jueves, 29 de septiembre de 2011

unos hombres de provincia

Parte dos 

     "Pero son tentadores los medios: la tentación es creer que uno puede mandar sus ideas
      y que va a impactar.

      Eso lo podés pensar hasta los 25 años. Ni el más tonto de los personajes de Daniel
      Hammet  podía creer algo así. Hemos sidos muy ingenuos...

      Sin embargo, aparecés en los mismos espacios caretas donde aparecen los personajes
      mas estrafalarios de la farándula.

      Si, uno cae en la trampa...Además, los medios necesitan tipos como uno:
      "vamos a dejarlo hablar", parece que dijeran, y hasta te lo pueden hacer creer...
       por supuesto que después no te dejan hablar de nada (...) los periodistas son
       tremendamente moralistas. Horacio Gonzáles me decía que son evangelizadores
       le bajan a la gente la idea de Dios, del ídolo, y ellos mismos se encargan de
       bajar al ídolo, de cuestionarlo, de matar a Dios."*


Fito tuvo su momento de gloria, llego lo mas alto que podía llegar. Después el mundo cambió, la sensibilidad mutó (como todas las cosas)  y se trasformó en un artista plenamente adulto.
Ahora esta lejos de esa exposición mediática, salvo pateando el tablero, como la nota en Página 12, pero no deja de ser una figura pública y sus opiniones tienen un efecto mediático. De hecho si algo cambio en este mundo, es que todo tiene efecto mediático, por supuesto que no es lo mismo la opinión de Fito que la de Graciela Alfano, hay calidades. Como también hay manipulación y montaje.

El affaire de Fito con los medios, es esa línea de tensión, entre el ser, el parecer y el espejismo de la identidad. Nunca es una relación simétrica. Son las reglas de un juego bastante perverso.
Por eso llama la atención el escándalo que desató esa nota, es cierto, no salió en cualquier diario pero tampoco se enarbolaba una bandera. Diariamente uno ve en los medios cosas más escandalosas, más terribles, y patéticas. Pero se trastocó el sentido, hoy (para los medios) es un escándalo tener ideas y salir al frente por ellas. No estoy diciendo de que los medios no tienen ideas, al contrario buscan monopolizar ciertas ideas y darles a la gente la sensación del pensamiento y la información.

"...creo que lo bestial es que los argentinos hayamos permitido que esas leyes se sancionaran: la obediencia debida, la del punto final; me hace pensar que vivo en un país que no tiene memoria, que no quiere tenerla, que se desentiende, con una clase media preocupada por salirse de esos temas rápidamente para irse a lo suyo. ¿Y qué es lo suyo? Lo económico, no importa a costa de qué. Me hace pensar que a lo mejor eso es el argentino: el que compra las revistas más nefastas que tiene este país y que ve los programas mas nefastos...Un país que vota por un presidente que hace dos semanas decía que los militares que se daban vuelta eran delincuentes y hoy aplaude a Balza... Estoy alarmado por el lugar en que vivo. Quizás el mundo fue siempre igual en todos los sitios, pero me parece esto tan abominable como Auschwitz."*

Fito viene insistiendo con lo mismo desde hace tiempo, mas allá de sus opiniones están sus canciones, hablan por sí solas. En ellas la sociedad argentina no sale bien parada, pero siempre a pesar de la dureza (de lo que se cuenta), hay espacio para la ternura, para el amor, para los sobrevivientes "en esta puta ciudad".


 Fito Paéz, un hombre de provincia, un vecino, un cascarrabias, un escritor de canciones.


Ya hablaré de Mempo Giardinelli, de su prosa cristalina, de perfil bajo, pero contundente.



*las entrevistas citadas son del libro en conjunto de Fito Paéz con Enrique Symns, llamado sencillamente Páez y editado en 1995, con prólogo de Jorge Lanata. Como cambio el mundo!

El texto completo se lo puede leer en: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-172084-2011-07-12.html


















                                   

                                                                                       
                                       
















    
                                         
                                                         
                                                                                       

unos hombres de provincia

Parte uno

                 Hace unos meses, hubo un revuelo en la ciudad por una nota de Fito Paéz, en el diario página 12, la nota fue inmediatamente después, de que se supieran  los resultados para Jefe de Gobierno, en la primera vuelta electoral.
Ese texto fue lo suficientemente punzante como para suscitar posiciones encontradas, contradictorias, acusaciones (de todo tipo), y un revuelo mediático bastante sospechoso.

Un tiempo después en el mismo diario, unos días antes del ballotage, (no recuerdo con exactitud la fecha) Mempo Giardinelli publicó una nota que compartía en parte el mismo tema, pero con objetivo bien distinto. No hubo revuelo, ni siquiera ruido de fondo, Mempo Giardinelli no tiene peso mediático ni es una figura pública, ni es estrella de rock, ni tampoco es Beatriz Sarlo. Es escritor (cuentista y novelista), su nota contrasta notablemente con el tono del texto de Fito y a su manera completa una lectura sobre los hechos en esta ciudad.

Uno de los temas es Mauricio Macri, reelecto Jefe de Gobierno el otro; la sociedad, Capital federal y sus decisiones electorales.

El propósito de esta nota no es inocente, no soy Macrista, soy lector de Página 12 y es de público conocimiento que este diario apoya al Kirschnerismo.  Macri  forma parte de una nueva camada de políticos, que no tienen carrera, pero si mucho poder económico. Se habla de frivolización  y de políticos que cada vez tienen menos formación, pero si tienen un aparato que los sostiene, los viste, cuida su imagen, les dicen que decir y cuando evitar las polémicas. No voy a entrar en estos detalles, pero lo que me interesa tanto del texto de Fito como el de Mempo es analizar la mirada de estos dos artistas en un campo que no es el suyo, pero como ciudadanos se ven compelidos a hacerlo.

El texto de Fito apunta a la gente, a esa mitad, (como titula su nota) que apoyó y dio la victoria al Macrismo, su mirada es un diagnostico severo, un "yo acuso" que ataca donde más duele, al narcisismo de los porteños.
Pero esto no es nuevo, ya Fito en entrevistas y en su misma poética viene hablando de lo mismo: la sociedad argentina; de hecho "la casa desaparecida",  una de las canciones centrales de "Abre", es uno de sus diagnósticos más pesados.

Pero empecemos por el párrafo que  me interesa destacar, por un lado en su argumentación describe a una ciudad que ya no es lo que solía ser "hoy hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias. A la mitad de los porteños les gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A mitad de los porteños le encanta aparentar mas que ser. No por que no puedan. Es que no quieren ser."

En este párrafo esta concentrado todo el poder del texto, sobre todo la idea sobre la apariencia y el ser, que esta esbozada de manera general, porque la mirada es general, casi como si el autor estuviera en las alturas o en el púlpito bajando sentencias. Esto en parte le quita lucidez a la idea principal, porque le da mas importancia a la reacción que le provoca el malestar que al malestar mismo.

Si el texto hubiera desarrollado esta idea, tendríamos otra cosa, porque lo que viene después, no agrega nada mas que el enojo, que esta claro desde el principio.

En su forma, es mas un sermón que un análisis, una cruda descarga que se regodea con su enojo, bordeando su propia caricatura. Es más, uno se podría imaginar a Fito despotricando desde la montañas cual Zarathustra enojado con la humanidad. De hecho, este enojo fue lo mas utilizado por los medios para desacreditar esta nota, los Macristas agradecidos, porque encontraron mucha tela para cortar y acusar al partido opositor de intolerante. Lo cual es patético, Fito firmo la nota como vecino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no como militante.


Lo que mas prensa tuvo; es la utilización de palabra asco, la reacción física del rechazo, que Fito pone de manifiesto en esa mitad, podríamos estar o no de acuerdo con esto, pero de ahí a acusarlo por discriminar, estamos a un paso gigante. Podemos rechazar esta afirmación con argumentos, pero no queriendo trasformarlo en otra cosa.
Uno puede emitir su opinión, hay que hacerlo, es saludable, uno puede indignarse, manifestar su enojo, putear, es natural, necesario. Pero no quedarnos con esto, como manifestación de la verdad sobre las cosas.

El texto de Fito conmueve por la urgencia, por el impulso que tiene a exponerse, reaccionó "en caliente", eso tiene su costo y este es el hecho que mas moviliza, porque casi nadie lo hace. No hablo de expresar la opinión solamente, sino de poner el cuerpo, de sostener el discurso, aunque uno se equivoque.
De hecho hay que equivocarse, para comprender el efecto de las ideas sobre el cuerpo.

Una de las cosas que recalcaron para desacreditar la nota, es que Fito es de Rosario, -ni siquiera es porteño como para opinar de la ciudad, un hombre de provincias al que le fue bien en la capital, pero que no es generoso con sus opiniones, son hirientes y nos ponen en guardia- parecen decir los puristas, jactándose de sentido común.

Fito apunta bien, su blanco es el narcisismo porteño, un narcisismo que tiene historia.


viernes, 23 de septiembre de 2011

Una estética del pudor

                                     "Una canción es un misterio, un misterio digno de ser cantado,
                                     y así el mundo se llenan de canciones que fracasan en el 
                                     intento de explicar el misterio pero que -en caída y derrotadas-
                                     se las arreglan para convertirse en grandes canciones."

                                                                                                                 Rodrigo Fresán
                                                                                                    del libro Formas Breves.
                                                                                           
  Un comienzo lento, vacilante. Una voz para dentro que va encontrando cada vez más espacio, hasta salir y ser la canción.

                        "Puede ser, es verdad,
                         este mundo quiere terminar 
                         y aquí me ves: de pie.
           
...dice la primer estrofa, no tiene apuro crecen los sonidos y cada vez es mas informe (una percusión sorda a lo lejos), rodean al hueso del decir, la envuelven y la voz por momentos es la melodía y por momentos es lo único que puede respirar la canción.
Uno estaría tentado en decir que la habitan los sonidos, es decir; esta la melodía, esta la voz, esta la letra pero quizás esto no sería posible si el lugar de la enunciación, el "yo canto" de Pablo Dacal no estuviera afectado por el peso específico de los sonidos, esto le da gravedad, peso, carnadura, se hace real, la inminencia de ese fin que propone la lírica de esta canción, llamada "mi voz".

                                                    ***

                         Tendras que aprender a construir
                          la melodía que hable de vos.
                                                                 

Canta Fito invitado en la canción anterior, subrayando que este disco es la posibilidad y la construcción de esa voz, que elige ubicarse lateralmente a nuestra tradición de escritor de canciones.

No en vano el primer disco de Pablo Dacal construye su propia genealogía, de George Brassens a Rodrigo, de Ramón Ayala a Leonardo Favio y Discépolo, pasando por esas canciones anónimas que todo el mundo parece saber , y claro, son verdaderas apropiaciones porque extrae estas canciones de otros contextos y las presenta junto con sus composiciones otorgándole un sabor añejo.
El título del disco debut, funciona tanto como chiste y como modesta declaración de principios "13 Grandes Exitos", que por la sonoridad  y la ambición de cada canción busca considerarse anácronico.
De hecho el siguiente disco"La era del sonido" subraya el gesto inicial, tornándolo aún más irónico. Ya no hay apropiaciones, no hay nostalgia, pero si hay fiesta, un tanto montada en  los arreglos que son mas preciosistas y en  las canciones que  presentan ese alegre desenfado, casi como si fuera una banda de fondo en un bodegón en la Buenosaires portuaria del 1900, tal como lo imaginó Hugo Pratt con su inigualable "Corto Maltes".

El imaginario musical de estos dos primeros discos, esta atravesado por el pasado, pero en este caso el trabajo sonoro no busca la verosimilitud como efecto de verdad, aca no hay documento, hay recreación de una idea del pasado, que se nos presenta: juguetón, fresco, picante y sobretodo artificial.
El mayor laburo (esto es mucho mas claro), en "la era del sonido" es el de la comunión de la orquesta  en función de la voz. Trabajo sutil, detallista, prolijo, casi invisible,otorgando cuerpo sonoro a la voz de Pablo Dacal.
A la vez el mayor artificio de la propuesta, es justamente la Orquesta de Salón, porque el pasado inmediato, esta en esos instrumentos, pero no la utilizan para validar las canciones con el aura sagrada de la música clasica, como Metallica por citar un ejemplo torpe de grandilocuencia. Sino mas bien, para utilizarlas con humor, generando situaciones sonoras (a manera de viñetas) que presentan a este personaje un poco arrabalero, irreverente, paródico, tierno; que es el Pablo dacal de la Orquesta de Salón.

El nuevos disco comienza con una canción que ya en su primera linea lo dice todo:

                               "Decidido a soltar el pasado..."

Si antes apelaba a la tradición para crear sus precursores, en este disco ya desligado de la Orquesta de Salón, comienza a encontrar su voz y a afianzar una poética propia, es decir una mirada sobre el mundo y las cosas. La búsqueda sonora es otra, si antes la búsqueda parecía anacrónica, hoy  no hay nada más retro que presentar su nuevo disco con el nombre "El Progreso".
En este nuevo puñado de canciones hay un dejo de nostalgia, hay una voluntad de cronista y hay una estética muy cuidada  en cada situación sonora.

Estética que podría llamar pudorosa, no porque no se anime a más, sino porque conoce bien ese límite entre la canción perfecta y la canción, por eso el disco es la puesta en escena de esta búsqueda. Hay una conciencia feroz sobre los tópicos recurrentes de la poética del rock nacional, es decir; ya no hay inocencia ni nada por descubrir.
Frente a esto el autor hace lo único que puede hacer. Frenar el impulso por hacer la canción para "hacer" sencillamente la canción y para eso hace falta mucho silencio, mucho trabajo y una cuidada ingenuidad sobre las cosas.

                                                         ***                                              

La canción continua y parece alcanzar su clímax, cuando la voz desde esa intima fragilidad le cede el terreno al bandoneón para perderse en un mar de sonidos sordos.

Antes nos cantaba una de las estrofas más bellas:

                         "si pudiera encontrar
                          la palabra que te haga feliz,
                          total después te vas."

                       

Las canciones citadas son:

 Mi Voz.
 Lo que esta sonando.
 Desorientado.

Para chequear informacion y escuchar algunas canciones pueden ir a:

www.pablodacal.com

www.myspace.com/salonerias



                








   

viernes, 16 de septiembre de 2011

Virginia

            "Elegir la propia máscara
             es el primer gesto voluntario humano.
             Y es solitario.

                        Clarice Lispector.


           Virginia es: la puesta en escena de una desnudes impenetrable.

Es entrar en el juego de la mirada, para ver y ser mirado. Pero siempre con una distancia notable, donde el código que propone la performance, bordea su propia disolución.
Por momentos vemos a una nena, por momentos a una chica, por momentos a las dos. Una composicisión increíblemente sutil, de un cuerpo que todo el tiempo se está fugando.

En ese aspecto podemos hablar de estados, un puro devenir entre lo sólido y lo liquido, también peso y levedad. Ella parece volar con los piecitos , hay cierta liviandad en su andar, esto contrasta de manera  muy notable con la mirada. De hecho su mirada la reviste, por momentos es la nena descubriendo al mundo (a través de los juegos), es la adolescente exponiendo esa fragilidad informe,(tan característica) y es la mujer que lo a visto todo.

 Por eso  la mirada tiene un peso específico, (en grados de condensación). Por momentos la mirada es pura contemplación y es atravesada por el espacio.
En otras pone ese límite y las cosas aparecen con su perfil, sus bordes, nos hacemos visibles como espectadores; provocando más de un cosquilleo. Pero esto no dura más que segundos, porque todo se fuga nuevamente.                              


El espacio nunca dejar de ser el mismo, es decir: es una sala de teatro con determinadas proporciones. Hay un televisor, encima de un banquito, también hay otro más largo de madera. Hay unas hawaianas en el extremo izquierdo. Se ve claramente el cable y el alargue del televisor, y hasta hay una persona del lado del público que interviene en el espacio, (apaga y saca el televisor, después lo vuelve a poner) que produce cierta gracia, porque remarca eso que esta enunciado y lo vuelve irónico.
Acá no hay solemnidad, casi no hay convención, tampoco hay un acto puramente conceptual, sino mas bien la desnudes del concepto. En esa fragilidad hace pie la performance y sale airosa.

Virginia es puro efecto en la superficie, no hay profundidad en ese espacio. Salvo en las pocas imágenes que dejan ver los televisores,(hay otro en la entrada) en los sonidos que corporizan aún más las sensaciones y en esa imagen final proyectada en una pared que indica un cierre y un fuera de campo inquietante ,el mundo esta allá afuera, parece decirnos.

Ahí uno recuerda que la performance toma como punto de partida a "la araña" (novela?) de Clarice Lispector, donde el conflicto siempre esta afuera y donde la sensibilidad siempre es un arma de doble filo.

Virginia como bien lo indica su nombre, es la puesta en escena de una desnudes impenetrable.


Este texto lo escribí, cuando presencie la obra en el espacio Kafka, temporada 2010.

Creación Viviana Iasparra y Melina Seldes | intérprete Melina Seldes | música original Gabriel Paiuk | diseño de luces Viviana Iasparra | vestuario Loli Latorre | guión y video (Cap.1) Gabriel Paiuk | asistencia de dirección Alumnos programa LEM | co-producción Fingersix y [la otra] compañía de baile | Con el subsidio a la creación de PRODANZA

instalación
video Patricia Bova, Bruno López, Nacho Iasparra y Agostina Dolcemascolo | edición Patricia Bova y Iumi Kataoka | diseño de sonido Rosa Castillo | instalación Patricia Bova, Iumi Kataoka y Viviana Iasparra

imagen de la obra Nacho Iasparra | diseño gráfico Iumi Kataoka | producción LEM

dirección general Viviana Iasparra






Hasta el fin de semana pasado, estuvo la performance en el espacio lem.
Ahora se va a hacer la instalación de "Virginia"
El sábado 17 y 24 de septiembre, 20hs.
El domingo 18 y 25 de septiembre, 18hs.
Entrada solo con reserva a info@espacio-lem.com.
O al teléfono: 4775 0857 o al cel 15 4179 0503, capacidad limitada.
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martes, 13 de septiembre de 2011

El tiempo de los espectadores

Una segunda mirada, sobre Ojos bajos.
                                                
         "En suma, le gustaba del tenis lo mismo que le gustaba del cine que le gustaba.
          La posibilidad -de un jugador como de un cineasta- de crear tiempo, el tiempo
          necesario para ganar un partido o para inventar mundos."

                                         Alan Pauls
                                         a propósito de Serge Daney
                                         y su libro "Cine, arte del presente".


        Ojos bajos, problematiza  a la danza, al pensamiento sobre la danza, al espectáculo; a la idea de lo que debería ser un espectáculo. Todo sucede sin excusas narrativas, ni fuegos de artificio, teatralidad al borde de la danza y la danza no existe más que como referencia de lo que no se hace. La propuesta inquieta el sentido común (de lo que debería ser...) modificando muy sutilmente cierto lugar del imaginario artístico y social.

No esta de más decir, que toda obra en la radicalidad de su creación; es una maquinaria de percepción.
Un lugar donde la visión se posa, donde la mirada se extraña, donde la temporalidad es el tiempo, en que me detengo a observar lo que sucede.
                                                                                                                                                       
Ojos bajos, trabaja con ese espacio paradojal, todo esta muy expuesto, a la vista. Por eso se nos escapa la imagen (posible) que nos explique, porque inmediatamente deviene en la próxima y en la próxima.
Nada se afirma, nada se confirma por eso la incertidumbre o el aburrimiento del espectador( una cosa no quita la otra). La obra requiere un tiempo que el que mira deberá sacrificar, no como acto gratuito, ni como gesto de redención, sino porque no existe otra manera  de experimentar la sensación de que el espectador "es el espectador" y no puede olvidarse de si, frente a una obra que lo interpela a tomar partido frente a lo que ve, lejos de la empatía pero cerca de la sensación física. Uno puede interpretar lo que ve y de hecho lo hace, estamos educados para hacerlo. Pero donde queremos entenderla, perdemos lo mas valioso.
Que es sencillamente  la idea de experiencia.

Ojos bajos problematiza sobre lo que queremos ver, ese acto mecánico de ir a un espectáculo, pagar una entrada y que nos cuenten el cuentito tal como esperamos que nos cuenten. La obra mantiene una distancia crítica y como tal nos marca el terreno como espectadores*. No hay ficción ni nada que creer por fuera de lo que se muestra, los cuerpos son los cuerpos, las mujeres son mujeres y lo que se ve es lo que se ve, nada más.

Por supuesto que ahí esta todo, en ese "entre" que lentamente van desarrollando, los cuerpos, el espacio, el tiempo y la banda sonora, que es otro cuerpo más, interviniendo (casi en paralelo). La propuesta es sobre la experiencia de la velocidad, sobre las diferentes velocidades de percepción y sobre la cantidad de tiempo que nos demanda poner (realmente) el cuerpo como espectadores.

Ojos bajos como lo indica su título, es una mirada estratégica, pasiva (en su forma), hasta puede parecer sumisa, pero no; marca un territorio, un más acá del espacio escénico desde donde las velocidades se fugan, el sentido colapsa y la intensidad, son los restos que dejan los cuerpos por encuentros, desencuentros y afecciónes.


*En Virginia, hay un mayor desarrollo del lugar del espectador y se radicaliza la apuesta.



Ficha artistica:

Intérpretes: Manuela Anguinaga, Marcela Botti, Agostina Dolcemascolo, Alina folini, Verónica Jordán.

Vestuario: Martin Sichetti.

Música original: Gabriel Paiuk.

Fotografía: Nacho Iasparra.

Asistencia de dirección: Macarena Cifuente, M Gabriela Iasparra.

Dirección: Viviana iasparra.

Funciones: Centro Cultural de la Cooperación (2008)
                 Centro Provincial de las artes Teatro Argentino (2008)

viernes, 9 de septiembre de 2011

Esas mujeres

Una primera mirada sobre "ojos bajos".



Lo primero que aparece en ojos bajos, es la necesidad de seguir mirando, pone en evidencia de manera muy sutil, el voyeurismo de todo público que se precie como tal.
No sé quién lo dijo -pero si se derrumbaran  las paredes, veríamos que la íntimidad de nuestro vecino no es muy distinta- no por llevar vidas parecidas, sino porque esta construida en base a una mecánica necesaria, para poder seguir viviendo a pesar de uno.

Las mujeres de ojos bajos despliegan la mecánica de esa intimidad, llena de pequeños gestos, actitudes, repentinos silencios, juegos, cuchicheos, sin caer en ningún tipo de explicación, o ilustración sobre la sociedad o el mundo.
No entendemos mejor a estas mujeres por lo que hacen o sienten, eso esta fuera de la órbita del espectador. No hay nada que entender porque realmente no hay nada que entender.

Pero uno no puede dejar de mirar, preguntarse -qué esta pasando- algo escapa y siempre se va a escapar.

El despliegue de este mundo por momentos es muy oriental, sobre todo el cine; con esto me quiero referir a la manera que tienen  de componer las situaciones, la corporalidad del silencio en los momentos donde nada parece suceder, la forma de habitar el espacio sin otra intención mas que el tránsito.
Todo es muy concreto, terriblemente concreto; (por eso es muy oriental). Salvo el espacio que es tan maleable, y siempre el mismo que por momentos se vuelve irreconocible. Como cuando se condensa o dilata, desde la temporalidad de los encuentros, rutinas, juegos, silencios.
En este aspecto no hay solemnidad ni asomo de ella, todo es tan natural, inclusive en los momentos de máxima violencia.

Antes mencione al cine, habría que agregar al animé. Sobre todo por la manera de presentar la figura, recortarla en el espacio, y aún en los momentos más rápidos de la dinámica y la interacción, ver con claridad cada cuerpo.

Como dije antes, hay violencia en ojos bajos, pero no es explicita ni sugerida, es cruda y medida. Es una experiencia sobre el cuerpo, una manipulación sin estridencia, ni condena, incluso sin pathos.
Nadie sufre ni disfruta, ni infligirla ni recibirla. Es un experimento, limpio claro y contundente. Sobre como modificar el peso, la medida, la velocidad en el otro.

En este aspecto, no hay tiempo para que el ojo se compadezca, porque se ve sorprendido por la belleza del acontecimiento. Esto nos recuerda que tanto la belleza, la violencia y el misterio, están antes que la moral y su construcción.

Ojos bajos es una apuesta radical e indiferente, bella y extraña al comentario sobre el mundo. Pero esto no quiere decir que sea inhumana, tampoco detenta una ideología humanista, simplemente es, en la fragilidad de esas mujeres, terriblemente mujeres.


Habría que agregar que este texto lo escribí después (si no me equivoco) de una función de pre-estreno en el estudio de Viviana Iasparra. Fué un primer acercamiento a este universo.
 

...a propósito de "todo lo verde que se extiende, mi amor"

    Eran dos animales persiguiéndose, dos extraños seres atrapados por algo más que el tiempo y por algo más que ellos. Juntos potencian el hastío que los convierte de a ratos, en presa y predador; pero no es tan claro.
Nunca es tan claro y el silencio nunca es tan insoportable, como en los momentos en que casi todo se detiene, salvo lo mínimo que cobra un valor inmenso. Desde los ojos que buscan un "no se qué" afuera y la mano que imperceptible se mueve entre el resto, el espasmo y la simple mecánica de palpar el tiempo.
                                                                                                                                                             
Abrazos, rechazos, caricias, más que caricias; fricciones. Besos más que besos, llagas.
                                                                                                                                                                   
Se les va la vida en cada contacto, la esencia sus esencias se van perdiendo, es la caída; caída horizontal.
Caída sin estridencias, casi anónima, casi sin caída, casi nada. La nada.
La nada los envuelve, desnuda al tiempo y los expone.


"- cuando te digo que ya no lo quería, estoy tratando de decir que no imaginas hasta dónde puede llegar uno cuando el amor se ausenta.
- dame una idea
-no puedo."
                                                                   
                                                         Marguerite Duras
                                                      The Ravishing of Lol Stein


        En ese "no puedo"  del texto de la Duras se encuentra la apuesta y tal vez la cifra de "todo lo verde..."
Es un gesto difícil, arduo, porque en esa negativa a hablar de algo que sobrepasa el mero discurso, en la ríspidez de ese límite, termina dando forma a esa imposibilidad.
Allí radica la potencia de un discurso, que ha renunciado a lo decible, para quedarse con lo esencial.
En este aspecto no hay mediaciones ni artilugios, ni trampa de lo sublime. Todo en el relato es directo pero extraño, ajeno pero cercano, vibrante pero frío.
Llegado este punto no importa si el espectáculo es de danza o de teatro, si es una historia de amor o lo que fuere, realmente no importa; porque estamos frente a un hecho vivo que exige determinado tipo de atención y entrega.


Pueden chequear en youtube, hay una muy buena sintesis este trabajo. Solo busquenlo como "todo lo verde que se extiende mi amor".

Ficha técnica:

Interpretes: Javier Radrizzani, Viviana Iasparra.
vestuario: Martín Sichetti.
Escenografía: Nacho Riveros.
Iluminación: Nacho Riveros.
Objetos: Juan Vellavsky.
Música: Gabriel Paiuk.
Fotografía: Nacho Iasparra.
Asistente de producción: Marcela Botti.
Asistente de dirección: Lucía Lacabana.
Coreografía: Viviana Iasparra.
Dirección: Viviana Iasparra.

Las funciones fueron en el Kafka Espacio Teatral (2005)

jueves, 8 de septiembre de 2011

Viviana iasparra y la soledad creadora.

       Una de las artistas que mas me interesa en esta ciudad, es Viviana Iasparra.

 Me interesa por su prepotencia de trabajo, sensibilidad, talento, investigación,  riesgo; sobre todo riesgo a la hora de abordar cada uno de sus empredimientos escénicos. Tuve oportunidad de ver varios trabajos, y puedo decir que en cada uno de ellos  fue radicalizando (cada vez más) su concepción estética.

Su obra es una de las críticas más severas sobre la danza entendida por un lado; solo como movimiento bello, sublime y metafórico, y por el otro, ataca también a ese utópico ideal, de que todos pueden bailar, improvisar y ser creativos.

Su obra no da concesiones, no da respuestas, no se complace con los procedimientos habituales donde el despliegue físico es un fin en si mismo, ni se tienta con narrar; de hecho se desliga de la responsabilidad de narrar "algo". Si hay narración, es por consecuencia, por efecto de los cuerpos, atravesados por el tiempo y  espacio.

Su obra  parece no acusar recibo de los efectos posmodernos, ( no hay hibridación, ni pastiche) su discurso decididamente es depurado. Tiene criterio, libertad y sobre todo soledad. Su obra a los largo de los años (en la cartelera porteña), es una de la mas solitarias.

Los textos que público, son puntualmente sobre tres obras, "todo lo verde que se extiende mi amor", "ojos bajos" y "virginia" actualmente en cartel. Estos son aproximaciones  y una verdadera problemática (de la escritura ) frente al hecho estético.

(Hay que hacer un aparte y recordar que Viviana Iasparra también es maestra y ahora en conjunto con una antigua alumna Melina Seldes. Crearon "el espacio Lem", un espacio totalmente inédito en esta ciudad.  Recomiendo que echen un vistazo a "espacio-lem-blogspot.com").

jueves, 1 de septiembre de 2011

Los fantasmas existen

      Muchos años atrás tuve un programa de radio, fue una experiencia -mas que nada- no soy locutor ni pretendía serlo en aquel momento. Simplemente las cosas se dieron. El programa lo iba a conducir un amigo, yo simplemente era su apoyo y de alguna manera el promotor de la idea.
El punto era que queríamos hacer un programa de debates, no se muy bien de qué, (contemplándolo en el tiempo) pero había una necesidad imperiosa de hacer algo significativo.

Unas semanas antes de comenzar, mi amigo partió de la ciudad por cuestiones laborales, así que sin pensarlo quedaba a cargo de esta empresa, de alguna manera este fue el comienzo y no lo pensé mucho.
El programa se llamaba "Fantasmas de lo Nuevo" aludiendo directamente al titulo de un libro de Ray Bradbury, titulo que no entendía mucho pero que me resultaba muy sugerente como toda la literatura de Bradbury que consumía en aquel entonces.
La experiencia duró varios años y los programas nunca fueron realmente buenos, tampoco hubieron debates o en todo caso el único que debatía era yo con mis lecturas, mis pretensiones, mis fantasmas.
Al programa lo hice solo, a los machetazos, con la paciencia de los operadores técnicos. También ayudaban los amigos, algunos; y mi propia fantasía de que estaba haciendo algo importante. Vuelvo a esto porque me interesa rescatar el nombre del programa, el título de este libro que ya no recuerdo (novela o cuentos?).

 Nunca me interesó la tradición en su sentido mas lineal, si en cambio la tradición como un accidente, una aparición en medio de un proceso creativo. Un cortocircuito que interrumpe el flujo, obliga a tomar distancia, a mirar mejor, a buscar la decisión mas adecuada.
Esta situación nos expone, nos muestras las fisuras, los puntos ciegos por donde se filtra el pasado buscando actualizarse, en cada acción, en cada elección, aparecen los fantasmas.

Me interesa estas lineas de tensión, entre las tradiciones, el artista, sus herramientas y  posibilidades en un proceso creativo.
El nombre de este blog responde a esto, voy a compartir textos que van a hablar de diferentes disciplinas artísticas atravesadas por esta visión personal.

                                                                Bienvenidos a Fantasmas de lo nuevo!