Confieso que Cortázar es un autor del cual leí muy poco, casi nada dentro de lo que es su enorme producción literaria, apenas me detuve en "Bestiario" (1951) su primer libro de cuentos y "Salvo el crepúsculo" (1984) curioso libro de poemas más pensado como un objeto literario que como un libro en sí, con Cortázar aparece una nueva manera de pensar los libros, desde su pura objetualidad a sus diferentes entradas narrativas proponen un recorrido diferente, es un autor pop, con todo lo que eso implica en los imbricados y polémicos cruces entre tradición y vanguardia.
Pero en rigor lo primero que leí de él fue un cuento llamado "Fin de etapa", (del libro Deshoras 1983) relato que me produjo una conmoción estética que me es muy difícil de explicar, todavía perviven en mí los ecos de esa sensación, las esquirlas de un tiempo que como bien lo dice el cuento -estaba fuera del tiempo- lo leí de un tirón en la casa de una compañera de la facultad que era una fan total del autor, su biblioteca estaba poblada por sus libros, así que solo era cuestión de días, entre mate y textos de estudios que diera con este cuento. (1)
La historia que el autor propone es muy simple: trata de una mujer que de pasada en un viaje nadie sabe a dónde, recala en un pueblo perdido, y sin saber muy bien por qué para por unas horas allí, se le antoja tomar un anisado en un bar, y a partir de allí, el relato va develando el pasado de la protagonista, los necesarios (no muchos) como para entender el grado de sensibilidad al cual esta sometida por sus emociones. Todo lo que se le presenta en su estancia de alguna manera la perturba, la incomoda ligeramente y la desfasa en su temporalidad.
"Sentía en la piel una frescura de sombra, algunos parroquianos jugaban a las cartas, dos chicos con un perro, una vieja en el puesto de periódicos, todo como fuera del tiempo, estirándose en la calina del verano. Como fuera del tiempo, lo había pensado mirando la mano de uno de los jugadores que mantenía largamente la carta en el aire antes de dejarla caer en la mesa con un latigazo de triunfo.
Quiso el azar, (ese absurdo del destino) que la música de fondo en la casa de mi compañera de la facultad, entre tantas otras cosas sea el soundtrack de la inclasificable serie "Twin Peaks" de David Lynch (1990). La lectura bajo los efectos de esta banda sonora me producía aún más extrañeza y curiosidad (lejos estaba todavía de ver la serie), la música de Angelo Badalamenti me perturbaba ligeramente, no la entendía, pero me envolvía como un perfume de una dulzura pegajosa, fuerte, tóxica, la música era un recorrido por tempos de jazz, canciones de amor siempre al borde de lo cursi en su forma y belleza, y música incidental levemente siniestra, opaca casi gris. (2)
"Curioso que vivir pueda volverse una pura aceptación", pensó mirando el perro que jadeaba en el suelo, "incluso esta aceptación de no aceptar nada, de irme casi antes de llegar, de matar todo lo que no es capas de matarme". Dejaba el cigarrillo entre los labios, sabiendo que terminaría por quemárselos y que tendría que arrancarlo y aplastarlo como lo había hecho con esos años en que había perdido todas las razones para llenar el presente con algo más que cigarrillos, la chequera cómoda y el auto servicial".
El cuento tiene dos dedicatorias que funcionan como referentes del imaginario que la narración en su forma propone
A Sheridad LeFanu, por ciertas casas.
A Antoni Taulé, por ciertas mesas.
El primero para el ávido lector de cuentos de horror y fantasmas es una figura conocida e incluso fundacional, Carmilla (1872) su novela sobre una mujer vampiro influyo enormemente al Drácula de Bram Stoker, el estilo de este escritor irlandés se caracterizaba por la creación de climas, y ambientes, detalle que en el cuento de Cortázar abunda pero no en un sentido siniestro ni fantástico, sino más bien como un abismo que se cierne y sobrevuela todos los detalles de esa cotidianeidad pueblerina, como si la frontera entre lo que uno por convención llama realidad y lo sobrenatural fuera nada más que un problema de percepción, como si solo bastase la vulnerabilidad de una subjetividad herida o afectada para que la materialidad de las cosas revelen su verdadera naturaleza. (3)
Pero el dato que desconocía es que la segunda dedicatoria tiene una historia en común, pues el autor se conocía con Antoní Taulé, pintor hiperrealista español radicado en Francia (todavia vivo) de hecho el pintor le había pedido a Julio Cortázar que prologara una exposición suya, pero este intento cobraría vida en un cuento donde el autor conecta el imaginario del pintor con el suyo para dar rienda suelta a una de sus máximas obsesiones tematicas: la plasticidad del tiempo, y del espacio.
El mismo Cortazar en un reportaje habla sobre este artista plástico y la curiosa génesis del cuento. (4)
"Antoni Taulé es un joven pintor catalan que vive en París y que una vez me mostró sus cuadros. Me sorprendieron mucho. En la mayoría de ellas el tema es habitaciones dentro de una casa, dentro de una casa que de inmediato te da la sensación de estar vacía. En la habitación que se muestra hay una silla, o una mesa, a lo sumo dos mesas y una silla. Y cuando hay personajes, están casi siempre a una cierta distancia, de pie en la puerta, de espaldas. Todo lo cual da, evidentemente un clima irreal y a la vez profundamente real. Es una especie de incitación a pensar que cada uno de esos cuadros es un instante de algo que todavía no ha sucedido, o que puede suceder en cualquier momento". (5)
Muchos años después me di cuenta que la serie de David Lych: Twin Peaks también sucedía en un pueblito perdido, donde nada de lo que sugería una aparente normalidad era normal, detrás de la fachada estaba el monstruo, el mal que acecha inquietante, royendo lo que había que roer para que apareciera lo realmente otro. Casi toda la obra de este director está atravesada por esta problemática, detrás del espejo de lo cotidiano siempre está lo siniestro, concepto caro al psicoanálisis que nos habla de la extrañeza de lo conocido, o lo que es es aún más estremecedor, de lo que creemos conocer.
El cuento de Cortázar si bien no participar de la estética del horror, si en cambio tiene esa fuga de la percepción, la razón del personaje se ve resignada frente a tantos datos y cosas que la atraviesan.
"Sentirse de vuelta tan idiota exigía pagar y dar una vuelta por el pueblo, ir al encuentro de cosas que ya no vendrían solas al deseo y la imaginación. Ver las cosas como quien es visto por ellas (...) Una vez más el sentimiento de no recorrer un pueblo sino de ser recorrida por él, los adoquines de la calzada resbalando hacia atrás como en una cinta móvil, ese estar ahí mientras las cosas fluyen y se pierden a la espalda, una vida o un pueblo anónimo."
Si una de las cuestiones por la que Julio Cortazar siempre fue atacado es justamente por esa actitud lúdica y formal que despliega toda su narrativa, pero creo que sin esa liviandad que su prosa respira jamás podría haber escrito su obra, si se hubiera dejado llevar por la literalidad de lo siniestro y fantástico hubiera sido como Ernesto Sábato un escritor que nunca pudo ni quiso escapar de sus fantasmas fuertemente enraizados a su nombre propio.
Por eso el clima de este cuento como del tantos otros, -pienso en :"Continuidad de los parques", "Axolote", "La noche boca arriba", "Casa tomada", por dar algunos ejemplos- tienen mucho que ver con la estética del David Lynch y con la de ciertos autores, el Bradbury de Crónicas Marcianas, (1950) -se me ocurre-con su ambiente pueblerino y marciano, donde la banalidad provincial, casi abúlica pueblan sus personajes que escapan de los fantasmas de la tierra, esa tierra (imposible de habitar por tantos recuerdos) que abandonaron buscando una nueva América.
"La ciudad estaba a una hora de distancia, como todo parecía estar a horas o a siglos de distancia, el olvido por ejemplo o el gran baño caliente que se daría en el hotel, los whiskys en el bar, el diario de la tarde. Todo simétrico como siempre para ella, una nueva etapa dándose como replica de la anterior, el hotel que completaría un número par de hoteles o abriría el impar que la etapa siguiente colmaría; como las camas, los surtidores de nafta, o las semanas."
Si hay un cuestión que ha aparecido con insistencia en los diferentes campos estéticos pero sobre todo en el cine y en la literatura, es la problemática de la memoria, el olvido, el trauma de la amnesia, los implantes de recuerdos y la densidad del sueño, (6) lo que este tipo de recurrencia temática parece decirnos, es que la cultura y la imaginación están llegando a un estado tal de entropía, de acumulación forzosa, una suerte de hipertrofia de la razón, de los saberes, de lo imaginario, un estado emergente de situación que necesita limpiar su contenido, vacíarlo, sacar el peso de la historia y la tradición (en todos sus aspectos), fugarse por la carretera en un auto veloz buscando olvidar los restos del reciente pasado, como la mujer del cuento de Cortázar, como el saxofonista paranoico de Lost Higway (obra magna de David Lynch,1997 ) que buscan perderse lo más rápido posible en la fugacidad del presente, pero en el camino lo asaltan los recuerdos, que no son lineales, ni esclarecedores, la verdad nunca asoma porque siempre se escapa, es un fragmento esquivo que uno lee siempre demasiado tarde, por eso el olvido y la memoria no son opuestos sino hendiduras para un abismo por donde se escapan las pretensiones de esa vieja superstición que insistimos en llamar realidad.
1- ¨Para leer el cuento completo: https://www.literatura.us/cortazar/findee.html
2- Para aquellos que desconocen este exquisito soundtrack: https://www.youtube.com/watch?v=dTp6d7Bw79A
3- Pequeña reseña biográfica de Sheridan Le fanu http://www.lecturalia.com/autor/4244/joseph-sheridan-le-fanu
4- Página del artísta plástico Antoni Taulé: https://www.antonitaule.com/
5- Reportaje de Omar Prego a Julio Cortázar, http://www.geocities.ws/juliocortazar_arg/prego.htm
6-Sería larga de enumerar la lista de películas y libros que tienen como argumento y problemática a la memoria del olvido, pero habría que pensar e incluso investigar y escribir el grado de influencia que tuvo el escritor de ciencia ficción Phillip Dick en el imaginario de las dos últimas décadas del siglo XX que a mi parecer es capital.