viernes, 1 de julio de 2016

El artista de los pequeños gestos


                "Un regenerarse y un perecer, un construir y destruir sin justificación
                  moral alguna, sumidos en eterna e intacta inocencia, solo caben en 
                  este mundo en el juego del artista y en el del niño."

                                                                                               Friedrich Nieztche 

                                                    La filosofía en la época trágica de los griegos


                  El ideal de todo arte es que el artista participe lo menos posible de su obra, para que esta pueda hablar por si sola y encontrar su voz, contrariamente a la pretensión romántica según este punto de vista, el artista tan solo es un accidente necesario para que la obra pueda ocurrir, no importa su biografía o condiciones socio-históricas la obra se abre camino cuando se transforma en una necesidad vital, pero llegar a ese punto exige un largo proceso de trabajo y paciencia, para acallar la voz personal y escuchar al silencio de su tiempo.

                Milton Kalbermatter (1) es uno de esos artistas que tuvieron que pasar primero por sí mismos, para comenzar a construir esa distancia posible entre la técnica y la sensibilidad, la observación y el compromiso, el material y la mirada, el mundo y las cosas, la piel y el cuerpo de la obra.
En este movimiento orgánico en que la percepción se va predisponiendo para lo nuevo, la cuestión no pasa por ver hasta que punto lo que se hace es original, sino de qué manera se procesa eso que viene con la historia de la disciplina, la carga cultural de los grandes artistas, la pasarela de la tradición.

               Antes de continuar hay que decir que Milton es un artista plástico, con todo lo que eso implica en un mundo donde el arte ha perdido la mirada de su propia especificidad, no es tarea sencilla determinar qué es arte en el supermercado de las novedades culturales, no hay prácticamente diferencias entre un diletante y oportunista frente a otro que se toma el tiempo necesario para que la obra hable, a partir de la caída de los grandes relatos, el  trabajo del artista se ha vuelto aún más periférico e incluso inasible para los ojos de la sociedad.

             Milton es uno de esos artistas que hacen del virtuosismo una cuestión de invisibilidad, lo que propone y viene desarrollando desde hace algunos años, no deja de tener punto de contacto con lo que puede hacer un niño de manera natural frente a la hoja en blanco, de hecho no hay mucha distancia en esto, pero esta es fundamental para la construcción de una mirada, que precisamente deconstruye su propia percepción con el fin de combatir abiertamente al inconsciente cultural, que solo necesita la mínima excusa para determinar el sentido de la obra antes que la obra misma.

            Muchos años antes, Milton en su tesis (de la licenciatura), realiza un análisis exhaustivo de su proceso creativo, la obra que lo demoraba en ese entonces no muestra una evolución orgánica con respecto a lo que propone ahora, sino más bien es claramente una ruptura con los presupuestos estéticos que lo formaron, este trabajo de tesis funciona y sigue funcionando como una clausura de lo que ya no volverá a hacer y a la vez es su punto de fuga, porque allí va a conceptualizar lo que vendrá.

"Sin duda, cada pintor recapitula la historia de la pintura a su manera y no es nunca eclepticismo. Ni tampoco vemos en un cuadro aspecto separables. Sería, más bien, como un espacio corrido o correlacionado por un mismo gesto simple. Por referencias de estilos de arte que voy indagando, intento entresacar mi propio gesto."

           Milton no es un artista intelectual, no tiene un plan ni responde a un programa en su operación estética, lo que tiene a cambio es intuición  y una excesiva vitalidad que encontró en su cuerpo el canal necesario, para llevar a cabo un trabajo que exige la más completa entrega al flujo de lo informe, no es tarea fácil dejarse arrastrar por este torrente, para ello se requiere cierta capacidad para abstraerse de la tentación de la forma, no es que sea un enemigo de ella pero sabe que la forma antes que nada es una definición de estilo.

           En su prehistoria realizo diversos experimentos desde la pintura, la escultura e incluso la fotografía, pero su interés en esa época radicaba más en cómo desmontar los mecanismos de la representación y el cliché.

"En esta primera etapa de producción no sustento a la pintura o escultura con la representación (como impacto de una sensación o causa de lo ilustrativo, lo narrativo), sino que trato de hacer posible con la composición una liberación de la figura (como obra) fuera de toda figuración."

           Quizás Milton no tuvo un plan ni un programa, pero fue elaborando una estrategia que de manera indirecta fue subvirtiendo la política de la representación, que en su historia tiene diversos modos de captura del fenómeno estético, ya sea a través de la alegoría, el cliché, la metáfora, el mensaje, todas maneras de contener y atemperar al arte dentro de un campo explicativo, didáctico y sublime.
La estrategia de Milton no fue combatir esto de manera frontal, ni siquiera hay un atisbo en su obra de esta batalla, simplemente no le dio importancia, ni sintió el peso ni la responsabilidad de rendir tributo y para ello se arrojo con toda la irresponsabilidad del mundo, simplemente a dibujar.

"Probablemente mi tarea como artista venidero es sacar estos clichés fuera del cuadro pictórico, de la escultura o de la forma que obtenga una futura obra. Pero no se trata de esos clichés que fueron abatidos por Cézanne o por otros artistas. Sino de los clichés que dificultan el sentido de mi obra."

          El crítico de cine Serge Daney realizó una distinción válida entre la imagen y lo visual que podría servir para poner en perspectiva al trabajo silencioso de Milton Kalmerbatter.

"Lo visual es a la vez leer y ver: es ver lo que se da a leer (...). Entonces, llamo "imagen" a lo que se apoya aún sobre una experiencia de la visión y "visual" a la verificación óptica de un procedimiento de poder -ya sea tecnológico, político, publicitario o militar-, procedimiento que solo suscita comentarios claros y transparentes. Evidentemente, lo visual concierne al nervio óptico, pero, aún así, no es una imagen (...) Lo visual es la verificación del funcionamiento de algo. En ese sentido, los clichés, los estereotipos, son lo visual." (2)

        Asistir a una muestra de Milton quizás sea una experiencia del desconcierto, nada en sus minuciosos y obsesivos dibujos indica o confirma lo que podemos llegar a ver, y se torna aún más problemático poder describirlos. El quiebre en su producción comenzó cuando comenzó a dibujar en cuadernos, dibujos que contenían diferentes motivos geométricos: líneas curvas, rectas, espirales, círculos que funcionan por repetición, generando diferentes tramas de color y textura, de gran densidad visual en su composición espacial.

       Si bien los cuadernos tienen un orden que responde a la lógica de la lectura, no hay narración en los dibujos, sino más bien un flujo que se va expandiendo y creciendo de manera exponencial, generando una continuidad orgánica, que también tiene sus rupturas, cambios de ritmo en la imagen que se ve aviolentada por la rotura de una hoja que interrumpe el movimiento o lo derrama en la siguiente página.

"A los cuadernos los entiendo como una pequeña maquinaria compuesta de gestos cargados de afectos: líneas, manchas de colores que van tomando diferentes formas, y que intentan generar en el proceso, intensidades en fuga (...) También estos dibujos se podrían comprender como una sucesión de gestos. Gestos que por momentos se reducen a una mínima figura -el círculo- Una sucesión de círculos, que a pesar de las similitudes cada uno de ellos se presenta siendo el mismo (...) Sus características formales tienden a vincularse con tramas textiles, collage, dibujos infantiles, arte oriental, e imágenes microscópicas."

         Los cuadernos son objetos curiosos y providenciales, son una ventana a lo realmente otro, en donde las identidades naufragan, las fronteras se borronean, y el flujo es la moneda de cambio. Que Milton haya pasado a otra escala no resintió su trabajo, fue un hecho natural que la obra reclamaba, los dibujos están hechos en lápiz, biromes, marcadores, tinta gel, y acrílico, las diversas superficies sobre la que fue transitando fueron desde las iniciales hojas de los cuadernos, papel y finalmente tela.

          Hasta la fecha Milton solo ha hecho tres muestras individuales con títulos sugerentes que conforman protocolos de lecturas, en ellas están condesadas -siguiendo al pensamiento del artista-, el gesto estético, su salto al vacío, ese acto de fe, frente a la materia creadora, Niveles de intensidad, Artificios de estilo y Fuerte y lento son los nombres de las muestras que si bien fueron escasas y espaciadas en el tiempo concentraron la potencia vital de lo informe.

         En este aspecto Milton es un artista absolutamente Niezcheano e intespestivo, sus dibujos crecen a voluntad por la superficie con todas sus ramificaciones de líneas, curvas, espirales, colores y espacios vacíos, solo la convención del marco de los cuadros interrumpen el curso para florecer en el fuera de campo de la percepción. Milton es un artista de lo micro, lo particular, lo mínimo, que por consecuencia de su fuerza expansiva va generando formas. Milton y esta es la paradoja mayor es un artista del devenir, en el momento en que uno se detiene en un cuadro este sucede frente a uno, sus dibujos son un arte del presente, tienen movimiento, vida, impulso e incluso diferentes velocidades, la percepción recién se organiza minutos después, todo es demasiado rápido, la vista no alcanza a comprender que lo que pudo retener, ya paso.

       En el calor de los hechos, en la performance del tiempo, la obra de Milton Kalbermatter encuentra su verdad, que nada nos enseña, nada nos indica, tan solo irradia la pura presencia de lo desconocido.





Los tres párrafos citados forman parte de la tesis de Milton Kalbermatter llamada Autorretrato y Afluencia Estéticas, que lleva como subtítulo Análisis de mi propio proceso creativo (2004-2008).
El párrafo que habla sobre los cuadernos, es un texto en proceso gentilmente cedido por el artista para el propósito de este ensayo.

1-Milton forma parte de una camada de artistas del interior junto a Mauro Koliva que vienen operando en capital desde hace varios años, no solo desde las artes plásticas, sino también desde la experiencia musical llamada la Horda Sonora, el link para escuchar esta propuesta es https://hssh.bandcamp.com/album/horda-sonora-vol-1

2-Párrafo de Antes y después de la imagen extraído del libro Cine, arte del presente, de Serge Daney.

La página para ver la obra de Milton es https://www.flickr.com/photos/miltonkalbermatter/albums/
otra posibilidad es su página en faceboock https://www.facebook.com/Milton-kalbermatter-825993917466420/?ref=ts&fref=ts






     


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