lunes, 15 de abril de 2013

La patria, la infancia, el agua

                                                                     El agua puede fluir o aplastar. Se como el agua.
                                                                     Amigo mío. El agua que corre nunca se estanca
                                                                     así es que hay que seguir fluyendo.

                                                                                                                            Bruce Lee
                                                                   
  
      Si hay un hecho musical que fue más comentado que analizado en todo lo que fue el año anterior, este hecho sin lugar a dudas fue "Mundo Anfibio" de Lisandro Aristimuño, en rigor su quinto disco y el segundo sacado por su propio sello "Viento Azul".
Según su biografía musical, que él se encargo de instalar: es un joven del sur, hacedor de canciones con aires folclóricos y guiños hacia el pop, con cierto uso de la tecnología al servicio de canciones de temática romántica, que engloban una suerte de poética "patagónica" por darle un nombre, que en sí no dice nada, pero que en el desarrollo de su aventura musical adjetiva por momentos, de manera categórica su propuesta, como si fuera un producto bien embalado, que una vez en su envoltorio adquiere un sabor por momentos empalagoso, porque Aristimuño se transforma de esta manera en un chico sensible, que enamora a las chicas y se vuelve insoportable para los oídos demasiado masculinizados.
En gran parte este perfecto envoltorio que recubre su propuesta musical, es responsabilidad de él, y del pequeño mercado capitalino, que en la recepción de su obra fue construyendo una imagen en la cual el autor se contempla por momentos de manera narcisista, un cabal ejemplo de esto es su anterior disco "Las crónicas del Viento" donde el recurso de diario íntimo alcanza su exasperación (hay que recordar que es un disco doble) que en su segunda parte intensifica el azúcar de sus canciones y por momentos roza su propia caricatura, como ilustra la gráfica del disco: el chico sensible, sentido, con el pelo revuelto, que contempla las aves y porqué no, escucha al viento.

Hay que hacer una salvedad, cuando hablo de Aristimuño no hablo de Lisandro, sino de ese lugar de enunciación en el cual fue encontrando su voz y su poética, y fue convenciendo disco a disco que el sur también existe, pero este paisaje en donde abreva su propuesta y si hay que creerle a Baudelaire (recuperado por Sábato) es su patria y su patria es la infancia.
Una Patria donde conviven sonoridades propias del folclore y una manera de entender la canción que generan coordenadas y relaciones entre Fito PaézBöjrkCharly GarcíaNick Drake por nombrar algunos que hacen de la canción un laboratorio entre la narración y el sonido. En ese espectro Aristimuño se mueve, demarca un territorio que con Mundo Anfibio delimita, registra, condensa y habita con todo el cuerpo sonoro posible.
Este disco es una suma poética de todo lo que hizo hasta ahora, cada canción en sí es un pequeño mundo o siguiendo con la imagen del arte de tapa, es una mirada anfibia, periférica, de muchos perfiles, que recorta una parte de ese fauna y lo analiza con paciencia cirujana.

Son pocos los artistas que generan un mundo propio, con sus reglas, sus protocolos y sus espacios de libertad, uno de estos casos es el de Spinetta que ha sabido elaborar una poética surrealista de manera consecuente en sus momentos más altos e inspirados, junto con una manera de cantar la palabra sin atarla a la narración en su sentido más convencional y un trabajo sobre la música que no reniega de la complejidad ni de la sencillez ni de la canción.
El otro punto saliente en nuestra tradición es Charly, pero más que crear un mundo es un gran iconoclastaun destructor de su propia obra poética y musical, un artista pop en su sentido más acabado y revulsivo que se le pueda dar a estas dos palabras bastardeadas.
Las canciones de Aristimuño reclaman un mundo, tienen esa voluntad de fundar un paisaje, donde lo bucólico convive con el desamparo, la soledad con el viento, la espera con la persistencia de ese búho y ese tren que se empeña en no llegar, estas imágenes un poco clichés, un poco postales, hablan tanto de la  melancolía como de la tierra, que parece reclamar a toda la Patagonia como lugar de origen, todo esto hasta ahora, porque en este nueva aventura, la  persistencia y la constante referencialidad ahora devienen en moléculas de un paisaje nuevo, donde lo líquido es una nueva manera de nombrar a la infancia y el punto de vista, (este lugar del chico sensible) redobla su apuesta porque multiplica su mirada en los animales que habitan esta fauna acuática y subterránea y en donde la mirada humana, al parecer es una mirada más en un mundo burbujeante y exótico.

Mundo Anfibio, de manera aún más evidente que Crónicas del viento es un disco conceptual, (ese viejo invento del rock), este grupo de canciones presentan un mundo más cerrado sobre si mismo, donde hay cierta densidad deliberada y poco complaciente, con la propia obra del autor. De hecho la primera canción es un verdadero ataque sonoro, con un claro aire Crinsoniano sobre todo por la manera en que es percudida la canción, y la urgencia del riff por sostener ese primer envión, donde las melodías reconocibles se ven invadidas y perturbadas por la aspereza de un nuevo decir.
"Elefantes" la canción con la que abre el disco es una clara muestra de como convive lo alegórico con la urgencia del mensaje:

Animales peligrosos
Elefantes ambiciosos
Todo se hunde en la noche
Invasores religiosos
Ancestrales mentirosos
Todo se hunde en la noche

(...)

Nunca te traiciones, sigue tu camino
Mírate al espejo donde nadie mira
Date media vuelta antes del fracaso
Apreta los dientes, cambia tu destino hoy


En estos dos frentes combate la poética de Aristimuño se puede decir que lo alegórico es una respuesta a una demanda de profundidad, inconsciente incluso ancestral (ya volveré sobre esto) y las imágenes de carácter más social como por ejemplo la canción "Un dolar un reloj una frase sin sentido" donde ya el título indica un camino, va generando un contexto de lectura donde los personajes nombrados: "el cura", "el pastor" se presentan asociados a los valores bursátiles, donde la preocupación humana es un negocio y ya no hay tiempo para la salvación, solo el reloj que cronometra la cadena de montaje (ese gran invento capitalista) que nos acerca cada vez más a la muerte, en un mundo que ya no tiene testigos, ni la prensa (los grandes medios) para contar lo que sucede, como sentencia la misma canción: "Es que el culpable es el peón del rey". Las imágenes son simples, la lógica de la sintáxis no indica muchas más lecturas, un cuentito sencillo donde los débiles siempre pierden y en donde los valores ya no tienen el mismo sentido.

Evidentemente en este disco hay una política más explícita, que rompe con el aparente solípsismo del autor de los discos anteriores, hay un diálogo, una discusión muy fuerte con la más inmediata realidad. Hay que agregar que los comentarios de orden social como en la letra anterior, tiene ese influjo propio del folclore: una mirada del interior que hace preguntas socráticas, molestas, sencillas, sobre el funcionamiento de la gran maquinaria citadina, esto es lo distinto que caracteriza este nuevo decir, una nueva manera donde la voz de Aristmuño fuerza sus posibilidades en la aspereza del enojo y por eso se apoya en oportunos partenaires, tales como: Ricardo Mollo, Hilda Lizarazu, Boom Boom Kid que alivian la presión de una voz que busca decirlo todo pero no puede, y en ese umbral humano se juega su propia imposibilidad del decir.
Uno de los puntos más altos (para mí) en estas colaboraciones es "How Long" donde la voz de Boom Boom Kid le da un nivel de profundidad a una canción que encuentra su verdad en los costos, una suerte de declaración de principios donde el precio a pagar siempre es un cambio, una modificación: " Mutar para ser mejor" en esa línea de la canción, esta todo el disco condensado, pero no como una afirmación sino como un interrogante que no tiene respuesta posible más que la de poner el cuerpo.

Cada canción tiene su cuota de oscuridad o de contraluz pero el mismo autor en su impulso por dar un mensaje positivo sin miedo al ridículo llega a cantar imágenes que responden más, al mundo naif de sus discos anteriores, como por ejemplo "Elefantes" que dentro de su velado hermetismo se permite conjugar estrofas como esta:

Oh mi amor, todo el mundo sale del agua
y tal vez, sabio es el que riega
una pequeña flor 

o en "En igual que ayer"

Quise volver, a dar un paseo en febrero
pero las máquinas crearon una torre
de cemento y miel

y en "Pozo"

Mis alas enlazaban rutas
tu cuerpo seducía hermoso
envuelto en golondrinas
y se formaban rayos con la luz

finalmente en "Aunque no estés aquí"

Aunque no estés aquí
siempre te llevo flores
cuna de queso y pan

Creo que ahí esta, el principal hallazgo de este disco, no porque importe el mensaje (de hecho es lo menos importante) sino porque ese imaginario donde la infancia y toda la educación sentimental de nuestro héroe, transcurría en esa suerte de Edén patagónico en este disco se denuncia imposible y en esa ríspidez de un mundo que ya no es, se declara el valor de una aventura estética que no le tiene miedo al eclecticismo, a la experimentación, ni a los lugares comunes del rock, en esa búsqueda por hallar "la canción".
Permitiéndome el comentario sociológico y generalizando demasiado, se puede decir que la invención del rock es el canto del cisne del capitalismo, que encuentra en la globalización, una manera de conjugar, la industria, el espectáculo de esa industria generando un mercado nuevo, novedoso, descontracturado, a través del rock que rápidamente generó su cultura ("el rock es mi forma de ser") con leves toques de incorrección política, conservadurismo y vanguardia formal que en su relación carnal, tirante, histérica, placentera, culpable con la industria, encuentra una manera de ser con el juegueteo de la ideología, la ideología y la construcción de esa ideología.

El lugar común indica que el rock es el canto de la libertad de los jóvenes oprimidos y alienados, Mundo Amfibio comparte esa ambición, y este objetivo pedagógico de mostrar un camino posible, de hecho si uno se permite el ejercicio de leer las letras de manera atenta, sin pensar en el mensaje (en algunos casos muy explícitos) se va a encontrar con una síntesis muy precisa de las diferentes poéticas en que se escribieron las letras de rock en castellano.
Desde el uso metafórico con espíritu Spinetteano, al comentario de denuncia social tipo Hermética o Almafuerte, a la mixtura de esos dos tópicos como el caso de Divididos que tiene una poética urbana muy alegórica, a la canción de amor con el aire de García en su época de fogón, incluso Alejandro Lerner con su versos fáciles pero efectivos y edulcorados, por nombrar algunas de las posibilidades letrísticas de este disco, con esto no quiero decir que haya copia, ni homenaje sino proceso, desde un lugar muy particular la tradición.

Lo original del gesto de Aristimuño, es como busca romper esta línea de lectura de la tradición, hace explícito lo que pareciera ser obvio, -hoy (nos parece decir) somos contemporáneos a todos los estilos músicales- nuestro tesoro cultural esta en como aprovechamos ese legado que no esta en la identidad de un país sino en la manera en que los artistas, procesan, generan, destruyen, sensibilizan y crean a partir de este género que no tiene fronteras geográficas, ("Por donde vayan tus pies) que surgió en paralelo y a causa de la globalización, pero casi se podría decir que es su negativo, su reverso, su anti, su contra y en el peor de los casos su justificación.

El rock es el folclore de nuestro siglo XXI y en su sinuosa línea de mutación constante, esta su diálogo profundo con otras maneras de entender la música sea desde la vanguardia a la música clásica, desde los ragas indúes, al chamamé, desde los estandar de jazz al tango, etc...
Mundo Anfibio se hace cargo de esta manera de proceder, pero su mirada no esta puesta en el futuro sino en el pasado, había hablado antes de la infancia como uno de sus tópicos, en este caso el buceo (por seguir con una imágen acuática) esta puesto en un pasado ancestral, tribal, salvaje, inconsciente, atávico, deforme, animal, amniótico. Lisandro Aristimuño con este disco crea su propio mítico pasado, con las herramientas que le proporciona este siglo, desde el montaje a la superposición sonora, desde el trabajo de laboratorio preocupado en los ínfimos sonidos, a la presencia vital del tum tum de la tierra y del rock.

Hay una línea quebrada que sigue el artista, un línea que ningún artista local se había atrevido a seguir, quizás por una cuestión de sensibilidad, de gustos, en esta línea se encuentra: el Mike Oldfield de "The songs of the distant Earth" (disco naif, si los hay), los últimos discos de Dead can Dance, Cocteu Twins, This mortal Coils, y de manera quizás más evidente Nick Drake o Tim Buckey, también a su manera conversa de manera indirecta con Böjrk, Sigur Rós, Lisa Gerrard o Brendan Perry por nombrar algunos que hacen un uso de la tecnología para ir al pasado, ya sea como placebo, como interrogante o como un cuestionamiento muy fuerte a nuestro presente.

Se podrán objetar los gustos, los usos de la tradición, el abuso de la metáfora y la alegoría, la excesiva ilustración de algunas canciones, pero no se podrá objetar el riesgo de este disco, comprometido a su manera con el vértigo y la urgencia del calor de los hechos y esa es su principal virtud, volver a encantarnos con la pérdida y la ausencia de un mundo que ya no es y que ha dejado definitivamente de ser.




Las canciones comentadas son Elefantes, Un dolar un reloj una frase sin sentido, How long.

Pueden ver el video oficial de Elefantes (de muy buena factura técnica) http://www.youtube.com/watch?v=dB4HalTv2VM, la canción "Un dolar..." http://www.youtube.com/watch?v=_1_fK-Sqqyw, How long http://www.youtube.com/watch?v=HnVPqyiEmVY

La pintura reproducida, es el arte de tapa del disco Mundo Anfibio hecha por el artista plástico Gabriel Sainz, las fotos anfibias son de Mariana Stroia.

Si tienen curiosidad por el cómo se hizo el disco pueden chequear este video muy interesante http://www.youtube.com/watch?v=80dMkH7UkZM