo eso años después produjo y  les dio el empujón necesario para ir un poco más allá en "Canción Animal" (su disco más rockero) y fue el responsable de manera sesgada e indirecta de abrirles el camino en Dynamo (su disco más noise, experimental y exquisito) y fue el anfitrión necesario de la escena under que les presento a los Soda todas las bandas más interesantes del circuito y que a su vez fueron  teloneros en la presentación de Dynamo.

3-Colores Santos es un disco de Cerati- Melero del año 1992, nunca tuvo una presentación en vivo, y de alguna manera fue el trampolin necesario para Cerati y la aventura de Dynamo.

4- Pierre Menard, es un relato que aparece en el libro más famoso de Borges "Ficciones" (1944).

5-Este minidocumental es el más acertado sobre la relación Cerati, influencias, y robos. https://www.youtube.com/watch?v=88yWTkuk6e0