Primera parte
Apuntes sobre la radicalidad sonora de Francisco Alí Brouchoud
Los géneros musicales son toda una política sobre la identidad y la convención, la industria se sirve y se apoya en ello, para establecer las cosas dentro de determinada perspectiva, una manera de ordenar y clasificar los estantes de las novedades, y los clásicos musicales, que crean la sensación de continuidad y tradición. Si bien los tiempos son muy otros y la identidad sobre los géneros está permanentemente siendo cuestionada por la formas en qué se hace, se distribuye, y se escucha música, todavía pervive en la percepción cultural una manera de pensar que olvida el carácter contingente, orgánico e incluso artificial de la música.
Reza el lugar común que la música es un lenguaje en sí mismo, que todas las artes le tienen secreta envidia, y buscan por todos los medios parecerse a ella, todas estas cuestiones no hacen más que mitificar la cuestión más importante, que es: lo sonoro, lo audible, la resonancia, la fisicalidad del sonido. Entrar en esta zona es justamente pisar un terreno, donde el cuerpo va dejando marcas sobre una superficie que puede parecer irrisoria, pero es el dato más importante para vivenciar la experiencia del sonido en la propia corporalidad del oyente.
Estas cuestionas, algunas más evidentes que otras aparecen con Ganzfeld (2014-2015) el primero y creo que hasta ahora único disco del artista visual, crítico y músico Francisco Alí Brouchoud (1) que como dato relevante dedica el disco a Zbigniew Karkowski, (2) músico experimental, e investigador sobre las posibilidades del ruido, un artista radical con todo lo que eso implica desde la búsqueda formal, si es que se puede hablar de forma en su sentido habitual dentro de este programa estético.
Tuve la fortuna de ver a Karkowski junto a Alí Brouchoud juntos en una improvisación hace bastante años atrás, experiencia que me perturbo particularmente y sobre la cual trate de escribir en su momento. (3)
Ganzfeld si bien no participa de la estética noise (directamente) esta atravesada e intervenida por ella, la propuesta de Ali Brouchoud está más preocupada por el espacio; la espacialidad ,la duración y la posterior entropía del sonido. Son cinco tracks donde lo que predomina es un trabajo sutil sobre las frecuencias, las modulaciones y la intensidad, sobre una superficie estriada, una suerte de descontrucción sobre la percepción auditiva, como si la tarea de Brouchoud (más en plan de investigador o cientifico) fuera la de separar las moléculas del sonido una por una para revelar la verdadera elementalidad de su potencia e incluso su autosuficiencia en el espectro sonoro.
Ganzfeld el nombre que eligió Francisco Alí Brouchoud para titular su obra, no es una elección azarosa, ni un capricho exótico, es un concepto que toma prestado de la psicología, específicamente de "la investigación del psicólogo Wolfgang Metzger -que- estableció que cuando las personas observan un campo de visión sin rasgos distintivos constantemente alucinaban y sus encefálogramas cambiaban. El Dr Metzger afirmó que el efecto Ganzfeld que en alemán significa "campo total" o "campo completo" es el resultado de la búsqueda del cerebro de estimulos sensoriales faltantes, lo que provoca un ruido neuronal amplificado que se interpreta en la corteza visual superior" (4).
La utilización de este concepto como nombre del disco, no encierra a la experiencia que propone Brouchoud a un sentido, ni la ilustra, sino que potencia sus posibilidades en múltiples direcciones; todos los caminos presentados comienzan por lo percepción-en algunos casos más que otros- del sonido, acá es donde el lenguaje se vuelve completamente inútil para tratar de explicar algo que prescinde totalmente del logos y de la palabra, pero el punto más importante con este tipo de propuesta y con el arte en general que conspira contra la lógica de la representación,
es que no hay nada que explicar.
La problemática que aborda este tipo de experiencias toca de lleno al sentido humanista y antropomórfico de determinado tipo arte, que está más preocupado por reproducir las convenciones, los estereotipos y el mensaje trascendental que hace del arte "el arte", es decir; el arte como un bien social y cultural que en su narrativa expone los conflictos del hombre con el hombre y la naturaleza contingente de las cosas. Pero lo que es aún más determinante, es que clausura el sentido, codifica las pulsiones inenarrables de la experiencia ya sea desde la coartada sublime, o la crudeza de un realismo que busca mostrar las cosas tal cuál es.
Por suerte existen determinadas zonas del campo del arte que no están codificadas, y que luchan permanentemente contra los procesos de codificación cultural, estos frentes donde se debate el "cómo hacer lo que hace" despliega una política en su práctica que tiene muy en cuenta la naturaleza bicéfala de toda experiencia estética, es decir; su costado artificial y orgánico.
La propuesta de Francisco Alí Brouchoud es abiertamente artificial, (aunque también exista muchas fuentes sonoras de campo) todos los sonidos que utiliza son y están procesados, utiliza una gama muy amplia de sonoridades, microsonoridades, como de ruidos, micro ruidos, y una superficie estriada, que funciona como gran lienzo por donde lo audible se fricciona y adquiere diferentes tipos de texturas, frituras, granulaciones, puntos, moléculas, átomos, que se juntan en diferentes ocasiones, transformándose en verdaderos acontecimientos que se precipitan con un peso específico sobre el cuerpo del oyente.
La cuestión orgánica en este trabajo pasa por cómo esta organizado y se van organizando las diferentes capas sonoras, que por momentos son verdaderos flujos que continuamente van derrapando cierta violencia mecánica, todo es múltiple y repentino, al mismo tiempo que sucede una cosa sucede otra, pero lo que es aún más problemático para el oyente, es que este tipo de experiencia al mismo tiempo que sucede se va disolviendo en sí mismo, no hay manera de recordar lo vivido, no se puede segmentar, como una canción o un movimiento orquestal, este tipo de propuesta estética no apela a la fragmentación, sino a la plenitud de la experiencia.
Una de las cuestiones que queda relegada en el olvido es el tema de la experiencia, los grandes géneros musicales al mismo tiempo que codifican, asignan un valor, y encierran las propuestas estéticas dentro de un sentido específico, buscan controlar los resultados de la experiencia, no pretenden que la gente se espante, hay nichos musicales donde espantarse, pero para ello debe quedar muy en claro cuáles son, no sea cosa de encontrarse con caballos de Troya, datos inesperados que asaltan al oyente y lo confunden, que es la abierta estrategia de algunos artistas.
No es el caso de Alí Brouchoud, que no pierde el sueño por esta cuestiones cercanas al mercado, no creo que dedicarse a lo que se dedica rinda a nivel económico, esa lógica por más que este implícita a nivel equipos, infraesctructuras (mínimas pero las hay), recitales, etc, no es lo más importante, pero no deja de serlo por el valor real de lo que esta en juego, de lo que se deja de hacer para dedicarse a componer, producir y pensar este tipo de música.
La información que trae el disco es totalmente escueta y funcional, no dice ni cuánto duran los temas, ni qué tipo de sintetizadores utiliza, ni los procesos técnicos que el trabajo tuvo, ni nada que un nerd de la tecnología pudiera agradecer, y esto es algo que hay que destacar, Francisco Alí Brouchoud no está preocupado por la tecnología ni por la sofisticación de los chiches de última generación, no es un hombre que busca confundirse con la máquina, al contrario, busca la diferencia entre su propia corporalidad y sus materiales, mide su distancia, que es la de la intimidad del perilleo, en las perillas, en su manipulación y en las diversas conexiones insólitas que provoca, está presente lo que más le interesa, su objetivo más claro, que es la falla del sistema, para ello, fuerza y satura las posibilidades de los sintetizadores con los que trabaja, para que aparezcan cosas para las cuales no estaban preparadas.
En una charla que sostuve con él me hablaba de sus estrategias para lograr determinadas cosas en el plano sonoro, un plano que es muy visual, porque los sonidos, ruidos, frecuencias, oscilaciones que logra (a través de la improvisación conducida); se ven, tienen contornos definidos, son muy concretos, tienen cuerpo, peso, presencia, se nota que no solo hay un oído que escucha atentamente sino también una mirada que sugiere direcciones, interviene para cambiar el rumbo, o simplemente se dedica a contemplar cómo viven, se reproducen y se repelen esos extraños organismos sonoros que reclaman una vida más allá de sí mismos.
Quizás la mejor manera de acercarnos a esta propuesta, es la de sumergirse en este mundo posible sin ningún tipo de preámbulo o expectativa, todo lo que sucede a lo largo de esos cincos tracks es directo, múltiple, yuxtapuesto e inestable, no hay un manual que nos indique cómo debemos comportarnos frente a este fenómeno que desafía nuestra tolerancia y prejuicio frente a la concreta materia del sonido, y este es el máximo valor para esta obra, en una época donde todo está explícitamente explicado para que el consumidor sepa exactamente qué se está llevando a la boca, si hay una cosa que este sistema evita son los accidentes, las catástrofes, los errores, la informalidad de la experiencia, para ello los experimentos deben quedar a puerta cerrada, lo importante es el producto perfectamente embalado y deseable.
Contra esto, de manera oblicua, lateral, Francisco Alí Brouchoud hace frente, combate desde una radicalidad prácticamente invisible, marginal, en los bordes de lo imposible y lo socialmente aceptado como música; este artista inquieto, curioso, socaba una y otra vez esa línea muy delgada entre lo bello y lo feo, lo cursi y lo sublime, lo grotesco y lo horrible, para instalar no una nueva categoría para pensar las cosas, sino para minar y hacer estallar las propias categorías cuando buscan controlar la experiencia, este es la labor minuciosa y paciente de de este músico que extrae de la cantera del mundo la indiferencia sonora y violenta de las cosas (5).
1-Este es el soundcloud de Alí Brouchoud donde se pueden escuchar otras cosas https://soundcloud.com/alibrouchoud
2- Reseña biográfica de Karkowski https://en.wikipedia.org/wiki/Zbigniew_Karkowski
3-Texto que escribí unos años atrás sobre la experiencia Alí Brouchoud y Karkowski http://lortellado.blogspot.com/2011/12/la-experiencia-del-ruido.html
4-https://www.tekcrispy.com/2018/03/23/efecto-ganzfeld-alucinaciones-sin-usar-drogas/
5- Este un recorrido a vuelo de pájaro, mix promocional de Ganzfeld hecho por el sello discográfico Noseso records https://www.youtube.com/watch?v=ylfvoC5b39o