miércoles, 18 de noviembre de 2015

Rascasuelos: una banda de tango


           


                Debo confesar que el tango no es un género que escuche con frecuencia, tampoco conozco su historia salvo lo que todo el mundo sabe o cree saber sobre el: amor, resentimiento, crítica social, melancolía, erotismo, soledad, etc. y también claro esta, algunos nombres que han trascendido al género: Gardel, Troilo, Pugliese, Piazzolla, inevitablemente en el imaginario Buenos Aires y el tango son sinónimos de una misma percepción sobre la identidad que habla de un sentir y un estar en la ciudad.
La gran ciudad a la que llegue hace 13 años. Quiso el azar que fuera a vivir el segundo año de mi estadía en una casona ubicada en el límite entre Constitución y Monserrat, gracias a una amiga que se había mudado con su novio, necesitaban gente para habitar una de esas típicas casas chorizo. En este lugar en el que viví muchos años conocí las crisis y genialidades de uno de los músicos más rigurosos que he visto hasta ahora: Patricio Bonfiglio (1) es su nombre, pero dentro del ambiente es más conocido como Tripa, el novio de mi amiga, bandoneonista y compositor.

Unos años atrás en este blog escribí sobre Rascasuelos (2) banda nueva que salía a la calle con su primer disco como carta de presentación, en ese texto trate de desarrollar las inquietudes que me generaba esta propuesta, en el encontraba una perfecta síntesis entre búsqueda formal y experimentación, me sorprendía el grado de condensación de cada pieza instrumental y canción, como si toda la historia del tango pudiera pasar por cada una de ellas, en esa nota escrita con deliverado distanciamiento falto agregar que Rascasuelos era la banda de Patricio mi amigo, que siempre tuvo un respeto crítico acerca de los grandes valores no solo del tango, sino de la música en general, pero sobre todo siempre fue un fervoroso militante del trabajo, nunca se caso con el talento ni con sus facilidades como músico, a los que sigue problematizando con la tensión obsesiva del aprendizaje constante.

Patricio es un músico joven para la trayectoria que tiene, con tan solo 34 años ya formo parte de La Orquesta Típica Fernández Fierro, y junto al pianista de esta misma orquesta: Julián Peralta, tiempo después darían forma a Astillero Tango, al cual denominaron con mucha ambición Tango de ruptura, después de esta experiencia donde cada vez más fue afianzando su labor compositiva, aparece de nuevo en escena con Rascasuelos junto a Limón García (3) otrora cantante de la banda de rock del conurbano Vía Varela, y corista de la época más revulsiva de Bersuit Bergarabat.
A todos estos datos hay que agregar que siempre sus proyectos tuvieron una fuerte impronta de autogestión e independencia cooperativa, cuando era integrante de la Fernandez Fierro ayudo en la creación del Caff (Club atlético Fernandez Fierro) espacio aún vigente que ayudo a contener y a dar continuidad a la orquesta y a todo un circuito under, con Astillero supieron crear la Milonga en Orsay en una vieja casona de San Telmo, y lo más novedoso de esta aventura es que crearon una escuela, un espacio de enseñanza por fuera de la academia donde no solo formaron músicos, sino que también fue una manera de compartir un ethos de trabajo.

Rascasuelos como lo fue la Fernandez Fierro y Astillero son para Tripa Bonfiglio un camino, y la posibilidad de ir a contramano de los parámetros enmarcado por la tradición de cómo debería sonar el tango del siglo XXI, que proyecto a proyecto fue moldeando un decir para nada complaciente con oídos acostumbrados a productos hechos y etiquetados con fecha de defunción próxima, ni tampoco lo es con aquellos policías de la tradición que todavía están asimilando a Piazzolla.
Atrás quedaron la novedad y el marketing del tango electrónico que tuvo tan solo dos buenos exponentes como Gotán Projet y Bajofondos que más que una re-formulación del género eran puntos de partida para otra cosa, nadie podría decir que eso no es tango ni tampoco aseverar que lo es, pero esto no es motivo de preocupación en nuestra aldea local, si algo ha demostrado el mercado es que apadrina todo tipo experimentos cuando cree que a descubierto algo nuevo propicio para sus bolsillos.

Si hay una problemática que atraviesa el pulso creativo de Patricio Bonfiglio, pasa por el sentido del género en el presente, es decir:
¿tiene razón de ser, hacer tangos nuevos sin someterse al peso de la tradición, corriendo el peligro de sonar anacrónico u oportunista, frente a la demanda exótica de los escenarios del resto del mundo?
Rascasuelos como lo ha demostrado en su primer disco es una respuesta sólida a esta cuestión, y en este aspecto el debut de la banda funciona como una declaración de principios.
Como oyente enfrentarse a las once composiciones que propone este disco es un ejercicio agotador, se corre el riesgo de terminar exhausto, hay un grado de información puesto al servicio del detalle que genera una sensación opresiva, el sonido interpela a los oídos, la piel, el estómago, la fin de cuentas Rascasuelos es una banda visceral literalmente visceral y esto claramente se potencia con sus presentaciones en vivo.

"Tangos Vivos" (4) el sucesor de esta experiencia es un disco mucho más sencillo en este aspecto pero no por ello menos complejo, a diferencia de sus antecesor tan solo tiene nueve composiciones, si bien son dos tracks menos la diferencia se hace notar al final, que se siente fundamentalmente porque Rascasuelos (el primer trabajo) pide la extrema concentración al oyente de hoy, reclamando implícitamente algo que parece no tener: tiempo para escuchar y detenerse en las minucias y los detalles.
Tangos vivos en cambio es un disco que se deja escuchar sin reclamos de esta índole, porque ya supone que hay un público moldeado por esta sensibilidad, la clave en esta nueva aventura es la modulación, si algo tenía el disco anterior eran fuertes contrastes no entre temas instrumentales y canciones, sino entre el silencio y el ataque de la música, en este sentido todas las composiciones del primer disco tienen la urgencia de darlo todo en cada segundo, ya los nombres de los temas indican un peso específico en la superficie sonora

-Hoy                                         
-Cuero crudo                          
-La pasión                              
-La Máquina roja                   
-Tocando fondo 
-Quiero
-68
-Guernica
-Muchacha en guerra
-Cantaba tangos
-Río sólido

No hace falta pensar demasiado con respecto a algunos nombres, sobre todo en los temas instrumentales (68, La Máquina roja, Guernica) puestos claramente con la intensión de condensar al máximo la complejidad semántica e histórica del sentido, pero no como ilustración, ni viñeta explicativa, sino como punto por donde se fuga lo irrepresentable, es una estrategia que bordea lo imposible de la expresión.
Con las canciones el imaginario corresponde a ciertos lugares comunes del género, donde hay un trabajo reflexivo sobre el material poético, pero lo que se cuenta no son crónicas ni tampoco historias, más bien retratos de tinte impresionista, donde la atención esta puesta en la pincelada que hace al cuadro, en el valor sonoro del fraseo, de cada palabra cantada, rumiada, masticada por la voz de Hector Limón García que hace de la intensidad un arma peligrosa.

Si hay un concepto que pudiera definir este primer trabajo sería el de la melancolía rabiosa, Cantaba tangos (la última canción de este disco) es una buena muestra de la imposibilidad del pasado en el presente, no es el decir llorón del macho abandonado por la vida sino la amarga constatación de lo irremediable de ella.
Esta línea se sigue en Tangos Vivos con la canción "La próxima curda" (5) que es en rigor una continuación crítica del clásico de Anibal Troilo y Cátulo Castillo, "La última curda" que en su tópico: alcohol, bandoneón, herida absurda, viejo amor, responde todavía al imaginario de la bohemia donde este tipo de sensibilidad creía en la salvación por la forma, cosa que no ocurre en "La próxima curda" donde ya no es posible ningún tipo de redención, ni de memoria.

En la letra de Cátulo Castillo el personaje que narra parece haberlo perdido todo, pero aún así se aferra a lo único que le queda, la música y el recuerdo de lo perdido, la letra es una confesión de su derrota. La próxima curda no tiene nada para contar, ni confesión que hacer, no hay memoria en esta voz que narra tan solo la certeza de que siempre hay un próximo trago y quizás con suerte este sea el definitivo, los contrastes son obvios entre estas letras, una habla de un tiempo donde todavía era posible la bohemia, un código de conducta frente a la adversidad, en cambio en la letra la próxima curda este tipo de contemplación ya no es posible, su personaje es un desterrado, un desangelado, un sobreviviente, y a diferencia de la última curda en este escenario ya no hay dignidad que se pueda sostener.

Solo basta leer el comienzo de las dos canciones para entender el tipo de ruptura que hay de un tipo de sensibilidad a otra

La última curda                                                               

Lástima, bandoneón,                                                    
mi corazón...                                                                  
tu ronca maldición maleva.                                         
Tu lágrima de ron me lleva                                          
Hasta el hondo, bajo fondo,                                        
donde el barro se subleva...                                          
Ya sé...no me digas...tenés razón                                  
la vida es una herida absurda,                                     
y es todo, todo, tan fugaz                                              
que es una curda                                                          
nada más, mi confesión.   

La próxima curda

La próxima curda
será la mejor
te juró compadre
que hoy tomaré hasta la sangre de Dios
será pura vida o la perdición
será agua de zanja, mezclada con rabia
y el más bruto ardor.
Aunque pierda la memoria
sé qué hoy haré historia
y al final un perejil, la contará.                                             

Musicalmente la próxima curda es la canción con mayor dosis de intensidad en la placa, marca un límite que el resto de las composiciones no transgreden, hay una mayor utilización del espacio para que se anticipe mejor los lugares por donde el tiempo cae, machaca, subraya y explota, la intención ya no es perturbar al cuerpo sino invitarlo a bailar, si el compromiso que la banda exigía para con sus oyentes era la escucha obsesiva hasta el mínimo detalle, en esta nueva experiencia esto sigue existiendo, pero en menor medida porque ahora el foco esta puesto en lo que puede un cuerpo con la melodía, el ritmo, y el contundente silencio al final del compás.

Como ocurría con el trabajo anterior, hay dos líneas narrativas que se complementan sin superponerse, la primera de ellas son los temas de carácter instrumental que siguen conservando su riqueza melódica, timbrica y ese impulso rítmico que rompe y juega con las estructuras, las composiciones en este trabajo no poseen nombres con resonancias históricas, excepción hecha con "Porco Dio", donde la carga es más simbólica e incluso afectiva, esta expresión es literalmente un insulto en italiano donde uno puede percibir el histrionismo de la sangre latina frente al infortunio, palabras en donde también está contenidas el pasado del genero con su historia de inmigraciòn y pobreza, el destino de los que trataron de hacer su América y le terminaron de dar el toque final a esa sensibilidad identitaria tan característicamente argentina: el desarraigo y el exilio. La patria desde siempre es ese fantasma del cual se quiere huir o volver.

 No es casual que Porco Dio sea el tema elegido para comenzar el disco, la respiración del bandoneón es una taquicardia sonora que empuja a los demás instrumentos como si la melodía se desplegara cuesta arriba, peleando centímetro a centímetro por mover un pesado cuerpo donde conviven la sorda persistencia del contrabajo, junto a la percusión melódica del piano y el exasperante timbre de las cuerdas en los momentos que alcanzan su mayor climax. Porco Dio es un tema que confronta al silencio y marca un camino que el siguiente tema la próxima curda intenta redoblar, si hay una característica en Tangos Vivos es que el disco en lugar de acumular intensidad se va despojando de ella como si se fuera vaciando.

El resto de los temas instrumentales se mueven en un territorio más denso e incluso climático, salvo "Hambreground" que musicalmente es el de espíritu más juguetón dentro del conjunto y de alguna manera es la pieza más autosuficiente y redonda en su composición, más que nada por su voluntad clásica y belleza melódica. "Todos los humos", otro de los temas destacados es una reflexión sobre cómo se utiliza al tiempo para construir un espacio sonoro por donde finalmente se fuga la melodía, dejando a su paso un rastro espeso donde solo queda reverberando la persistencia melódica del bandoneón que insiste hasta disolverse en su propio quietud.

Así como los temas instrumentales en su derrotero cuentan una parte del disco, las canciones son la otra cara de esta narración, que no están pensadas de manera conceptual, sino más bien llegan a esa idea madre, gracias a la elección del orden de los temas.
Este concepto no declarado pero evidente es la pérdida, detalle que se refleja muy bien con "Partida" el tema que cierra el disco y en su final deja entrever la distancia recorrida, desde el imponente comienzo de Porco Dio, pasando por sus diferentes modulaciones de tiempo e intensidad.
Las canciones y piezas instrumentales para llegar a ser en este disco, se van desnudando para así mostrar su propia vulnerabilidad.
Si la próxima curda era el límite de exaltación pasional que que la banda estaba dispuesta a no transgredir, "el sueño de un despierto" es el corazón necesario para que esta experiencia ocurra, una vidala sentida donde el protagonismo esta puesto en la voz, en su tono carrasposo y blusero que alcanza su grado de verdad cuando fuerza su límite quebrándose en el estribillo, buscando instalar por la sola fuerza del decir la posibilidad de un mundo.

Quien no se ha ido
dejando algo atrás
y busca consuelo
en volver a empezar
(...)
Es que el sueño de un despierto
hasta vuela de verdad

El resto de las canciones oscilan entre diferentes matices de textura y sonido pero comparten como en el caso de "Salidera" y "Por eso" un mismo motivo temático que en general atraviesa la densidad musical del disco, este motivo es doble: la memoria y el olvido, si el protagonista de la Próxima curda buscaba anestesiar el recuerdo, él de la canción Salidera lo padece como una condena

Te vi pasar estos años
sin nadie que recordar
en los domingos me quiebra
que no la puedo olvidar

Pero el narrador de Por eso (la última canción del disco) retruca con mucha ironía

esta tan viejo el recuerdo
que casi casi te olvido

No es para nada casual que el disco sobrevuele estos lugares entre la memoria y el olvido, primero porque el tango es un género que ha hecho de la nostalgia su arma primordial de resistencia ante los embates del mundo, haciendo del resentimiento amoroso una herramienta política porque con ella ha encontrado una manera de suspender al tiempo, de detenerlo, de reducirlo a una sola cosa, a un solo sentido que es el desarraigo ya sea del amor, de la sociedad, de los ancestros, o del mundo.

Esto que afirmo dejo de suceder en la década del 50 cuando apareció Piazzolla, partiendo en dos a su historia y a partir de ese momento el género ya no pudo sostener el enorme artificio de su ingenuidad, ya no era posible este estado de gracia de ninguna manera, más que a costa de su propia caricaturización.
La situación había cambiado rotundamente, la ciudad ya no era la misma y el tango ya no era un género minoritario porque ahora formaba parte de la institución cultural, frente a esto había que romper con lo establecido y Piazzolla fue al tango lo que fueron los Sex Pistols para el rock: una enorme explosión que con su onda expansiva lo arrastro todo.

Rascasuelos es una banda contemporánea, son muy conscientes de la historia del género, no reniegan de su imaginario al contrario apela a el pero no como nostalgia de una época dorada sino como una manera de hacer política que en su práctica hace hablar al tango con el lenguaje del presente.
Tangos vivos es la prueba fehaciente de que el tango solo es posible de esta manera, es decir volviendo a establecer ciertos parámetros por donde transitar, marcando nuevos límites que transigir y cuestionando severamente a su legado histórico pero para ello antes que nada, hay que sacarlo del museo, de la tarjeta postal, y de su condición de soja de la cultura (6).






La página de la banda donde pueden ver la información con respecto a recitales, giras, videos y en donde pueden escuchar los discos es http://www.rascasuelos.com.ar/



Rascasuelos es:

Patricio "Tripa" Bonfiglio: bandoneonista, director y compositor.

Fulvio Giraudo: piano

Cristian Bastos: contrabajo

"Limón" García: voz

Nicolás Tabbush: violín

Karmen Rencar: cello

Mariano Malamud: viola



Hay que agregar que los músicos de la banda son de excelencia para saber más detalles con respecto a ellos entrar a http://www.rascasuelos.com.ar/descargas/dossierrascasuelos.pdf




1-Recientemente en un diario local salio una amplia entrevista a Patricio Bonfiglio donde se puede entender su filiación con el tango y la música http://www.lanacion.com.ar/1844511-las-dos-caras-del-tango-hoy

2- Rascasuelos se desdobla también en otra banda con los mismos integrantes llamada Rascacielos donde recrean tangos tradicionales y bailables, un acercamiento mucho más accecible para el público.

3- Por cuestiones longitud en esta nota, falto agregar como los devenires de los músicos lo fueron acercando al tango, en esta entrevista hecha en el programa "Fractura Expuesta" a propósito de su primer disco se puede apreciar esto que digo https://www.youtube.com/watch?v=mAhoGikGjcY

4- En rigor Tangos Vivos fue grabado en el año 2013 pero su edición final fue hecha en el 2015, y el primer disco de la banda es del año 2010.

5- La canción es de Juan Subirá y Pepe Céspedes, Subirá ya había colaborado con Limón García haciendo dos canciones del disco anterior, lo interesante es que esta canción La próxima curda también aparece en el último disco de Bersuit Bergarabat donde toco de invitado Tripa Bonfiglio https://www.youtube.com/watch?v=GSh2ogffzRM

6- Nuestro Jefe de Gobierno, hoy flamante candidato a presidente tuvo este exabruto (otro de los tantos) http://www.centrocultural.coop/blogs/laciudaddeltango/2010/08/04/macri-el-tango-es-la-soja-portena/

















                                                                                                   

                                                                       

jueves, 16 de julio de 2015

Aguamono y la conquista de lo inasible

Segunda parte
                         
                 "El sonido más fuerte no es el más intenso (...) Nuestro ser se ve inmediatamente
                   colmado. Las sonoridades emitidas con menor precisión, en cambio, son más
                   prometedoras en la medida en que no han sido totalmente exteriorizadas.
                   Por eso conservan un remanente, un resto escondido o sobrante.
                   Las resonancias resultan capaces de prolongarse y profundizarse por cuanto
                   conservan un secreto y sostienen algo no expresado por completo, aquello que
                   aún no es pero probablemente sea."

                                                                                                                           Luis Gruss
                                                                                                                           El silencio
                                                                                          Lo invisible en la vida y el arte
                         

            Nochelanzallamas (1) el tercer opus de Aguamono, es un disco que apela a la canción como lugar de encuentro entre la emoción puramente musical y la palabra cantada. A diferencia de sus trabajos anteriores este es el primero en donde todas las canciones son enteramente en castellano, no hay piezas instrumentales ni intervenciones sonoras, ni nada a simple vista que distraiga a su principal foco de atención: la canción como consecuencia de un trabajo exhaustivo, sobre el espacio sonoro.

Quizás dentro del mundo de la música, la canción, en su forma sea una de las más tiranas en su relación con el tiempo, detalle que con la industrialización no se atemperado, hay ciertos parámetros de estandarización que deben ser respetados, para que una canción pueda circular por las radios, y sobrevivir a la ansiedad de los oídos contemporáneos. Fenómenos puramente artificiales como el rock, la cumbia, el regaeetton en su vertiente más comercial, funcionan como caricatura de la industria, que ya no sabe cómo sorprender ni sorprenderse, asistimos a una época. donde la especificidad de los géneros han perdido su potencial creativo.

Lo que a venido ocurriendo no es algo exclusivo de este campo, la industria cultural ha modificado sus valores en connivencia con el mercado. La música comercial de hace 30 años, excede en calidad a la de ahora, el terreno que pisamos en la actualidad, en su mejores casos, no es más que un pastiche que recuerda a otras épocas, el impulso o la frescura, que se respiraba en esos tiempos, ahora es pura inercia, especulación, imagen, marketing, trending topic y quizás una pizca de buena voluntad, para realizar un producto decente.
Por supuesto que esto que menciono, es algo que excede no solamente a la música, sino al propósito de esta nota, y es inevitable no mencionar a esta dos palabras, tan bastardeadas como ciertas: capitalismo y globalización.

Nochelanzallamas, no es un disco que ponga su voluntad sobre estos temas, pero si, hay una deliverada estrategia por desandar sus convenciones, y oponerse de manera sesgada a lo hecho hasta el momento, esta actitud, es una mirada crítica hacia las propias conquistas formales de la propuesta, provocando desde la composición que el eje se corra de manera muy sutil, lo que antes era el corazón de la canción ahora esta desfazado, descentrado y levemente enrarecido.
Que esto ocurra en un proyecto que no es conocido, ni tiene prensa, no tiene ventas, ni éxito en su provincia es un hecho político en sí mismo, porque Aguamono con esto demuestra, que no busca asegurarse un pequeño lugar de enunciación (ese kioskito) para comenzar a ser conocido, sino que enteramente lo cuestiona.

Este, no es un proyecto ansioso por sacar un disco a como de lugar, seis años pasaron entre su primer e.p. y Noise de Pus, y nueve años entre este y Nochelanzallamas, esta actitud frente a la producción habla de largos procesos, y de una ética de trabajo. Porque si algo queda en claro, en estos tres únicos discos es que no hay nada librado al azar, desde el marco de la composición, el montaje, y la mezcla sonora, lo cual es un motivo de felicidad, más allá de los gustos porque este gesto comporta cautela, honestidad y profesionalismo, nada sale a la luz, sino esta trabajado de manera consecuente.

Lo que diferencia a este disco, de lo hecho hasta el momento es su maceración expresiva, nada en su impresión general da la sensación de forzado, o artificial, hay equilibrio y contrastes, pero lo que antes era ruido o disonancia como polos necesarios a la melodía, ahora es silencio y discreción.
Nochelanzallamas, es un disco que para gestarse necesito pensarse mortal y esta es la gran diferencia, la muerte es el gran tema detrás de todas las canciones, pero no como concepto que unifica, sino como espacio a recorrer, desde el silencio a la melodía, de la melodía a la voz, y de la voz al sentido. La muerte acá es la posibilidad de realizar un único viaje, por eso este puñado de canciones apremian a que el compositor, tome la elección necesaria para que la forma pueda hablar por si sola.

Si antes el climax llegaba con la explosión del estribillo en este nuevo escenario, es un fuera de campo sonoro que sugiere mucho más de lo que muestra, quizás lo único que recuerde a su etapa anterior sea: "En tus ojos las mañana", no es casual que sea la canción con la que abre el disco, porque claramente es un guiño de despedida a lo que ya no puede ser, la intensidad que adquiere el estribillo gracias a la marcha percusiva del bajo, solo sirve para intentar delimitar un nuevo territorio, mucho más extenso, aunque el saxo exaspere su timbre, empujando hacia esa sensación de inminencia, la canción se ahoga en su advertencia final.

Corro despierto al frío devastador
sangro de azar y vivo todo a color
la muerte espera y no hay nada que hacer
quiero decirte que no voy esta vez

Dentro de la economía de este disco hay una canción que sobresale, por su voluntad rítmica, la tesitura de la voz en el estribillo, y la lograda síntesis entre texturas tímbricas, y desarrollo melódico esto permite que "El cielo de tu piel" respire frescura, se vaya desenvolviendo con elegancia, y encuentre su pausa justa en los arpegios sintetizados, que permiten que la emoción pop se complete, con la letra más claramente romántica de Nochelanzallamas

Yo no nací del sol
sólo quiero tu amor
no quiero esta soledad
ni tampoco la verdad
yo quiero el cielo de tu piel

Esto no quiere decir que sea la más interesante, pero sí la más equilibrada entre la búsqueda de la canción perfecta y su experiencia de laboratorio. Sin lugar a dudas,es la apuesta más convencional de esta dupla compositiva, que junto a "Mañana quizá", comparten la característica de transcurrir en el tiempo, el resto de las canciones, investigan sus posibilidades en el espacio sonoro.
"En el mundo" acaso sea la más literal en este aspecto, de comenzar lento y vacilante, la melodía hecha en una tonalidad menor va punteando un camino, para que entre la voz con todo su peso, la distancia entre nota y nota, indica la profundidad de un plano que parece no tener fin, de manera expresiva el logrado efecto flanger, propone un espejo donde la melodía rebota, satura sus timbres y se va espesando como una niebla, cada vez más densa y volátil, el sentido órbita en la palabras, en los intersticios del decir, el misterio esta en el silencio, después y antes del estribillo

Vivirán, morirán,
y verán
verán el mismo fin.
Beberán,
beberán como sauces en el sol
sonreirán y así se irán, irán.

Que las canciones sean en castellano le cede a la voz, un protagonismo que no tuvo en los discos anteriores, que no pasa por la narrativa de las letras, sino por la modulación del decir, hay una relación directa, entre la cantidad de aire que se necesita para llegar a una nota y el efecto que esa nota produce en lo que se canta, como lo explicita muy bien "Lejos", una canción donde la inhalación entre fraseo y fraseo es utilizado para generar un curioso efecto dramático, la letra escrita en pretérito imperfecto, con sus finalizaciones con vocales abiertas, hacen, que la voz vaya generando un jadeo involuntario, como si realmente el protagonista de esta historia, estuviera recorriendo una distancia enorme, entre el recuerdo y el presente de ese recuerdo que la poética retrata

Me adormecía, volaba, veía
resplandecía, miraba

Siendo el momento más intenso de la canción casi al final cuando la voz, después de un largo recorrido, se apuntala a decir

Nada se parece aquí
Todo y nada es así no más.

En la cifra de ese todo y nada se encuentra la imposibilidad expresiva de Nochelanzallamas, esa tierra que se avista a lo lejos pero a la que no se puede llegar porque no hay resto estético que aguante la demanda de lo absoluto.
Si el cielo de tu piel, entraba dentro de la búsqueda de la canción perfecta, "El jardín", es la nota de felicidad dentro del conjunto, el solo de sintentizador, que irrumpe armoniosamente, profundiza esta sensación, que trae consigo el recuerdo de Weather report, en un escenario completamente electrónico.
La verdad (2), resulta difícil dejar de lado alguna canción, porque cada una, presenta una riqueza, y complejidad, que agrega un nuevo matiz a esta apuesta, como el caso de; "Quiero el más allá acá", un reclamo existencial a la nada misma, en una perfecta maquinaria de ritmos, avanzando sobre una planicie estriada, que deja escapar entre el sonido y su huella, esa hendija de aire para que se filtre la voz y nos refresque con una resignada cadencia que musita en su estribillo

Cada día se va
otro día vendrá
Cada cuerpo se va
otro cuerpo vendrá.

Pero hay dos canciones que exponen a esta poética de manera central, una de ellas parece ser el remanente, el resto, lo que queda sonando después del vacío, entítulada hábilmente como "De oscuridad la luz", que de hecho es el recorrido de la luminosidad atravesando el infinito, que brilla en su todo su esplendor sabiendo que es el reflejo, el deceso de una estrella, la entropía del universo haciendo su trabajo, y la canción como efecto de un propósito inalcanzable emerge del misterio, el tic tac del reloj, perfectamente utilizado como percusión, no agita las aguas, tan solo permite que todo siga su curso, hasta el melancólico silencio, del piano final.

De oscuridad
la luz se fue de allí
hasta el final de acá.

"Mañana quizá", es la letra más narrativa en un sentido llano y en su forma la menos compleja, que la hace a su manera, la más desnuda, y acústica de las canciones, el piano acompaña, subraya, dando toques impresionistas a un cuadro, donde la voz definitivamente busca salir de su marco, por primera vez, el registro es íntimo, tiene un destinatario, pero el oyente no se queda afuera, comparte el abatimiento y la desazón. La batalla esta perdida, no queda aliento, y el sentido busca cerrarse pero la estrofa final, no lo permite.

Mañana quizás, mañana otra vez
Mañana quizás, mañana otra vez
Todo se irá, mañana quizás.

En definitiva Nochelanzallamas, es un disco que respira: modestia, discreción, madurez, las tensiones estéticas antes muy presentes, ahora ya no se debaten, entre la voluntad formal, y la contingencia expresiva, simplemente son, con esto, Aguamono alcanza a demostrar, que no se necesitan aviolentar los límites para hacer algo distinto.
La enseñanza si es que hay alguna, es que hay que saber escuchar en sí mismo lo que fue promesa en el pasado, y tener la suficiente perspicacia, como para discriminar la vanidad de la música.

A partir de ahora, Aguamono comienza a hablar por sí solo, la pregunta es, si estamos dispuestos a adentrarnos en esta aventura sonora que tiene la virtud de ofrecernos un mundo para escuchar.


Ficha Técnica

Leandro Yahni: tecados, programación, composición.

Javier Chemes: letras, melodías.

Diego Bergara: bajo en Lejos y Mañana quizá

Marcelo Perez: slide synth en Lejos


Discografía

Aguamono  (e.p.)    2001

Noise de Pus          2006

Nochelanzallamas  2014


1- Para los que no leyeron la primera parte de esta nota http://lortellado.blogspot.com.ar/2015/01/aguamono-y-el-laboratorio-de-la-cancion.html

2- Como toda lectura veloz, quedaron fuera de este texto dos canciones de Nochelanzallas: Aguarda y Vida de Madrugada, pero mi elección no fue arbitraria, creo que más allá de la calidad innegable de estas canciones no supe abordar con más ahínco, lo que estas canciones tienen para decir al conjunto.

Por cuestiones exclusivamente presupuestarias, este proyecto todavía permanece inédito, próximamente va a ser editado de manera online, para mayor información dirigirse a https://www.facebook.com/Aguamono

También pueden escuchar algunas cosas del último disco, como de disco anteriores en https://soundcloud.com/aguamono

Hay varias cosas de la banda en youtube, algunos videos de la presentación de este disco, pero que no tienen un buen sonido, como también cosas más viejas en el tiempo, elijo esta canción para compartir https://www.youtube.com/watch?v=IVBTviDwvio

Las fotos que se reproducen de la banda son de la presentación del disco, hecho el año pasado en la ciudad de Posadas, Misiones.












































       



sábado, 13 de junio de 2015

El cuerpo: ese pensamiento de la materia

                 
                                "El espectador, de ese modo, aprendió que, mientras dura una película,
                                  si es moderna, no puede olvidarse de sí mismo".

                                                                                                                               Extraño
                                                                      Apuntes sobre el cine de Sharunas Bartas.
                                             
                                                                                                          Silvina Schwarzbock


                                                                                                                        -Elegí vos.
                                                                                                                        -no, elegí vos.
                                                                                                                         -no, vos.

                                                                                                                     Pasado Mañana
                                                                                                           


           
            Asistir a la nueva obra de Viviana Iasparra (1), es asistir al grado cero de la expresión, y el despojamiento escénico, ser espectador de un espectáculo de esta característica, con lleva a preguntarse no solo, a cuál es el sentido de lo uno está viendo, sino que expone de manera brutal, la misma naturaleza de la expectación. Viviana a lo largo de los años a venido desarrollando una estética, que se funda en una ética de trabajo sobre el cuerpo, este fuerte compromiso, no solo regula la intensidad de sus investigaciones, sino que también, propone una manera de mirar, las consecuencias de lo que se muestra.

En la última década, las obras más importantes e iconoclastas de la escena local, han provenido del mismo lugar, del espacio de trabajo de Viviana, y cuando hablo de importante, me refiero, a que cada apuesta suya, más allá del resultado, tiene el coraje de interrogar desde la especificidad de la disciplina, a la percepción de nuestro mundo, en tirante y constante relación, con otras áreas del pensamiento y de la estética.
Cuando hablo de Viviana, no hablo de danza, sino de pensamiento, sus proyectos piensan, son orgánicos, y como sucede con las obras que dialogan, e interpelan a su contexto, siguen existiendo más allá de su puesta en escena, porque tienen la virtud y la modestia, de instar a su público, a elegir, la manera de mirar, y percibir lo que sucede en escena.

Pasado Mañana, es su última producción, actualmente en cartelera, que surge en colaboración junto a Melina Seldes, a su vez intérprete con Verónica Jordán, el proceso de la obra fue arduo y dificultoso, la contingencia institucional, hizo que todo se retrasara, iba a estrenarse en el Tacec (el centro de experimentación del Teatro Argentino), para finalmente quedar a la ventura de sus propias posibilidades, Pasado Mañana se estrenó en mayo, en el Espacio Lem, con otro presupuesto y sin el respaldo con el que pensaban contar en un comienzo, pero este hecho no es extraño, en un país donde la política cultural se concentra en muy pocas manos, y en determinados circuitos de validación cultural.
No obstante el proyecto se llevo a cabo, por empeño, persistencia y ejercicio de templanza, Pasado Mañana, refleja esta intemperie, la soledad del salto al vacío a la contingencia de los hechos, a la verdad de la carne cuando es atravesada por el acontecimiento. Pasado Mañana hasta la fecha, es el gesto estético más radical de Viviana Iasparra, el propósito de esta nota es tratar de dilucidar algunas de las cuestiones que esta obra aborda, con firmeza, rigor y crueldad.

Si uno tratara de describir lo que ve, buscando de ser lo más objetivo posible diría: dos mujeres acostadas, una rubia, la otra morocha, atemperadas por un vestuario sencillo, no hay signos de clase evidente, ni tampoco ninguna construcción ficcional, que señale alguna convención a respetar, la iluminación es plana, no hay profundidad, ni nada más allá de lo que se ve.
No hay personajes, ni coqueteo con algún modo de ser social, uno sabe, por la información detallada, en el programa de mano, que una de las intérpretes se llama Verónica Jordán y la otra Melina Seldes, las dos exponen su cuerpo por igual, en momentos distintos, se sacan la parte de arriba de su vestuario, quedan con el torso desnudo, no hay emoción, ni erotismo, tan solo una inquietante neutralidad, que va sumiendo al ambiente y a los cuerpos, no solo de las intérpretes, en una ineludible tensión, temporal y espacial.

Las posiciones de los cuerpos, van variando a lo largo de la obra, pero sin riesgo a equivocarme podría decir son tres; acostadas, sentadas o paradas. Hay desplazamientos al ras del piso, donde los cuerpos se van moldeando para generar movilidades, Hay momentos donde esto se se interrumpe, y se pasa a otra cosa, como sacarse la remera, plegarla y dejarla en el piso, o tomar agua, hay dos vasos, a disposición y alcance de las intérpretes, estos hechos de alguna manera son el afuera de escena, no duran más que unos segundo para volver a los hechos, como si fuera la faz de un interruptor que vuelve a dar luz, no hay líneas quebradas, el único momento donde algo se rompe, es con el grito de Melina, que toma de sorpresa al espeso clima monótono de la obra, ese grito es la excepción que confirma la regla, porque todo vuelve a su mecánica, a su tarea, hay texto, si, se dicen cosas, las dos hablan, en el tramo final, pero no dialogan, son monólogos, de estilo libre indirecto, van y vuelven, entre imágenes banales y sensibles, no hay declamación ni un público al cual se están dirigiendo, y esa es la única convención que parece respetarse en Pasado Mañana; la cuarta pared.

Pero esta cuarta pared, no recorta una ficción, sino una experiencia, un ensayo, un programa, que moldea su intensidad con la voz de Viviana Iasparra, que interviene y va guiando a las intérpretes, a través de los módulos temporales donde sucede la obra. Todo en Pasado Mañana esta terriblemente expuesto, y en el mejor de los sentidos, es pornografía pura, todo se ve, hasta el más mínimo detalle, que cobra relevancia e intensidad, como el movimiento de una mano, los dedos, la posición de un pie, una lengua, la literalidad de una lengua fuera de su boca, como un órgano extraño, rojo, abstracto, carnal, no se buscan metáforas, ni tampoco alegorías, y como sucede con la pornografía, se prescinde prácticamente de la excusa narrativa.
Este es el mayor desafío para el público, qué hacer frente a una obra, que no esconde nada, ni siquiera su voluntad de ser un artificio mecánico, y funcional, a lo que se quiere mostrar, a través y entre, el cuerpo de las intérpretes, y el público.

El problema mayor, al que se enfrentan las artes escénicas en estos tiempos, es que el espacio de la ficción, ha sido apropiado por los medios, hasta la más ínfima noticia, tiene conciencia de su teatralidad, todo puede ser espectacularizado, incluso el horror: desde las guerras a las catástrofes naturales, de las cámaras de vigilancia que capturan una trifulca callejera, a los ojos de una vecina en un noticiero, que se queja de la inseguridad, este exceso de conciencia, histrioniza, lo que una cámara pueda mostrar, más aún hoy, con las posibilidades tecnológicas, de captura visual y las diversas posibilidades de viralizar la imagen, hacen que todos sean unos directores y actores en potencia.

Frente a esta problemática, el camino que toma Pasado Mañana, es la de deconstruir al espectáculo, llevarlo al extremo, volverlo irreconocible, achatando todo intento de entretener, para ello se toman dos caminos: generar un curioso efecto de distanciamiento, que prescinde de la razón del entendimiento, pero no de la empatía sensorial y quinética, los cuerpos de las intérpretes, son cuerpos próximos, posibles, vulnerables, se perciben claramente, las diferencias, las alturas, los pesos, la estructura de cada una, el tamaño de cada esternón, la textura de la piel, el color de los ojos, la formas de los labios, etc... pero también se notan claramente las diferencias de intensidad, la manera de exponerse, más allá de la neutralidad, tienen comportamientos distintos.
Melina parece querer ir siempre más allá de las posibilidad de si misma, develando lo invisible de lo visible y Verónica, va generando a medida que transcurre el tiempo, una enorme presencia física, a la que solo basta, una posición de la cabeza, o un ligero pestañeo, para hacer presente las fuerzas que operan en escena.

Esta es una de las estrategias posibles, la otra es minar la paciencia del público, trabajar con su ansiedad, roerla, sumirlo en una temporalidad, donde nada parece suceder, es claro, que no se puede generalizar un tipo de público, pero se puede llegar a presentir sus reacciones, antes de que la obra, de manera protocolar comience ya comenzó, en cada uno de ellos que traspasa la puerta, y busca su ubicación, el efecto antes que la causa, pasado mañana antes que hoy, y lo que puede parecer lento en una primera instancia, no lo es, todo sucede demasiado rápido, es la materia bruta, la opacidad del presente, fugándose en los cuerpos, decantando, en sus maneras de receptar y transformar al acontecimiento, a lo que todavía no vino, pero está, como un fantasma latente y pertinaz.

Pasado mañana, es una obra moderna, metódica en su concepción, tiene un orden que no necesita explicarse, no se parece a nada más que a si misma, es consecuente en su ejecución, y aunque su nombre indique un más allá, no es una obra, que intente hablar sobre el futuro, sino sobre las implicancias del futuro en el presente, en su imaginario, en las diferentes concepciones sobre el cuerpo, ya sea como un medio, una herramienta, un objeto, fuente de placer y de dolor, y esa delicada piel entre el mundo y la nada. Pasado Mañana, es el sueño de la materia pensándose a sí misma.

Viviana con esta apuesta, pisa una línea muy finita, Pasado Mañana, no es una obra para todos, pero esto no quiere decir que apueste a un solo tipo de público, sino que como en sus trabajos anteriores no da ningún tipo de concesión, (hay que soportar eso) ella busca compartir los mismos interrogantes, que la llevaron a su inquietud inicial, sentir la tarea infinita del trabajo que no cesa, la angustia, en la deformidad de los procesos y de la vida, en la belleza de unos cuerpos que ejercen un virtuosismo casi invisible, en la sinapsis de un pensamiento, que es materia, que es carne, que es vida, decadencia y esplendor, Pasado Mañana es la apuesta por lo que viene, aunque esto signifique la muerte, la materia sigue su curso, el tiempo espesa los segundos, y el hombre tal como lo presintió Foucault, es un invento reciente.






Este texto no pretende agotar las lecturas posibles de la obra, tan solo es una acercamiento a una problemática que merece una investigación exhaustiva, y una atención mucho mayor.


Ficha artística:

Idea y Concepto: Viviana Iasparra, Melina Seldes/ Intérpretes: Melina Seldes, Verónica Jordán/ Sonido: Gabriel Paiuk, escritura de textos y asesoramiento dramaturgico: Ariel Farace/ Arte diseño gráfico y escenográfico: Iumi Kataoka/ Vestuario: Loli Latorre/ Fotografía: Nacho Iasparra/ Registro audiovisual: Nacho Iasparra, Patricia Boba, Bruno López / Coach corporal y entrenamiento físico: Gabriela Iasparra y técnicas LEM/ Coach de voz: Celia Muggeri/ Asistencia de producción y operación de sonidos: Jorge Grela/ Asistente de dirección: Esteban Esquivel/ Dirección general: Viviana Iasparra.


Pasado Mañana se está presentando en el Espacio LEM los sábados 13, 20, y 27 de Junio, a las 21hs, para mayor información y reservas  iasparraseldes@gmail.com | +11 (15) 41790503 

www.facebook.com/proyectopasadomaniana



1-Viviana Iasparra ha sido motivo de escritura de este blog en varias ocasiones, este relata mi experiencia como alumno y creo que es la más cercana a su pensamiento: .http://lortellado.blogspot.com.ar/2012/06/mi-vida-como-alumno.html

Estos son los otros enlaces donde hablo de sus obras anteriores

http://lortellado.blogspot.com.ar/2011_09_09_archive.html
http://lortellado.blogspot.com.ar/2011_09_13_archive.html
http://lortellado.blogspot.com.ar/2013/11/ensayo-sobre-la-intimidad.html

martes, 28 de abril de 2015

la belleza es una cosa inutil



  " La música, los estados de felicidad, la mitología, las caras trabajadas por el tiempo,
     ciertos crepúsculos y ciertos lugares, quieren decirnos algo, o algo dijeron que no
     hubiéramos debido perder, o están por decir algo; esta inminencia de una revelación,
     que no se produce, es, quizá, el hecho estético"

                                                                                          La muralla y los libros
                                                                                          Otras inquisiciones
                                                                       
                                                                                          Jorge Luis Borges



               Cada muestra nueva, del artista plástico Mauro Koliva, es un motivo de alegría y de misterio, un mundo se nos revela en cada exposición, mundo que va ampliando su geografía de manera orgánica y paulatina. Mundo que traza un recorrido de forma sutil, casi imperceptible el movimiento opera, y todo sigue su curso en un proceso, que va decantando una manera de organizar al espacio, poblarlo, siempre al borde de saturar las tensiones, y de maximizar la intensión de la mirada, no de la nuestra sobre su obra, sino la de esta sobre nosotros, algo nos interpela a seguir mirando.

Esta, es una de las sensaciones que acarrea el trabajo de este artista, pone en escena al sitio de la mirada, los espectadores no saben cuál es la naturaleza de lo que observan, pero esta sabe de quiénes son las miradas, porque cada una, devela el origen de cómo miramos, porque la problemática a la que nos enfrenta la obra, es troncal a estos tiempos de autoconciencia, citas y parodia, y qué podría formularse de la siguiente manera: qué es lo que uno espera encontrar en una muestra de arte visual.

Esta problemática, en la obra de Mauro Koliva, se debate en dos grandes escenarios, uno de ellos es la superficie del papel: extensiones que crecieron gracias a la demanda de los dibujos, hechos con birome, con una técnica de gran concentración física, ya que la respiración en la hechura de la obra, es la respiración del trazo. La última novedad sobre este tipo de trabajo, es que sustituyo el papel por el lienzo, logrando un efecto paradojal, los dibujos en papel lograban en su conjunto, un efecto pictórico, por la imperfección de la tinta al deslizarse en la birome, logrando ligeros manchones, enturbiando la proliferación de líneas claras, ahora al cambiar de superficie también lo hace de herramienta, su nuevo elemento, es una birome de tinta gel, que no tiene esta imperfección, si bien el artista ya había trabajado con colores, siempre atendiendo a que no se transformara, en mero decorado o en un elemento de distracción, acá se atreve a saltar al vacío e incluir colores flúos, ahora sus dibujos son "dibujos", y coquetean con una sensibilidad pop que lo emparenta y comunica con el otro elemento de Mauro Koliva: la plastilina, ese otro escenario.

La virtud de la plastilina, es que es una herramienta moldeable, como el barro, la arcilla, todo puede transformarse, acá el artista potencia esta posibilidad y elige trabajar en una zona liberada de formas, no hay una convención a respetar como el caso del dibujo, esto no quiere decir que no existan formas, sino que estas aparecen a causa del trabajo, y en esta sinuosidad casi líquida, hay abundancia de colores, flujos, conexiones, coágulos y una curiosa floración. Esta propuesta bordea con cierto peligro, el festejo pop de la rimbombancia y el histrionismo, los colores atemperan texturas, aggiornan la sensación de estar contemplando vísceras u órganos, le dan humor y liviandad al conjunto, cosa que no ocurre con los dibujos.
Es claro que las instalaciones con plastilina, fueron responsables de su moderado (1) éxito en la capital , este fue el nexo para hacerse conocido en los circuitos culturales, estas obras son llamativas, carismáticas, entretenidas, uno puede perderse en ellas sin el compromiso de comprender, quizás porque son habitadas por el impulso infantil, de hacer y deshacer, pero lo que el festejo esconde en su superficie, es el cuerpo del artista.

Como suele suceder en todas las disciplinas, un artista comienza a serlo, cuando genera su lenguaje, sus propios códigos, y protocolos de lectura, su aventura comienza a tener consistencia cuando prueba sus espesor en la verdad del público, hasta convencerlo de ser "su" público, ahí radica el punto más importante de su relación con el mundo, en esa dialéctica e intercambio, se tejen las redes, las relaciones que permiten que un artista tenga su convocatoria y ventas, obviamente.
En este aspecto la obra de Mauro Koliva es muy generosa, no nos impone algo que debamos disfrutar dentro de determinados parámetros, ni nos obliga a seguir instrucciones de uso, para entender a qué nos atenemos, simplemente fue creando un lugar, un espacio, un territorio, y nos invito a pasar, para que hagamos nuestro recorrido.

Este mundo, fue creciendo de manera escalada, primero aparecieron los objetos, su primera muestra en la capital, se llamo oportunamente "Mudo", y consistía en una serie de retratos a objetos de curiosa y desconocida funcionalidad: colchones amarrados y puestos de manera vertical, capuchones de cuero atravesados por una suerte de alfileres (?), capuchones peludos que asemejaban orugas, forros de cuero para tanques de agua o combustible y sus caños ( esta es una suposición mía), biombos de cuero o tapices de cuero, algunos de ellos con tripas, vísceras o lo que fuere colgadas como si fueran prendas de ropa, en fin toda una serie, (larga de enumerar), de objetos descabellados, e incomprensibles, pero el dato más interesante, es que la hechura de los dibujos abrevan en la convención del realismo, y esto es lo más inquietante del código: su ambigüedad, todos pueden ser una cosa o la otra, pero en el fondo nadie sabe, ni siquiera el artista se preocupa por ello.

Uno de los dibujos de la muestra, a diferencia de los otros, que están recortados contra el vacío, es el de un contexto físico, antes que un objeto, son tres paredes, acolchadas, que rodean un piso de tierra, con pastizales altos, una pala sugiriendo tierra removida o por remover, encima de estas paredes, macetas con plantas, y caños delgados que sobresalen y se comunican con otros caños del mismo espesor a través de cables o cuerdas, atadas entre sí. el detalle casi humorístico de la composición es que estas paredes tienen una base de dos patas, que semeja la base de los viejos combinados de discos de vinilo, dando a entender el carácter  artificial de estas paredes.

Pero más allá de esta nota de ironía, lo que el dibujo viene a decir en su misma forma, es que de ahora en más, la estrategia del artista va a consistir en crear un contexto para sus objetos, y para ello, en sus siguientes muestras, dibuja un muro en el horizonte de sus creaciones, este muro funciona como frontera y enmarca un territorio posible, pero también traza una delicada línea entre lo visible y lo inasible, como cabría suponer no se trata de lo invisible, sino de eso que el dibujo no puede captar, más que en su misma imposibilidad.
Esta nueva camada de dibujos, que surgieron a partir de la construcción del muro, son paisajes post industriales, todas comparten un mismo clima, entre fabril y abandonado, desde ventanas tapiadas por una telaraña de alambres, a maquinarias insólitas, desde grúas rudimentarias, pasando por árboles intervenidos, por poleas, correas, sogas, colchones, estructuras de maderas erigidas para sostener fardos maniatados, balances, equilibrios y trasladados de peso, hecho con estos mismos fardos, montadas sobre apéndices nacientes de los árboles, o incrustados sin ningún tipo de sutileza.

Todo en ello, remite al tosco universo de una obra en construcción, con sus estructuras de madera precarias, remanentes de ladrillos, arena, y cemento desperdigados, en función de lo que se va haciendo, aunque también se percibe el ambiente de trabajo e ingenio de un taller mecánico, con sus maquinarias improvisadas, o recauchutadas sobre la marcha, para resolver problemas inesperados. Estos motivos se han ido repitiendo y recreando con el tiempo, haciendo modulaciones sobre lo mismo, agregando algunos elementos nuevos a estos paisajes, tales como, dentaduras gigantes, cableados eléctricos. osamentas, fluidos espesos, chimeneas, textos (etapa todavía experimental), con tipografías vistosas, fuertes y coloridas, donde el sentido de las frases recortadas, no tienen correspondencia con los dibujos, no hay ilustración ni pedagogía, sino fuga entre la palabra y la imagen.

Esta aventura lo invitó a adentrarse en la confección de libros, encuadernando títulos queridos, con tapas que citan, y recrean su obra y la de algunos contados artistas, estableciendo correspondencias entre el hacer y sus lecturas, pero también redobla su propia apuesta, encuadernando libros inexistentes, que no tienen más texto que la información de la tapa, como el de la serie "El papel de los artistas", donde pone en escena al sitio de la mirada, evidenciando. que toda lectura sobre una obra, siempre es una hoja en blanco, que se llena y se vuelve a vaciar o contaminar, en cada nueva mirada.

Paralelo a estas inquietudes, Mauro Koliva también es músico (2) y su habitual curiosidad lo llevó a aprender el arte de los luthiers, a partir de esta experiencia, creo su primer instrumento musical, un hiperbajo llamado BajoBony (homenaje a Oscar Bony), en forma de baúl, con ruedas, que todavía esta esperando que exploten sus posibilidades musicales.
Actualmente el artista se encuentra trabajando en la confección de dos instrumentos nuevos, que como es de suponer, tendrán formas particulares.
Estas actividades no están separadas de sus preocupaciones estéticas, sino que forman parte de la misma actividad: la construcción de un mundo.

La multiplicidad de frentes, con la que trabaja Mauro Koliva, problematiza la entereza de su propio cuerpo, volviendo sobre esa insistente pregunta del filósofo holandes "qué es lo que puede un cuerpo", que no es una cuestión retórica, ni menor dentro de su obra, porque en el se encuentra la información donde se debate lo orgánico de lo cultural, la obra de este artista ahonda esta instancia donde la materia busca su forma y función, donde las cosas no tienen más nombre que el de su propia gravedad, peso y silencio.

Finalmente Mauro Koliva es un artista joven, todavía tiene mucho para compartir, mostrar y recorrer, y no podemos más que estar agradecidos, al ser contemporáneo de la rara belleza de sus creaciones salvajes, mudas, e inútiles.





Este texto no pretende agotar las lecturas sobre la obra de Mauro Koliva, es más bien un recorrido que puntúa sobre las diversas problemática a la que nos enfrenta su propuesta estética, que merece un ensayo puntilloso y severo.

1-Es probable que el artista no este de acuerdo con esta aseveración, pero creo sin lugar a dudas, que la recepción de su obra esta creciendo, así como la posibilidad de tener una mayor continuidad en muestras sean individuales o colectivas.

2- Mauro Koliva tiene un grupo musical en conjunto con otros artistas plásticos y músicos llamado Horda Sonora, http://hssh.bandcamp.com/album/horda-sonora-vol-1

Todas las imágenes reproducidas son obras de Mauro Koliva, que se pueden ver en su blog http://seis-contra-uno.blogspot.com.ar/search?updated-min=2015-01-01T00:00:00-08:00&updated-max=2016-01-01T00:00:00-08:00&max-results=8

Para ver el trabajo con encuadernado de libros pueden ver en http://otrobloqueblando.blogspot.com.ar/

Para escuchar, y leer sobre el proceso de BajoBony entrar a http://bajobony.blogspot.com.ar/, un proyecto en conjunto con Mauro Koliva, que todavía esta esperando su momento.

El miércoles 29 de abril se inaugura la muestra "Planicie" en la galería Vasari (Esmeralda 1357) a las 19hs, una perfecta ocasión para comprobar la potencia e intensidad de estos trabajos.






























jueves, 8 de enero de 2015

Aguamono y el laboratorio de la canción

Primera parte


                      "Generalmente los críticos se han preocupado primero por la apreciación
                       de la música antes que entender la actitud que la produjo".

                                                                                                                        Leroy Jones
                                                                                                                    (Amiri Baraka)
                                                                                                                        Black Music
                                                                           Free Jazz y Conciencia Negra 1959-1967
               

                         
              Con la aparición del punk, el rock volvió a la urgencia de sus comienzos cuando la relación forma/fondo, no estaba mediada por el virtuosismo técnico, ni el preciosismo académico, con el que había coqueteado el rock sinfónico, porque para el punk era más importante la canción antes que a su hechura, era más vital decir de la manera que fuese, que prestarle atención a la forma, pero esta vuelta al origen no sería inocente, el punk tenía que pagar con su vida fugaz y explosiva para sacudir a la estantería del rock, porque en la literalización de su mensaje no future exponía tanto una situación social como un estado de cosas con respecto al destino de la canción, Lo que el punk extremó en su práctica fue la posibilidad de la canción como "un medio", ya sea para expresar el descontento generacional, la falta de posibilidades, el rechazo a las formas institucionalizadas del rock y la cultura.

Este camino tuvo dos repercusiones, por un lado esta suerte de facilismo musical que había promovido el punk, que decía que todos podían hacer música, no profesionalizarse, etc... se transformó en una formula que rápidamente decantó en su propia parodia, que fue una de las causas que llevó a la temprana muerte del movimiento, y por el otro la canción se fue corriendo de esa zona comunicacional para transformarse en un fin en si mismo, que encontró en la estética pop (que venía pisando fuerte desde la década del 50) un laboratorio ideal para deconstruir a la canción desde la forma y el sonido.

En este matrimonio naciente entre la sensibilidad pop y los efectos del punk luego de su muerte decretada en el año 78, se abrió un nuevo camino que dejaba atrás las viejas utopías contraculturales del rock, para transformarse en puro entretenimiento.
Si el pop tuvo más vida que el punk, fue porque entendió muy rápidamente que el trabajo sobre la forma es tanto o más político que el mensaje, por supuesto este umbral al que se había llegado a fines del los años 70, (gracias a la voluntad iconoclasta del punk) es ciertamente responsable de esta babel sonora, donde los límites entre lo comercial y lo experimental, lo independiente y lo corporativo, lo real y lo virtual, lo original y la copia no parece tan claro, ni tan importante, ni tan trascendente porque todo exactamente todo parece ser posible en nuestra aldea global.

En este presente que nos toca compartir, las estrategias para hacer obra desde el campo de la música se ha reencontrado con las banderas que el punk había levantado en su momento: autogestión, independencia y modos de difusión alternativos a la prensa convencional. El mundo cambio radicalmente con los avances tecnológicos y la música recibió acuse de ello: la hipercompetitividad en el mercado permitió el consecuente abaratamiento de los instrumentos musicales, y mayor acceso a las posibilidades de grabar, pero sobre todo gracias a la creación de internet se pudo dar vida a miles de proyectos.
Por supuesto esto no implica mayor calidad que en otras épocas, ahora el desafío para los nuevos hacedores de música es sobrevivir a la inflación nostálgica de una época dorada del rock, y a un exceso de conciencia sobre el pasado y sus grandes nombres.

A esa batalla pírrica apuesta Aguamono, un proyecto de rock electrónico con todo lo que eso implica en un país que no tiene una tradición sobre ello, donde solo han brillado algunos nombres de manera consecuente tales como: Daniel Melero, Gustavo Cerati, el  desconocido Matias Kritz  (1) y el aún más desconocido Leandro Yahni: un verdadero obrero del sonido que ha sabido construir obra sin la urgencia del éxito, ni la presión de la competitividad de las grandes urbes, un músico de provincia (2) como tantos otros, pero con el plus que no hace uso de su procedencia para certificar su originalidad sino más bien alguien que disco a disco se a preocupado en generar su propia patria a través del sonido, la invención, y la intervención en la propia hechura de la canción.

Aguamono es un proyecto que viene dando batalla de manera prácticamente silenciosa desde el año 2001, Leandro Yahni es su máximo responsable junto a Javier Chemes más que un oportuno aliado en los tres discos oficiales, existe un cuarto inédito, pero este funciona más bien como un borrador de las referencias e influencias que tiene este talentoso músico misionero.
Aguamono es la construcción de un discurso donde lo nuevo, lo viejo y lo actual conviven en una relación tirante, explosiva y a la vez implosiva, nada emerge en el horizonte de sus canciones sino es procesado de manera puntillosa y severa. Claramente hay una mirada sobre el rock y la cultura pero a esta no le importa declamar, ni bajar sentencias, tan solo "es", en su propia fricción con la forma y el fondo.

Paralelamente al trabajo cómo músico Leandro Yahni y acorde a sus necesidades fue armando su propio estudio, o según palabras -centro de producción- donde ha grabado sus tres discos hasta la fecha y en dónde también grabaron bandas locales producidas por él. Es interesante este detalle porque Leandro forma parte de una generación que no solo tuvo la posibilidad de grabar sin grandes presupuestos (por el acceso a la tecnología), sino que también aprendió (gracias a los primeros programas) a entender cómo y de qué manera se graba.
La adolescencia de  Leandro coincidió con la década del 90, época signada por Nevermind, disco que volvía a poner al contenido por encima de la forma, y que traía ese curioso maridaje entre el: ethos punk, la psicodelia del hippismo y la disonancia del heavy metal, al que se le denominó grunge o aquí en nuestra aldea local "música alternativa".

Mientras que en nuestro país muchas bandas buscaban estar en la cresta de la ola reproduciendo tendencias, Leandro fue haciendo su camino: estuvo en Córdoba estudiando Licenciatura en Composición carrera que no pudo terminar pero que sirvió para darle a sus futuras canciones una pátina espesa en cuanto a información,síntesis, y pericia técnica.
Con el nuevo siglo y pasada la abulia grunge, con las muertes de Kurt Cobain y Layne Stanley (3) Aguamono sacó su primer disco (un e.p.) sin todavía haber tocado en vivo, es curiosa la naturaleza de este debut, porque ni en ese momento ni ahora da la sensación de ello, porque es un disco muy seguro de su propia audacia, todo en el esta cuidadosamente pensado, y discutido, lo cual indica que este proyecto ya existía mucho antes que sus canciones, como un concepto, un lugar de enunciación y una política sobre la forma.

Esta política habla de una conciencia sobre el pasado, y de una habilidad sobre la tecnología para crear sonidos, ritmos, ruidos, loops, y vertebrarlos de manera natural en las estructuras de las canciones. En Aguamono no hay guitarristas, hay guitarras,(músicos invitados) en algunos temas, pero estas solo aparecen como pinceladas que definen un carácter.
El rock en este proyecto no se capitaliza en este instrumento, sino en las posibilidades infinitas de crear sonidos procesados, el rock encontró una nueva manera de ser con el teclado y el sintetizador, las bandas electropops de los 80s lo entendieron muy bien y Leandro Yahni tomo nota de ello, porque Aguamono en su sentido más llano es una apuesta por lo que viene como lo demuestra este primer trabajo.

E. P. de cuatro canciones más un cover de King Crimson que no es tanto una referencia en cuanto a lo musical, sino que es en el imaginario del disco donde hace eclosión esta canción que habla de la esquizofrenia, porque este trabajo de Aguamono hace pie en lo deforme, lo freak, desde la tapa con la que salió editada, una terrible imagen del fotógrafo Joel Peter Witkins a una de las canciones que lleva el titulo de la primera película de David Lynch. "Eraserhead", pero esto no habla de una voluntad conceptual sino de una recurrencia temática que los diferencia, y los ubica en un lugar excéntrico a la producción misionera.

Una de las característica de este proyecto es la dupla compositiva que conforman Leandro Yahni pianista, tecladista, y programador y Javier Chemes: letrista, cantante y co-compositor, músicos de generaciones distintas, porque Javier estuvo de una de las primeras bandas de rock de la década del 80 en Misiones y Leandro fue baterista de una de las bandas pioneras del hardcore en la ciudad a principios de los 90s. Javier formó parte de la ortodoxia del rock local y Leandro estuvo más cerca de la perifireria en sus años de formación, con bandas cercanas al metal, el hip hop y la entonces llamada música alternativa.

Pero aún sin estas particularidades, Aguamono es problemático a su lugar de procedencia porque no se a parece a nada más que a si mismo, ni aún en su referencias más explícitas sobre la provincia como Hate this weather hablando sobre el clima o La siesta esa costumbre de la ciudades del interior, se cae en la tentación del  pintoresquismo, estas dos canciones son provocaciones sonoras que ponen su foco en la sensación no ilustran sino que profundizan la corporalidad del sonido en la contingencia del mundo.
Spirits can go es la única nota de sensualidad, pero es espesa, disonante, y muy poco complaciente con los buscadores de emociones fáciles, gran responsabilidad de esto tiene la voz porque no esta puesta como una herramienta de comunicación, sino que es un instrumento que va moldeando su fraseo en una línea zigzagueante. Salvo Hate this weather que es en castellano todas las canciones son en inglés, esta elección genera distancia y pone al oyente en la situación real de escuchar la música sin distracciones, porque no hay ningún mensaje al cual atender.

Esta modalidad del idioma es una clara estrategia para ir delineando un decir, que en  Noise de Pus (2006) su primer disco en rigor alcanzó un grado de expresión con mayores sutilezas.
Diez canciones que trazan diferentes situaciones sonoras, donde el ruido, la melodía y la disonancia comparten igual protagonismo, porque acá lo importante es saber cuál es el grado de intensidad al que están dispuestas a soportar las canciones, intensidad que tiene diversos caminos; subrayar el tempo, capas de sonido que se van desenvolviendo, que empastada con la voz generan espacios reducidos donde los datos (melodía, ritmo, fraseo) deben convivir en una marcha pesada e hipnótica como es el caso de Gone o producir una viscosidad chirriante que se va exasperando en un estribillo trepidante, molesto e insidioso como lo demuestra Feel, con su enjambre de microruidos o el rabioso punk industrial de Satelite donde el trabajo de la voz alcanza un timbre alienante, que es profundizado por la mugre del riff eléctrico y sofocado, que logra Leandro yahni para esta canción.

Aunque no todas las tintas están cargadas hay lugares más espaciosos como el groove industrial de If i can, donde el tiempo parece suspenderse y la voz entra en una suerte de embotamiento, logrando un dramatismo desfasado, como si el sentido de la canción y la canción nunca pudieran coincidir en el mismo plano sonoro, logrando una curiosa sensación de extrañamiento. Pero hay dos canciones que presentan otro tipo de intensidad, donde el juego consiste en producir intervenciones en el hueso del decir, cuando dos líneas que corren paralelas se tocan.
Los manos es una de ellas, canción donde sobrevuela la presencia de Spinetta porque dialoga de manera directa con El anillo del capitán Beto.
Si esta canción del flaco en su época Invisible era una muestra del influjo que había tenido El Eternauta en el imaginario argentino, La canción de Aguamono solo cierra este círculo adelantándose al homenaje platense que tuvo esta historieta de Oesterheld con el disco tributo que se realizó en el año 2011 llamado Los Ellos (4).

El relato de Aguamono tiene como tema a los extraterrestres que habían invadido la Buenos Aires de Juan Salvo, (ese hombre común puesto en una situación extraordinaria), todo en esta canción es de una sutileza envidiable, desde los acordes que va desarrollando el piano eléctrico que encuentra su verdad en Javier Chemés, en su voz enteramente en castellano, como si realmente cantara dentro de una escafandra en medio de la inmensidad, su modulación alcanza una certeza enorme hasta desvanecerse en su propio aliento, disolviéndose en esas cuerdas artificiales, que mutan rápidamente hacía el lamento desesperadamente agudo del sintetizador.

En Los manos las lineas que se tocan son temporales, la canción de Spinetta es una proyección hacia el futuro desde el presente, en cambio en Aguamono es un retorno desde el futuro hacia el pasado, a la nostalgia de ese mundo perdido que eran las canciones de Spinetta en aquellos tiempos cuando el futuro todavía no se había convertido en un fetiche vintage.
La siguiente canción que apuesta a la contemplación sonora es Noise de Pus, acá el relato de la voz nunca se quiebra, sigue su ciclo junto con el piano, y en paralelo la otra narración es la de los sonidos, al principio sordos, salpicando apenas los espacios entre estrofas y estrofas hasta superponerse sobre la melodía y contaminar a la canción con una noria de inconfundibles ruidos que no llegan a desarrollar un cuerpo poderoso como para gravitar y transformarlo todo, pero lo suficiente como para que sobrevuele un extraño dramatismo, que se va desarmando en miles de ruidos que funden la monótona y calma voz en un solo ruido blanco.

Las últimas dos canciones son los puntos por donde el disco decide fugarse, si el cover de King Crimson en el e.p. funcionaba como una referencia temática, The mirror blues es un ejercicio crimsoniano a la manera de Aguamono hecho con mucha distensión, a pesar de su énfasis y potencia soterrada esta canción ya no forma parte de Noise de Pus, porque no tiene el mismo tratamiento, ni el mismo peso en la economía del disco, por eso funciona como un homenaje y una necesaria transición hacia la última canción del disco.
Noise de Pus posee tres bloques expresivos dividido en pequeños interludios (5) que condensan la estética de la propuesta, los primeros dos bloques son el disco, el último es la nota al pie sobre lo que viene.

Aire definitivamente es el siguiente disco de Aguamono , dicha canción no tiene tensión es puro flujo que deviene, tiene un toque casi de jazz- fusión y no es casualidad que el disco termine con una canción enteramente en castellano, porque la siguiente aventura de Aguamono empieza por aquí, por estos lugares más espaciosos, más liberados, Aire es el silencio que queda después de la colisión, es la desintegración total de Noise de Pus como concepto, es la piedra de toque para que la canción pruebe su verdad y se quede con lo elemental de la expresión, la melodía y el tiempo, pero esto es otra historia y ya habrá tiempo para contarla.



1-Para una mayor información de Matías Kritz http://es.wikipedia.org/wiki/Matias_Kritz

2- Para una mayor profundización del concepto de músico del interior, pueden ver este análisis que hice sobre la obra de Osvaldo de la Fuente, otro músico del interior. http://lortellado.blogspot.com.ar/2014/01/el-estratega-el-gestor-el-sobreviviente.html

3-Nevermind y el suicidio de Kurt Cobain signaron la década del 90, tal como le expresa Daniel Melero:

   "El último coletazo de algo transformador en el rock se acabó con el balazo que Kurt Cobain
   se pegó. En Cobain está el último gesto del rock: el suicidio. Más allá de qué es una tragedia        personal, es un gesto artístico".

Layne Stanley el otrora cantante de Alice in Chains prosiguió este camino pero lo suyo fue una lenta capitulación con la muerte debido a sus adicciones.

4- Para más información sobre este fantástico disco homenaje entrar a http://losellos.bandcamp.com/

5- Estos interludios tienen los siguientes nombres: Pus de Noise y de pus noise, el primer bloque condensa a: Gone, Los manos, If i cant, el segundo a Feel, Noise de pus, Satelite y el último a Mirror Blues y Aire.

Para escuchar a Aguamono https://soundcloud.com/aguamono

Este un reportaje hecho en un canal local, donde se ve que la entrevistadora no sabe en rigor que preguntas hacer, pero es interesante igual porque refleja la extrañeza que genera Aguamono. Y como perla tiene un par de temas tocado para la ocasión con muy buen sonido e imagen https://www.youtube.com/watch?v=7ZzcO8-RGh8