sábado, 10 de diciembre de 2011

la experiencia del ruido

                                        "Dondequiera que estemos, lo que oímos es fundamentalmente ruido.
                                         Cuando lo ignoramos nos perturba. Cuando lo escuchamos,
                                         nos resulta fascinante."

                                                                                 John Cage
                                                                                   Silencios.

    Si podemos hablar de música experimental esta sucede de manera lateral a los géneros más reconocidos en un terreno quizás donde ya no podemos hablar sobre música en su sentido habitual, y en donde la producción sonora no es del agrado para un oído formado por la industria cultural en su sentido mas llano.
Pero no se puede negar que gracias a la industria, al desarrollo y a la democratización de la tecnología quizás determinado tipo de experimentación es mucho más plausible y posible, creando por consecuencia este agujero negro al que se denomina música experimental.
Se puede decir que es un género bastante difuso en su especificación y flexible en sus posibilidades: de la música contemporánea a la música electroacústica, del rock experimental al post rock, del free jazz al art rock y una gran cantera de sonidos que parece hacer infinita sus posibilidades, mas que un género es un punto de fuga, por donde los géneros se escapan y reformúlan sus propias posibilidades.

No me parece equivocado afirmar que la música experimental, es una nota al pie de todas las vanguardias sonoras del siglo XX. Un comentario a veces feliz sobre un detalle o un fragmento de los programas vanguardistas. La ambición de totalidad que caracterizaban a estas, ahora están dispersas en toda la música posible hecha en los últimos 100 años. Uno de esos fragmentos inquietantes es el llamado Ruidismo*.

Unas semanas atrás asistí a un evento que me dejo perplejo, el mismo se llamaba Soud Kifu 4, donde se cruzaban dos tipos de experiencia generando una nueva, que era el evento que compartíamos las pocas personas del lugar. El programa era una partida de Go , con intervenciones sonoras a partir de cada movimiento de la ficha sobre el tablero que se encontraba meticulosamente amplificado.
Cada vez que uno de los jugadores, hacía su jugada, la ficha generaba un sonido percutivo que era procesado ( en vivo) por tres artistas sonoros que hacían de esa mínima posibilidad una de las experiencias mas agotadoras y excitantes de los últimos tiempos.

Los artistas son Francisco Ali- brouchoud, Pablo Reche y el pionero del noise internacional Zbigniew Karkowski, que según la información encontrada en internet goza de una discografía prolífica y que se ha formado con los últimos grandes maestros de la música contemporánea Iannis Xenakis, Olivier Messiaen, Pierre Boulez entre los mas conocidos. Debo reconocer mi desconocimiento de los artistas y del juego que se iba a disputar. No tenía ninguna referencia de lo que iba a contemplar, ni conocimiento alguno.

Los jugadores se encontraban en medio de la escena, una cámara de manera cenital los filmaba, filmaba sus jugadas y al tablero, que aparecía reproducido al fondo en una pantalla. Los artistas sonoros se encontraban  dos en una esquina y una en la otra con sus respectivas computadoras, desde donde disparaban los sonidos, en función de la percusión que genera las fichas sobre el tablero.
Todo comenzó de manera muy pausada, respetando los tiempos de la partida hasta que los sonidos fueron adquiriendo cuerpo, hasta transformarse en un ruido hecho de miles de partículas, atacando de manera plena a todos los cuerpos que podían recibir la vibración en el recinto.
La experiencia más que auditiva era corporal (obvio) el oído recibía acuso, llegado determinado momento de la performance parecía imposible soportar esta intensidad sonora, pero esto cabalmente demostraba la flexibilidad del oído, flexibilidad que no tenía que ver precisamente con la propuesta sino mas bien con la experiencia de la ciudad, que es una gran máquina de ruidos, de esta manera la performance constataba nuestro fondo común, el ruido es nuestro silencio.

Se podría decir que la experiencia del ruido es equivalente a la experiencia del silencio, lo que los separa son matices en su calidad y en como el propio organismo procesa esta información.
Si mal no recuerdo Pizarnik, en uno de sus tantos y bellos poemas afirmaba que el silencio no existe, no me parece errado afirmar lo mismo, el silencio mas que una ausencia de sonidos, es un estado donde la percepción es microscópica en cada detalle que se percibe, desde el cuerpo que es una gran caja sonora; pasando por el corazón y  terminando quizás en los pensamientos, en la materialidad de los sonidos que produce el propio pensamiento.

En el caso del ruido, como lo fue en esta experiencia, el cuerpo parecía no tener lugar frente a la propia fisicalidad del ruido, pero esa es solo la primera impresión, porque el cuerpo inmediatamente se veía afectado por ese bloque compacto de sonidos, que se dispersaba notoriamente una vez que llegaba a la piel, la carne, los huesos, todo vibraba, incluso esa primera impresión que se transformaba en un pequeño caos, sobre como recibir y procesar esa información auditiva que notoriamente desorganiza la percepción, corriendo el límite de lo soportable y nos ubicaba en un lugar donde las categorías perdían su validez, porque no había nada que juzgar, ni entender simplemente había que dejarse llevar por lo inesperado.

Podría agregar que el ruidismo como experiencia, literaliza la experiencia posibilitada por el rock en su sentido mas craso y por la vanguardias antes que se acercaron al ruido como vibración del mundo, en la propia corporalidad del hombre común y corriente. El ruido es mundo, contaminación, es lo antiplatónico por excelencia, no hay ideas ahí donde todo parece confundirse en lo mismo. No hay doblez del mundo ni representación de algo, no hay mensajes en el ruido, hay si, grados, sutilezas, intensidades y la creciente sensación de que no hay manera de perder la conciencia, porque el ruido obliga a tomar posición, a decidir, a inquietarnos sobre la percepción mas que sobre lo percibido.

La partida de Go transcurrió ajena al ruido, (una idea cara de occidente sobre las formas de la tranquilidad oriental), pero no, el ruido confirmaba que ninguna decisión se tomaba haciendo oídos sordos a lo que sucedía en el mundo inmediato en ese preciso instante que sucedían las cosas.

Terminada la partida, terminada la performace, los aplausos eran como la noticia mas lejana que uno podía imaginar, cuando uno parece haberlo oído todo, literalmente. Los pocos que contemplamos este evento nos buscábamos, cada detalle después de esto cobraba importancia, no como iluminación, (nada místico había en esto), sino más bien, es la pura materialidad del mundo que se hizo carne en nosotros.




Los jugadores de la partida de Go fueron: Andres Comito 3 dan, y David Pollitzer 3 dan.


La performance intermedial fue realizada en El Archibrazo el jueves 17 de noviembre.


Sound kifu 4 es un proyecto de Francisco Ali- Brouchoud, un working progress que en anteriores oportunidades contó con la participación del músico experimental Alan Courtis y el compositor Jorge Sad.


*Ruidismo o Noise: es un termino usado para describir la variedad de música avant- garde y arte sonoro que puede utilizar elementos como  cacofonía, la disonancia, la atonalidad, la indeterminación y la repetición en su realización. El Noise puede presentar distorsiones, varios tipos de ruidos acústicos, o ser generados electrónicamente, señales electrónicas producidas al azar e instrumentos músicales no tradicionales. También pueden incorporar grabaciones manipuladas, estáticas, silbidos y zumbidos, comentarios, ruido de máquinas, sofware personalizado para producir ruido, instrumentos compuestos por circuitos, sonidos mecánicos, y los elementos vocales no musicales que impulsan el ruido hacia el éxtasis. (Texto extraido de Wikipedia).


Para mas información pueden visitar:


www.myspace.com/alibrouchoud
www.myspace.com/icamefromsirius


pabloreche.blogspot.com/