sábado, 6 de octubre de 2012

Lanata y la conciencia de sus cacerolas sin uso


                               "Gobernar a nuestro país es infinitamente más dificil que predicar desde la
                                oposición. Es una tarea en la que han fracasado todos los gobiernos no
                                peronista desde 1930."

                                                                                                                  Tomás Abraham
                                                                                                             El presente Absoluto  
                                                                                                       
                          


           En la misma semana donde algunos (me imagino ciento de miles) esperábamos con ansia nuestra panzada deportiva con el doblete de emociones: La copa Davis frente a la república checa jugando de local y el duelo de gigantes boxistícos, entre Maravilla Martinez y Julio César Chavez Jr, la sociedad argentina volvió a ponerse en guardia contra sus propios fantasmas.
Es de público conocimiento que el día jueves 13 de septiembre hubo una protesta masiva en diferentes partes del país, manifestación política de la gente al ritmo de las cacerolas y de consignas con una violencia simbólica (por lo menos acá en capital) que hace tiempo que no se oía, hacía un gobierno (no hace falta decirlo) elegido democráticamente.
Se supone que esta manifestación de la gente fue espontánea, convocada por las redes sociales y bajo ninguna agrupación política, expresando una serie de reclamos, disgustos, inconformidades y una alarmante incorrección política, que encontraba su tono en el más desaforado resentimiento no hacia el gobierno (solamente), sino hacia la democracia como la principal responsable de todos nuestros males.

"Ni dictadura ni democracia/quiero el fin de esta desgracia" rezaba alguno de los carteles de este
jueves pasado, algunos bastantes hirientes e ingeniosos como "vamos a Narnia prefiero que me gobierne un león a que me gobierne una yegua", otros con cierto grado de cinismo que juzgo sencillamente exquisito "en barrio norte también tenemos hambre" sostenidas por unas señoras que se encontraban famélicas, por alguna foto que las dignifique en su justo reclamo. Hubieron también carteles que asociaron al gobierno de la presidenta, con el nacionalsocialismo representados con el símbolo nazi y la leyenda abajo de Cristina 2015, hubieron cánticos que eran claramente un signo de clase "el que no salta/es negro y K", de jóvenes preocupados por las nuevas responsabilidades que puedan  tener, como es el ejemplo de "tengo 16, no quiero votar, quiero chupar" , hubieron algunos que parecían querer despertar los fantasmas dormidos de la lucha anticomunista "Andate a Cuba la Puta que te pario, pero dejanos los dólares" o "Puta, chorra y montonera" y otros sencillamente pidiendo la cabeza de la presidenta "morite yegua".

Esto es solo una selección de las consignas a mi parecer, de las más significativas de la manifestación, es claro que no hay nada que interpretar en ellas salvo los signos de un rancio resentimiento, que excede a la misma naturaleza de la marcha que tiene una historia y se llama Argentina.
Lo interesante en sí, no fue la marcha sino su efecto en el imaginario popular y político, desde las diversas respuestas al hecho en las redes sociales, en los diarios, en la televisión, hasta un programa (aparentemente de puro entretenimiento) como Show Macht se manifestó fijando una posición sobre lo sucedido, ni hablar de los políticos alineados o no con el gobierno, que también dieron su lectura algunos minimizando, otros maximizando y comparando con lo sucedido en el 2001, y hasta la presidenta se pronunció de manera directa sobre lo ocurrido.

Cae de maduro que vivimos tiempos distintos en nuestro país, tiempos en donde la palabra "política" y "militante" parecen resignificarse y salir del largo bastardeo en el cual habían caído, desde que se restituyo la democracia. Tiempos que para algunos constituye una verdadera caza de brujas ( ideológica), donde las posiciones neutrales parecen inimaginables, donde por primera vez se pone en entredicho la labor periodística y la función de los medios en relación con la información , la construcción de los diversos relatos sobre como se debe mirar los acontecimientos políticos. La historia de sus complicidades, el monopolio, el affaire sobre el papel prensa y la ley de medios, son solos puntas de iceberg de algo mucho mas grande que también involucra a los gobiernos, como a este que a desarrollado un eficiente aparato de propaganda política, detalle estratégico que no se veía desde el primer gobierno de Perón.

Según algunos medios, parece que vivimos bajo una velada dictadura donde se coarta la libertad de expresión, donde se quiere imponer un solo relato no solo de la actualidad sino también del pasado, reescribiendo la historia de "los jóvenes maravillosos" que pelearon por el país que disfrutamos ahora.
Algunos hablan de chantaje ideológico por usar y abusar la política de los derechos humanos, para autentificar y legitimar el gobierno de los Kirchner. Pero la verdad de los hechos es que no existe una oposición sólida que pueda hacer sombra a lo que se esta viviendo en nuestro país desde la debacle del 2001. Hay mayor estabilidad financiera, se logró pagar la deuda con el F.M.I., hay una mejor redistribución de la riqueza y todo ese sector de la población que antes no tenía ni la mas remota posibilidad en el mercado laboral ahora tiene mas que eso. Se vive un momento de curiosa euforia por la reactivación de la industria, sobre todo con la nacionalización de IPF y el hecho aún más inédito es que comienza a aparecer de una manera cada vez mas consolidada la figura del estado.

También hubo un cambio de reparto, Clarín un diario que históricamente acompañó al oficialismo  ahora parece ser de la oposición junto con el emblemático diario la Nación y el diario Página 12  que desde su creación parecía a estar a la izquierda  de los gobiernos simpatizo desde el comienzo con el de Nestor y ahora sigue apoyando al de Cristina pero en sus páginas se permite el disenso hacía determinadas políticas o decisiones sobre determinados asuntos. Hay una libertad de opinión que se manifiesta por lo general bajo la atenta mirada  de Mario Wainfeld o Eduardo Aliverti.
Se a escrito mucho sobre este hecho acontecido hace tres semanas, pero me gustaría detenerme en uno escrito a los poco días por Jorge Lanata, en la editorial del diario Clarín, donde despliega una serie de argumentos, que tiene la clara intención de articular en un discurso coherente, las verdades del reclamo que es una tarea atendible, (por cierto) pero Lanata deja ver la costura de su texto, se le nota demasiado el pretendido tono agridulce con el que busca empatizar con sus lectores, y sobre todo la estrategia de victimizarlos como si se hubiera levantado un nuevo muro de Berlín  que coartara sus libertades civiles.

Si hay algo que los medios opositores han buscado instalar, es la idea de que vivimos en un país de miedo, miedo de salir a la calle, de no poder salir del país, de no poder comprar mas dólares, de la inseguridad, de la falta de perspectivas, de la inconsistencia del presente, de quedar aislados como Cuba, de subir a un tren para ir al conurbano, de quizás tener que pagar 5 pesos el boleto del subte, de que los pibes voten a los 16 y tengan mas argumentos políticos para seguir tomando colegios, para horror de Eduardo Feimman que le falta poco para una crisis nerviosa o para un largo berrinche, que lo haga pucherear frente a las cámaras como todo hombre sensible comprometido con su realidad. Hay miedos y miedos, como hay fantasías y manipulación, pero da la sensación de que lo que estamos viviendo como sociedad (acá hablo de la sociedad específicamente porteña) es la encarnación del horror de los horrores, una reacción casi atávica frente a claros avances sociales que gestionó este gobierno desde la práctica y el imaginario  .

Por eso llama mucho la atención este cacerolazo, (su ironía implícita) ya Carlitos Marx lo había dicho allá por el mil ochocientos "la historia se repite: primero como tragedia y después como comedia". Estas cacerolas del jueves 13 de septiembre solo pone en entredicho la calidad de la protesta y deja en flagrante contradicción a los partidos opositores, porque hay un vacío en el reclamo de esta gente que no esta representada, por eso más allá de la violencia de la manifestación verbal, el reclamó era para la oposición, de manera indirecta aún a pesar de la gente convocada (¿espontáneamente?). Eso lo entendió muy bien el texto de Lanata publicado en la editorial del diario Clarín el sábado 15 de septiembre.

Cito: "(...) ante una oposición inexistente, los que protestaron no tienen una línea unívoca en el reclamo, no los unifica un programa o un  lobby son los que quedaron del otro lado de la grieta." Es notable la imagen de la grieta, para expresar lo que para el periodista es una clara situación de exclusión, este es uno de los nudos mas importantes del texto, porque lo que busca en su estrategia, es construir ese muro invisible para la ciudadanía, pero sigo mejor con Jorge que la tiene mas clara " (...) les cuesta entender gente distinta que están unidas por un estado de ánimo común: siente que tienen derecho a ser ciudadanos completos, a ser tomados en cuenta.
Se puede encadenar a un esclavo, pero no se le puede pedir que ame las cadenas. El miedo es una construcción subjetiva, el objeto que lo despierta tiene la entidad del que le teme, por eso se desvanece cuando se rompe. Contra los consejos de Maquiavelo no es una buena herramienta para gobernar y, cuando lo es, solo dura un breve tiempo". Este párrafo es magistral, porque el ex compañero de ruta Jorge demuestra mucho talento para la ficción, porque inventa una sociedad del miedo, tiene la suficiente habilidad estilística como para mostrarnos nuestras cadenas, tenemos miedo nos dice pero también enojo, esto se acaba, esto se acaba y salimos a la calle para espantar al cuco, "esa construcción subjetiva" en ese acto hay una advertencia que Jorge de manera sutil nos dice: los gobiernos que se mantienen gracias al miedo duran poco, dice con suficiente aplomo como para tranquilizar nuestras conciencias, olvidando o metiendo debajo de la alfombra, lo que duraron las dictaduras latinoaméricanas, ni hablar del gobierno de nuestro vecino Stroessner, que duro treinta años gracias al ejercicio de la política del miedo.

Pero el momento realmente encantador de este texto de es cuando asevera con tono preocupado " Los que protestaban el jueves tienen hijos a los que no saben como explicarles lo que pasa, necesitan decirles que existe una justicia sin Oyarbides y que la ley es la misma para todos. La del otro día fue una marcha contra los propietarios de la razón, contra los dueños de la verdad. (...) Es dificil dialogar con quien cree que esta llevando a cabo una revolución. Es todavía peor cuando esa revolución ni siquiera existe sino en el relato oficial." Este momento tiene un efecto cómico, porque Jorge en su afán de victimizar a las personas que integraron este cacerolazo imposta el tono, sobreactua la situación e insiste con esta cavernícola idea, de que los hijos no saben lo que sucede en el país, acaso se olvida de los colegios tomados, de que los pibes están tanto o más informados que sus padres que se quedaron con el viejo discurso de que los gobiernos nos cagan, son corruptos y no saben o no quieren ver las conquistas civiles, hace falta decirlo: el juicio a las juntas, el matrimonio igualitario, la ley por la identidad de género, por citar las mas controvertidas...  pero claro me olvidaba mi papá siempre me decía- con los militares estabamos mejor...

Los problemas que tiene nuestros país son estructurales, un gobierno no trae la solución para todos los males, aunque la euforia de la gente por momentos para decir que sí, pero lo que hizo estos gobiernos (sucesivos) de Nestor y Cristina es comenzar a inventar un país prácticamente desde la nada, (o acaso se olvidaron de la pesadilla del 2001) por supuesto hay cosas objetables en el gobierno de los Kirchner, pero de ahí a afirmar "quieren dinamitar  el sistema legal, domesticar el parlamento, unificar y controlar a los medios, condicionar a los jueces al nuevo ordenamiento y obtener la reeleción indefinida." me parece una lectura de los hechos demasiado tendenciosa, si en cambio hay cosas atendibles cuando agrega líneas más adelante "(...) es una "revolución" protagonizada por ex funcionarios menemistas, otros de la Alianza, gremialistas de la dictadura, funcionarios grises y escandalosamente corruptos del sur, un vicepresidente que quiso quedarse con la máquina de hacer dinero, una reivindicación absolutamente acrítica  de la violencia política de los 70 y gobernadores de las provincias en las que la democracia no parece haber llegado nunca desde 1983."

El problema de un texto como el de Lanata y muchos otros, es que están más preocupados en bajar una sentencia sobre lo que sucede, que realmente confrontar los hechos con los discursos, las gestiones sobre la realidad y la política sobre las personas. Entonces desde esta perspectiva no hay diálogo posible desde una oposición que es más un deseo que una realidad y a la que solo le interesa poner más palos en la rueda para que todo se derrumbe, como ha sido siempre en nuestra tradición de gobiernos golpistas, como esta sucediendo con el paro de prefectura y gendarmeria que como todos saben es justo en su reclamo, el gobierno no tuvo inconveniente en reconocer su error, pero este hecho rápidamente es leído por nuestros queridos dinosaurios (con ansias de sangre) como una oportunidad para clamar por la revancha, porque estos fósiles de nuestra historia sienten que su dignidad fue mancillada, la insignia de las fuerzas armadas manchadas y el honor desehecho y tienen eco, claro que sí, es el deseo de muchos que este gobierno caiga, a como de lugar.

Lanata se ha convertido en la conciencia moral de este sector de la sociedad, se convirtió en la voz autorizada para hablar de nuestros males, hay quienes dicen que su carrera se comenzó a ir al carajo cuando Lino Patalano lo convocó para su teatro de revista, pero yo creo que eso, en todo caso potenció ese show business del intelectual comprometido, mas preocupado por los efectos de su discurso y de los emprendimientos editoriales y audiovisuales, que el de realmente elaborar un pensamiento sobre los hechos de nuestro país. Fiel a su formación de periodista le gusta vender titulares, enunciar algunos puntos, los más visibles, rebuscar otros y dar la sensación a su audiencia de que están participando del pensamiento.

No quiero ser injusto con Jorge tiene buenas cosas, es astuto, escribe bien y cuando habla sabe generar la atención necesaria para que uno escuche palabra por palabra lo que nos está comunicando. Pero con los años perdió frescura, se le nota demasiado que quiere ajustar cuentas con con su pasado, los entretelones de su derrotero político y profesional en los medios, en la argentina de los últimos  30 años, esta claro que no le importan las contradicciones, ni lo que hizo ni dijo en su pasado belingerante, de periodista de investigación comprometido, con simpatías políticas de centro izquierda. Se ha inventado de nuevo, que no es poco teniendo en cuenta su edad y trayectoria, ahora es Lanata a secas, la caricatura de lo que supo ser.


El texto de Lanata se titula "Y el reclamo fue democracia, más democracia, mejor democracia" pueden hacer su lectura, confrontar con la mía y enriquecer el debate sobre el país que tenemos.
Para leerlo pueden entrar en: http://www.clarin.com/opinion/reclamo-democracia-mejor_0_774522645.html

Algunas de estas fotos que ilustran la nota son de Cecilia Estalles que compartió muchas en faceboock y por las repercusiones de la misma fue censurada en el sitio. Asi que se armo un pequeño video con las fotos y algunas declaraciones de la gente en la marcha, que son más que elocuentes.
El video lo pueden en este link https://www.youtube.com/watch?v=szjNxYY7daY&feature=player_embedded